¿Alguna vez has querido aplicar a un trabajo que demandaban de ti lo que por edad y momento vital no te era posible tener?
La paradoja (o aporía, en filosofía, un nombre mucho más eufónico) es kafkiana, y que nos perdone el pobre Kafka, al que se le cita para todo lo que no tiene el menor sentido: ‘Experiencia mínima de 2 años’, ‘experiencia demostrable’, ‘experiencia en tener experiencia’. Las comillas locas no andan muy descaminadas: piden lo imposible.
¿Pero qué hay de esos trabajos con requisitos y peticiones menos brumosos? ¿Existen esos vellocinos de oro de lo laboral, susurrados a media voz por si se evaporan, en los que no pidan varios años de experiencia a alguien que acaba de terminar la carrera o que ha decidido que estudiar no es lo suyo?
Buscar trabajo sin experiencia no es la mejor de las situaciones, aunque tampoco es el fin del mundo. Los escalones, eso sí, están un poco más altos.
Aquí no vamos a defender de ninguna manera que los empleos de los que te hablamos a continuación sean menos dignos que otros. Sería una irresponsabilidad, tal y como está el panorama, con todo el mundo tratando de coger aire y recursos para esquivar el parón económico. A nadie se le caen los anillos por currar en algo temporal mientras otras oportunidades, ni siquiera a los que siempre han vivido entre algodones.
Primero y más importante: no te lleves las manos a la cabeza. Tod_s hemos pasado por la siniestra paradoja del único pensamiento posible en una situación así: ¿cómo puedo currar si en todos los sitios me piden que YA haya currado, sepa tres idiomas y además esté versad_ en desactivación de artefactos explosivos?
Además, tus padres, tus amigos, tu pareja… todos parece saber lo que tienes que hacer. Consejos vendo y para mí no tengo. La realidad es que lo único que puede salvarte de esa situación es tomar acción y empezar a rodear el problema de todas las formas que se te ocurran. El mercado laboral es la selva. El sistema ya se te ha adelantado, así que existen varios portales más intuitivos que Infojobs centrados exclusivamente en los no iniciados en la tortura laboral. Uno de ellos es Studentjob.
También puedes empezar a pensar de forma más estratégica. Seguramente te será más fácil encontrar un trabajo a media jornada que uno a jornada completa. Los hay que aparecen siempre en cualquier lista: recepcionista, por ejemplo; o reponiendo productos en un supermercado, paseando mascotas o incluso repartiendo publicidad en buzones. Seguimos sumando: teleoperador_, comercial, azafat_ de eventos, animador_ de fiestas infantiles, cajer_ en alguna cadena de comida rápida, camarer_, dependient_ en alguna tienda de ropa.
Otra buena idea es apuntarte al paro para ver si por esa madriguera caótica surge algo (los cursos de formación son excelentes).
Por supuesto tienes las becas o prácticas remuneradas, por las que todo el mundo araña y sangra para hacerse un hueco. Nuestro animal mitológico preferido es el becario al que pagan decentemente y enseñan un oficio en lugar de explotarlo en tareas que no quieren hacer otros trabajadores de la empresa, pero eh, la opción está ahí, y todos tus huevos deben ir veloces a varias cestas.
Para gente con cierta titulación (informática, por ejemplo) hay algunos huecos, aunque a priori no lo parezca. Es común ver en esa rama ofertas el tipo: ‘programador junior en Big Data sin experiencia’ o ‘técnico de soporte’.
Que Dios nos perdone si sonamos a uno de esos manuales cuquis y buenrrollistas del nuevo capitalismo: do it yourself. Fórmate en un área por tu cuenta y explota ese conocimiento. Piensa en todos los cursos gratuitos, webinars, plataformas de contenido gratuito, pdfs y materiales liberados que pululan por la red. A lo que añadimos: mucha gente con una situación laboral complicada decide convertir su hobby en su profesión, y si no, que se lo digan a todos esos youtubers que han convertido sus videos sobre cuidados y belleza en virales. No decimos que sea fácil triunfar con tu canal y convertirte a esta religión (o burbuja), pero sí, al menos, que es una posibilidad por explorar.
La pregunta que tienes que hacerte es: ¿Sé hacer algo que me apasione y que me pueda dar dinero utilizando las redes sociales para ir escalando posiciones? Por desgracia, la conclusión es esa: la paradoja del sistema excluye al trabajador que empieza, así que crearte tu propio hueco con las herramientas de las que dispongas no es ninguna tontería. Si se te da bien escribir, escribe; si eres buen_ tejiendo o haciendo cerámica o enseñando a bucear a incautos pálidos, aprovéchate de ese talento para generar ideas y empezar.
Habrá trabajos un poco más especializados que, paradójicamente, requieran habilidades que todo el mundo puede desarrollar formándose por su cuenta. Portales como Fiveer, Upwork o Freelancer permiten ofrecer tus propios conocimientos al mundo para encontrar microjobs o trabajos freelance, y aquí la variedad aumenta si tus habilidades son las adecuadas: si se te da bien otro idioma y has certificado tu nivel, en estas plataformas aparecen a menudo ofertas para traducir textos; también hay ofertas para transcribir audios (un trabajo monótono pero muy sencillo de realizar) o para corregir textos.
Esa sería una de las maneras de empezar. La otra, que no recomendamos, pero que mucha gente hace, es maquillar un poco el currículum de formas que le gustarían a Picasso para que tu falta de experiencia se transforme en ‘experiencia moderada’.