Ángel, 29
Fue una de esas noches en las que sales con los amigos por otra ciudad, y teníamos la idea de dormir en un hotel. No sé por qué, a la mañana siguiente con toda la resaca pero las ganas de cachondeo intactas nos pareció una idea maravillosa robar las bombillas... y así dejamos tres habitaciones con todos los cascos saqueados en cuestión de quince minutos, justo antes de irnos.
Alexandra, 39
Me llevé el albornoz y las pantuflas del hotel en el que pasé la noche de bodas, ¡eran tan suaves!
Caoba, 31
Era facilísimo llevarse las toallas. Simplemente las cogí todas y las guardé en mi maleta. Ahora las tengo en casa y las uso de toallas de repuesto.
Miss Diabolik, 37
En el Hotel NH de Ciudad Real, con mi ex. Nos metimos las toallas sucias con la ropa para lavar y la colcha en la maleta. Pero no nos dio tiempo a usarlo porque nos robaron las maletas en Valencia...
Miquel Vegana, 49
Robé un bol para salsa de soja que me venía estupendo y, ¡claro que lo sigo usando! Es que necesitaba uno así, y en un descuido... lo guardé.
Alba, 33
Algún ceninero sí me he llevado. Y también trabajé como camarera en un hotel y la verdad es que cogíamos de todo: bebidas, comida, cubertería...
Beatriz, 32
Yo robo siempre comida. Procuro siempre ir a hoteles con buffet desayuno porque me encanta ponerme hasta arriba para desayunar. Entonces, en el buffet, aprovecho para robar unas tarrinitas de mermelada, de mantequilla, tarritos de miel, sobres de cola cao... y si el hotel es bueno, cajitas de cereales y todo.
Olmo, 24
A mí me gustan mucho las zapatillas de andar por casa, que son malas, como de cartón, de usar y tirar, pero yo siempre me las llevo.
Lucas, 27
Champús, geles, body lotion, cuchillas de afeitar... y me lo cojo todo el primer día para que me pongan más, y me los vuelvo a coger para que repongan.
Rocío, 29
En 2009, fui a Galicia con mi madre a hacer un tramo del Camino de Santiago y en el hotel que cogimos había una almohada de tamaño viaje perfecta, ideal para llevármela yo cuando vaya de acampada, así que me la llevé.
Laura, 31
En la suit presidencial que nos dieron en nuestro viaje de novios teníamos una cafetera con un montón de cápsulas de diferentes cafés y me metí unos cuantos en la maleta y me los traje desde el otro lado del planeta.
Jimmy, 34
Me llevé una lámpara. Era joven y el alcohol no ayudó. Fue muy fácil la verdad. La enrollé y la forré con papel de regalo que compré la misma tarde. Aproveché la caja de un regalo que había llevado para un familiar. La envolví también para regalo y ya.Como dejé el hotel por la noche y éramos dos, mi compinche fue saliendo primero con todo mientras yo pagaba.
Amaya, 41
Mi padre se llevaba las toallas de todos los hoteles en los que estaba, y viajaba mucho porque era periodista. Yo sí he tenido un albornoz robado en un hotel, la verdad. Pero esto fue hace años, ahora me daría más vergüenza, porque cuando te registras en un hotel ya das muchos datos e igual me llaman o algo. Eso sí, yo no compro jabón de pastilla en mi casa. Siempre hay de los que me llevo de los hoteles.
David R., 41
Ibiza, años 90. Un cuadro pequeñito con una litografía de la peli 'El Padrino'. Joven, enamorado del film, tamaño bien para la maleta... no lo pensé mucho. Actualmente está colgado en mi despacho.
Cunegundo, 46 años
Costa andaluza. Viaje de fin de curso de un BUP de finales de los 80. Uno de nosotros aseguró que sabía hacer el conjuro de la queimada. Mientras una gran parte de los alumnos se iba a la discoteca, decidimos que lo de la queimada en la playa a la luz de la luna sonaba bastante apetecible. Alguien pensó que como recipiente podía valer una maceta lacada que había en Recepción. Cuando la recepcionista no miraba, nos la llevamos. Quinientos metros de arrastre, llegada a la playa y colocación de maceta. Echamos la bebida y le prendimos fuego al bálsamo de fierabrás. Pero el macetero se rajó por la subida de temperatura y al final se derramó todo. Sin haber podido probar el caldo, volvimos al hostal arrastrando el mamotreto y devolviéndolo a su ubicación original.
David, 33
Fue en los carnavales de Cádiz, había uno disfrazado de Gandalf (bastante cutremente, por cierto) y pensó que hacer un bastón le daría más vidilla al disfraz. Vimos la barra del armario del hotel, y premio. Le pusimos un poco de plastilina y cartulina y la barra salió por la puerta del hotel como si el bastón de Gandalf el gris fuera, cero sospechas.
Que tire la primera piedra el que nunca se haya llevado nada de un hotel
¡Nos encanta robar en los hoteles! ¡Es parte de la experiencia! Nos creemos con derecho a llevarnos algo porque pagamos por ello. Pero tan delito es robar en un hotel como en una tienda o la casa de un colega. Sin embargo, los hoteles tienen que contar con que la mayoría de su material será robado por sus clientes, así que están intentando encontrar estrategias para que esto no ocurra. La última noticia que nos ha llegado sobre este tema es que una empresa española ha empezado a fabricar ropa de hotel con chip, para que pite si te la llevas escondida en la maleta. Estos chips permitirán localizar e identificar cada prenda.
De este modo, no solo se evitarán los robos, también se llevará la cuenta de, por ejemplo, la cantidad de veces que ha sido lavada una prenda. Estos chips son resistentes a los lavados y a los productos químicos, y están conectados a una alfombra electrónica que debería colocarse en la salida del hotel y que avisaría en caso de que algún cliente se esté llevando algo que no es suyo.
Los límites de la cortesía
Mucha gente excusa sus pequeños hurtos diciendo que el hotel te lo pone para que te lo lleves. Hasta cierto punto, esto es verdad. Pero solo hasta cierto punto. En los hoteles más caros es normal agasajar al huésped con cosas como una cesta de fruta, unos bombones y una colección de productos de baño o amenities. Pero solo una cesta de furta, solo unos bombones y solo una colección de productos de baño. Cuando te lo coges todo para que te pongan más, ya estás abusando de la hospitalidad de tu hotel. Y, por supuesto, toallas, ropa de cama u objetos de decoración no forman parte de "lo que te puedes llevar" cuando pasas una o varias noches en este tipo de alojamientos.
La toalla podría marcar la frontera entre lo "normal" y el hurto. Lo normal es llevarse lo que se ha puesto en exclusiva para ti: geles, cremas, un bolígrafo... El hurto (y si es material más costoso, el delito) comienza cuando te llevas aquello que no está ahí para ti exclusivamente. Aquello que está puesto para ser usado repetidas veces, aparatos tecnológicos o decoración.
La policía puede detener, y de hecho, ya ha intervenido en numerosas ocasiones, cuando robas objetos de un hotel. Además, en países como Reino Unido, las empresas hoteleras tienen unas listas negras de clientes donde guardan los datos de aquellos que les han robado algo o que han sido demasiado alborotadores.