¿Quieres estudiar rápido y bien para un examen? Empieza a practicar la técnica de los cuatro cajones
La técnica de los cuatro cajones es sencilla: autoexamínate de varias formas y ten controlados los imprevistos y las preguntas trampa
Seguramente seas esa alimaña procastinadora que ha dejado la mitad de los temas de teoría para el último momento. Ahora ya es tarde. Mañana tienes el examen y necesitas retener toda la información posible en un breve espacio de tiempo.
Lo sentimos mucho. Los milagros no existen. Las caras de Bélmez son decepcionantes cuando las miras de cerca y tus técnicas de estudio, francamente, tienen todavía mucho margen de mejora. Cometes muchos errores.
Sea justo o injusto, así funciona el sistema de enseñanza en España. Un examen tratará de medir nuestro conocimiento para replicarlo con una nota, y nuestro expediente académico será la piedra de toque que le dirá al mercado laboral si somos aptos para embrutecernos en la rueda del capitalismo. A menudo entra en nosotros un sentimiento aspiracional tóxico: ¿Cómo hace fulanito para retenerlo todo tan bien y tan rápido? ¿Torrentes de Monster y Red Bull corren por su sangre? ¿Por qué a mí no se me queda nada? ¿Estoy muert_ por dentro?
Vamos con ello.
Estudiar para los exámenes a la velocidad de la luz
Si quieres alcanzar la meta de estudiar rápido y bien para el examen, lo primero será determinar el tipo de prueba que tienes por delante. No es lo mismo hincar codos para un práctico que para uno tipo test o de memoria. Descartaremos los dos primeros, que necesitan otra forma de abordarse, y nos centraremos en el examen mainstream, el más repetido en universidades e institutos: el examen de teoría. Empaparse del conocimiento de la asignatura y volcarlo como un ciborg programado para matar.
Como no tienes demasiado tiempo, te recomendamos tener a mano todos los materiales, apuntes, manuales, links, papers, en fin, todo lo que entre en la prueba. Los materiales de internet es mejor imprimirlos y tenerlos también centralizados en tu zona de estudio. El medio ambiente llorará con lágrimas de cachorro por tu pecado capital, pero ya sabes que la luz de la pantalla de un portátil o de un móvil nunca ha ayudado a nadie en esto de estudiar y retener de memoria. Tiempo que pierdas buscando dónde está ese tema que te hace falta o esa fuente bibliográfica, tajo de vida y expectativas que perderás para el examen, que ya te ha puesto la hoja de la guillotina en el cuello.
Una vez tengas los materiales a tu alrededor y ese sea tu campo de batalla, toca leer y subrayar lo más importante. Necesitas tener una primera idea general, y que tus subrayados vayan destacando frente al resto. Los subrayados marcarán claramente en el texto las partes que entran en el examen. Subraya por cortes e ideas, nunca párrafos completos. Tienes que poder identificar cada concepto (puedes utilizar colores diferentes para clasificarlos). Es una manera mucho más efectiva de segmentar la información y retenerla más adelante.
Por desgracia, vas a tener que prescindir de la teoría menos importante.
Memorizar rápido para un examen
Te toca, a partir de este punto, con los subrayados hechos y la teoría bien segmentada, memorizar.
No tires de retentiva enseguida, un vicio que todos hemos tenido al estudiar. Si empiezas memorizando el texto sin la parte de lectura comprensiva anterior, sin entender bien aquello que has leído, todo se te habrá olvidado en menos tiempo de lo que tardan tus padres o tus compañeros de piso en llamarte para cenar.
¿Qué es lo que no te sirve en este punto del estudio? Hacer que tu cerebro entre en bucle. No trates de repetir y repetir y repetir de memoria cada frase. Ve a por la idea general. Está demostrado: hay un momento en el que en esa pulsión homicida y cíclica de repetir la teoría la información se destruye y nuestro cerebro no la procesa bien. Resultado: volver a la casilla de salida.
Cuanto más segmentes lo que tienes que estudiar en unidades cortas, que puedas repetir mentalmente con tus propias palabras, mejor. Ayúdate de las manos. Hay estudios que demuestran cómo acompañar la repetición de teoría del movimiento de las manos ayuda a exponerla con más facilidad. Puedes utilizar un folio para escribir las ideas que has retenido y compararlas con los apuntes. No importa que memorices ideas sintetizadas de ese todo que es la teoría, siempre que la información importante se mantenga al repetirlas, mentalmente o por escrito.
Otro paso que no mucha gente da es el de diseñar bien los descansos y respetarlos como si fueran su credo más importante. Nuestra memoria no funciona bien si no puede desconectar y procesar en segundo plano la teoría, así que, si te pegas maratones de cinco o seis horas de estudio, lo único que estarás haciendo es atarte una pesa a la cabeza y ahogarla. Un descanso de diez minutos cada hora, o de media hora cada dos horas, son necesarios.
Por último, para repasar, puedes utilizar la técnica de los cuatro cajones. Esta técnica implica reservar unas horas para gamificar tu estudio y sirve, sobre todo, para esos temas del temario que seguramente te caerán en la prueba. Se trata de examinarte a ti mismo. Escoge un tema y prepara un examen tal y como crees que aparecerá en la prueba. Prepara otro examen distinto que te rete sobre la misma teoría desde un ángulo diferente. Así hasta cuatro exámenes distintos.
La técnica de los cuatro cajones es una excelente manera de repasar la teoría y, de paso, tener controlados los puntos muertos y anticiparte a las preguntas trampa. Lo más seguro es que el examen que te toque sea similar a alguno de esos cuatro modelos que has preparado con antelación.