Muchos animales organizan sus vidas según los ciclos de luz y oscuridad. A partir de estos periodos regulares, ellos saben cuándo deben buscar comida, dormir o reproducirse, entre otras cosas. Evidentemente, el sol y las horas de luz les orientan, pero la luna y sus fases también tienen un influjo decisivo en su manera de comportarse.

Pero, ¿qué ocurre cuando la Luna o el Sol se comportan como no deben, como durante un eclipse? Los animales se desorientan. El director del Planetario Fiske de la Universidad de Colorado, Douglas Duncan, contaba en una entrevista para la revista TIME que él y otros compañeros observaron un comportamiento extraño en delfines y ballenas durante un eclipse solar, en febrero de 1998. A medida que el cielo se oscurecía sobre las Islas Galápagos, los animales saltaban fuera del agua, en silencio.

En otra ocasión, en 1994, su equipo de investigadores estaba en Bolivia, durante la fase parcial del eclipse. Estaban, asegura, completamente solos, pero de repente aparecieron 15 llamas “de la nada”. Todas ellas empezaron a mirar al cielo, con la vista puesta en el eclipse solar, a su lado. “Cuando terminó, las llamas formaron una fila y se fueron por donde vinieron”, aseguraba.

Según las investigaciones de Duncan, los animales más inteligentes “se vuelven locos con los eclipses”. Chimpancés, llamas, ballenas, delfines… su exposición a estos fenómenos siempre ha llamado la atención de los científicos. Pero también otras especies, como las ovejas, los perros o los gatos, han sido objeto de estudio.

Por ejemplo, a las especies ganaderas no parece que les afecten mucho estos fenómenos. Según parece, las ovejas y las vacas no reaccionan más que a la oscuridad: suelen volver a sus establos y se preparan para dormir, pero cuando acaba la oscuridad, vuelven a pastar.

Las mascotas no suelen ser muy susceptibles a los eclipses. La doctora Paula Ramírez-Huenchulán contaba, en una entrevista con Radio Duna, que en caso de que suceda este fenómeno no se las trate de forma distinta, para evitar generarles estrés. Sus recomendaciones son claras: “No someterlos a aglomeraciones, tenerlos inscritos en el registro de mascotas con su microchip, usar correa y llevarles su alimento habitual. Además de recordar las medidas de sanitarias de pandemia, manteniendo distancia social y lavado de manos y patitas de nuestras mascotas si tenemos paseos”.

En caso de que los animales empiecen a estresarse, ladrando o vocalizando, lo mejor es evitar que salgan de casa durante el fenómeno. De esa forma, no solo le tendrás controlado, sino que evitarás que el efecto del Sol durante el eclipse le provoque daños en la vista. Mientras tanto, para reducir su nerviosismo, se recomienda ponerles música, ofrecerles producto de aromaterapia o sus snacks favoritos, mientras les hacemos compañía. En caso de que la cosa se agrave, se debe consultar con su veterinario.

En ese sentido, otra de las responsables veterinarias, Viviana Valenzuela, añadió: “Los perros y gatos generalmente tienen una aversión por la luz brillante emitida por el sol, les causa incomodidad. Sin embargo, hay que recordar que los daños en la vista son los mismos que en las personas, así que, para evitar consecuencias, lo aconsejable es dejarlas en casa en un lugar calmado y no pasearlas durante el eclipse”.