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Efecto celda y una mayor concentración: ¿conoces las ventajas de estudiar en grupo por videollamada?

  • La función de compartir pantalla y el efecto celda, con el que nos sentimos observados, hacen que estudiar por videollamada tenga ciertas ventajas para mejorar nuestra eficacia

Salvo que seas una rata solitaria encerrada en tu cuarto que devora doritos y se prepara los exámenes por su cuenta, ya habrás descubierto una de las ventajas de las videollamadas grupales para darle caña a tus hábitos de estudio: la concentración, en compañía, mejora una barbaridad. Ya no estás solo frente a un mar de apuntes. Quieres rendir, por lo menos, al mismo nivel que tus compañeros.

Estos interminables meses de Zoom, Hangouts, Skype y Teams han dado algunas ventajas estratégicas a todo aquel que quiere presentarse a los exámenes que vendrán. Nadie quiere sentirse solo en las largas horas de hincar codos.

Te contamos algunas de las ventajas e inconvenientes de esas videollamadas en las que te peinas, te pones algo mono encima del pijama y sonríes a tus compañeros de fatiga al otro lado de la pantalla.

La eficiencia de grupo

Hay un ‘efecto celda’ mientras estudiamos en grupo por videollamada, el de la pantalla. Nos hace sentir las miradas escrutadoras de los otros. Nos pone las pilas. Nos reta a hacerlo mejor, a pesar de esa aparente distancia que da el estar en casa con un reguero de platos sucios en el fregadero.

Basta una mirada de reojo de alguno de tus compañeros estudiosos para que la vergüenza nos suba por los pies y regresemos a los apuntes y los resúmenes. El efecto de la presión de grupo en una videollamada para estudiar actúa a nivel individual. Con la virtualidad y las pantallas individuales, que enfocan a cada participante, se nota el triple cuándo uno de los miembros del grupo está navegando por páginas porno o mirando peladores de patata en Aliexpress mientras finge un interés genuino por el cálculo logarítmico o el artículo 28 del código civil.

Exposiciones individuales

Para una exposición presencial necesitaríamos un proyector para mostrar diapositivas, ‘powerpoints’ y todo lo que contuviera nuestra presentación, pero al hacerlo por videollamada todo está más concentrado en tres o cuatro gestos fáciles. Se puede simular de forma muy rápida la futura presentación de un trabajo ante la clase y el profesor, por ejemplo. Un debate, una Ted Talk. Todo vale.

Resolución de problemas y consulta de dudas

Siete cerebros hacen más que uno, y estudiar por videollamada en grupo tiene algunas ventajas logísticas respecto a hacerlo presencialmente. Nos viene muy bien si la materia es complicada, requiere de cálculos, resolución de problemas y discusión de teorías, y hay uno de los miembros del grupo que sabe más que los otros y puede actuar como guía.

La función de compartir pantalla de cualquiera de las aplicaciones disponibles (Zoom o Skpe, por ejemplo) ahorra la clásica situación engorrosa, en la que siete cabezas tienen que mirar el folio en el que el listo del grupo resuelve las dudas. Es rápida y mantiene la atención activa para alternar los contenidos que se comparten y la resolución en vivo y en directo del problema o del tema.

Compartir materiales

Otro de los puntos fuertes de esta forma de estudiar hija de la pandemia. Compartir materiales, textos, videos y paratextos extra es muchísimo más rápido a través de videollamada que el clásico sistema de fotocopias y apuntes reciclados desde el principio de los tiempos.

Horarios y organización

Con las videollamadas se elimina el problema de la organización de las agendas. Al no tener que desplazarse ni juntarse en un lugar físico, esta forma de estudio virtual tiene la ventaja de la ubicuidad. Cualquier lugar y cualquier hora valen para poner de acuerdo al grupo, sin gastar recursos ni tiempo de desplazamiento en ir a la Universidad. Con dos miembros del grupo que puedan fijar un horario, basta para que la rueda comience a girar.

Si a eso se le añade un calendario habilitado para poner en común los detallitos y las dudas tramposas, las fechas de exámenes y la to-do-list del grupo, tanto mejor.

Poner en común

Discutir, discutir y discutir, tal y como se hacía en el Ágora de los griegos. Esta es otra de las ventajas que tiene estudiar en grupo por videollamada y que no se ha perdido en la realidad pandémica.

No sentirse solo

En los próximos meses, tocará seguir estudiando en casa con todas esas tentaciones a la vista: la consola, la nevera, el satisfyer, llevarle sal al vecino. Nos hará falta una paciencia de zahoríes, la disciplina de los santos y los profetas, la concentración de los científicos; y todo esto para sacar adelante un examen cuyas preguntas olvidaremos en el mismo segundo en que terminemos de escribir nuestro apellido y entreguemos. El que estudia en grupo, por videollamada, sabe que en el fondo lo hace para no distraerse con estupideces y, una vez más, para sentirse acompañado en su misión solitaria frente a los apuntes.