Conciliar el sueño es, muchas veces, complicado. Encontrar nuestra paz interior y exterior que haga que nos relajemos se hará más difícil según vayamos creciendo. El nivel de energía y el de alerta de nuestro cuerpo subirá y bajará a lo largo del día, como si de la marea se tratase. Eso sí, los patrones del sueño no serán universales, por lo que cada persona tendrá uno distinto y dependerá de los ritmos cardiacos. Entre estos últimos se encuentran los cambios físicos, mentales y conductuales que siguen un ciclo diario y que suelen responder, fundamentalmente, a la luz y a la oscuridad del ambiente.

De la misma manera, los ritmos cardiacos suelen variar a lo largo de nuestra vida. Por ejemplo, cuando somos bebés es normal que se duerman largas horas en periodos aleatorios entre la noche y el día. Solo a partir de los seis meses de vida, el bebé comenzará a dormir más durante la noche. La adolescencia es otra etapa de la vida donde los ritmos cardiacos sufren distintas variaciones y alteraciones. Durante este periodo se desajustan unas tres horas y es por eso por lo que los adolescentes tienden a quedarse despiertos más tiempo durante la noche. Así, tendrán más dificultad para madrugar. Por eso, la mayoría de estudiantes no duermen lo suficiente durante la noche. Estas variaciones que experimentamos se definen como cronotipos.

Por tanto, el cronotipo es la predisposición natural que cada persona tiene en un momento concreto de su vida, donde experimenta picos de energía o momentos de sueño según la hora del día. Algo que resultará fundamental y que condicionará totalmente tu cronotipo serán los genes. Por eso, tendremos que diferenciar entre aquellas personas que se mantienen despiertos durante la noche -cronotipo vespertino o búho- y aquellas personas que tienden a madrugar con más asiduidad y de forma natural -cronotipo matutino o alondra-. Para diferenciar entre un tipo u otro, los científicos han monitorizado la temperatura del cuerpo y los niveles de melatonina en sangre.

La glándula pineal será la encargada de producir esa melatonina, que pasará, después, a nuestro sistema sanguíneo y a todas las células de nuestro cuerpo. El pico máximo se producirá cada 24 horas que es cuando nuestro reloj biológico se pone, de nuevo, de cero. Con los años y, sobre todo, a partir de los 35, los niveles de melatonina decrecen y, por eso, muchas personas mayores no duermen lo suficiente. Aquellas que presentan distintos trastornos del sueño también tendrán más predisposición a tener este tipo de hormona baja.

Será muy importante conocer tu cronotipo para saber cuándo deberás realizar ciertas actividades. Si eres una persona con cronotipo vespertino y tienes que hacer una tarea importante, quizás lo mejor no será despertarte temprano sino acostarte un poco más tarde. Por eso, si una persona conoce sus funciones cognitivas al máximo podrá planificarse mejor las horas de trabajo y producción. Con este test de Yass, te ayudaremos a que puedas identificar tu cronotipo. ¡Dale al play!