Test visual: solo los más pacientes son capaces de ver a una serpiente muy bien camuflada

Una vez más estamos ante un reto de los de concentrarse muy mucho. No es sencillo. Eso lo sabemos, pero si pasasteis la prueba del leopardo camuflado, hay que reconocer que ya tenéis un nivel en esto de los acertijos visuales.

Suerte que antes de que tengáis ocasión de encontrar al animal misterioso, os aviso de que alguien se dio cuenta un poco antes y dio la voz de alarma. Porque sí, esta prueba tiene su secreto y resulta que lo que se escondía en la foto era peligroso y, ¡no nos habíamos dado cuenta!

Todo sucede en una terraza y en un momento en el que se inmortaliza con una foto ese lugar por la mañana. Poco podía imaginar el autor de la imagen, que allí se había colado un inquilino inesperado y que tendría que llamar a la asociación de Sunshine Coast Snake Catchers 24/7 para protagonizar su rescate en esa terraza de Queensland (Austalia) sin tener que lamentar, por suerte, nada más.

Sin embargo, ahora esa asociación ha aprovechado los tensos momentos del rescate, que culminaron con el animal puesto en libertad, para ponernos en jaque a todos con un nuevo enigma de los de rompernos bien los sesos. En esta ocasión buscamos a una serpiente integrada perfectamente en este decorado casero, ¿puedes verla tú?

"Llevamos un tiempo sin jugar a este juego, así que a ver cómo os va a todos", decía así la asociación al plantearnos el reto. El caso es que algunos se han lanzado rápido al lío de buscar la serpiente y... ¡claro han fallado! Ya advertimos que era difícil y no todo es lo que parece. El siguiente es un buen ejemplo:

Venga, vamos a dar otra oportunidad y hasta a compartir la pista que la asociación ha dado después de hartarse de ver fallos: "Qué les gusta a las serpientes para sacar el máximo partido por las mañanas?"

¿Qué podría ser? ¿Desayunarse a alguna víctima incauta? Amplía un poco más la foto y si con esta frase y el zoom sigues sin verlo, no vamos a hacerte sufrir más. Aquí tienes la solución:

¡Está claro que a las serpientes les gusta de buena mañana un cojín bien mullido para echarse una siesta!

¡Ahí está!