¿Sabes lo que es una ETT? Ventajas e inconvenientes si vas a trabajar en una por primera vez
Desconfía de los mitos. No cobrarás menos que los trabajadores en plantilla de la empresa que ha contratado a la ETT para proporcionarles tu perfil.
La ETT nunca se quedará con parte de tu sueldo. Es ilegal.
Muchas empresas usuarias abusan de las ETT para encontrar trabajadores a los que no quieren hacerles un contrato indefinido
El ecosistema del mundo del trabajo es enrevesado en sus dinámicas. No solo lo llenan aspirantes con su currículum en la mano a la espera de una oportunidad a la que hincarle el diente, también están las empresas que buscan nuevos trabajadores y que a veces utilizan intermediarios para agilizar el proceso. En ese juego de tira y afloja de la mediación, las ETTs (empresas de trabajo temporal) tienen un papel clave.
Te contamos qué tienes que saber sobre ellas, el tipo de contrato que vas a obtener si pasas por ese aro, cómo te afecta en tu IRPF y otros detalles fundamentales.
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¿Qué es una ETT?
Básicamente, es una de las opciones que te vas a encontrar cuando calibres tus opciones a la hora de buscar un trabajo.
Una ETT es empresa privada que contrata a un trabajador para cedérselo por un tiempo determinado a otra empresa (usuaria) con unas condiciones contractuales específicas. Tiene que haber un acuerdo mercantil de por medio entre la ETT y la empresa usuaria (la que busca un trabajador para esa vacante), que se denomina ‘contrato de puesta a disposición’.
Legalmente, las ETT son ‘entidades privadas, debidamente autorizadas’ para realizar esa tarea de contratación y cesión de trabajadores a otras empresas usuarias que lo demandan. Actúan como intermediarios.
Cuando un empresario necesita, por ejemplo, cubrir un puesto en su empresa de forma puntual, durante un tiempo concreto, puede recurrir a ellas para agilizar el proceso y no cargar al departamento de recursos humanos con la tarea de encontrar ese trabajador.
Un ejemplo práctico sería el de un administrativo que se ha quedado en paro. A la hora de buscar un nuevo trabajo podría acudir a una ETT, entregar su currículum con todos sus estudios y experiencia laboral, cumplimentar sus datos y dejar que fuera esta empresa la que se encargara de avisarle cuando alguna oferta se adapte a su perfil, es decir, cuando, a su vez, una empresa acuda a la ETT para asesorarse y buscar un trabajador para un puesto de contable que se ha quedado libre. Puestos en contacto trabajador y empresa, el contrato que se realice se hará a través de la ETT intermediaria, que, por supuesto, se llevará su parte del pastel.
Las ETT también pueden captar trabajadores, formarlos y prepararlos para trabajar en esa empresa usuaria que demanda un cierto tipo de perfil.
¿Con quién firmas el contrato?
El contrato de ‘puesta a disposición’ es el que regula la relación entre la ETT y la empresa que busca un perfil determinado, pero no es el que te afectará a ti si encuentras trabajo a través de la empresa de trabajo temporal.
Será con esta última con quien firmes tu contrato. Tendrás casi las mismas condiciones que los trabajadores de la empresa usuaria, así que en tu nómina seguramente se incluya la parte proporcional de tus pagas extra y tus vacaciones, además de un IRPF reducido. Por supuesto, cotizarás a la seguridad social como cualquier otro empleado y podrás solicitar las prestaciones que te correspondan si termina tu contrato y se dan las condiciones adecudas.
Aunque vayas a trabajar a la empresa usuaria todos los días con tu tupper y tu periódico bajo el brazo, responderás ante la ETT, que es quien te ha contratado con las condiciones que ha puesto la empresa que te buscaba: duración del contrato, sueldo, horario, convenio colectivo y todos esos detalles que debes estudiar con lupa si no quieres sorpresas.
Por lo demás, una ETT puede realizar varios tipos de contrato exactamente igual que una empresa que contrata directamente: indefinido, obra y servicio, interinidad, sustitución, etc.
Es obligatorio comunicar a la oficina de empleo la firma de este contrato.
Ventajas e inconvenientes de las empresas de trabajo temporal
La primera ventaja es que antes de empezar ese nuevo trabajo, la ETT puede asesorarte y proporcionarte formación. En algunos casos también tendrás la posibilidad de que te contrate la empresa usuaria y pases a formar parte de su plantilla cuando tu contrato temporal, el que has firmado con la ETT, haya terminado. Los datos apuntan a esta conclusión: un porcentaje nada desdeñable de trabajadores pasan a la plantilla de la empresa usuaria. Además, la ley ampara a los contratados a través de la ETT: no pueden percibir un salario menor que los trabajadores contratados por la empresa usuaria.
El coste de la intermediación siempre lo paga la empresa que busca trabajadores, no el trabajador, que debería tener las mismas condiciones laborales que los empleados en plantilla de la empresa que está buscando cubrir un puesto. Aunque los mitos y bulos digan lo contrario, una ETT nunca se quedará con parte de tu sueldo. La ley lo prohíbe.
Hay desventajas obvias en el mundo de las empresas de trabajo temporal y tienes que conocerlas.
La primera es que es que ofrecen un empleo de menor calidad, más inestable, destinado muchas veces a cubrir puestos de baja cualificación y para duraciones muy pequeñas: semanas o, incluso, trabajo por días y horas sueltos. Esos ‘contratos indefinidos’ que las ETT tienen potestad firmar son especies exóticas; se firma una cantidad ridícula en relación a esos otros contratos breves y, por lo general, mucho menos atractivos.
Muy a menudo incurren en un fraude de ley: empresas que buscan un intermediario para evitar hacer un contrato indefinido al trabajador y ocultar toda relación laboral con él. Al firmarlo con la ETT, es como si se lavaran las manos. Además, se han documentado casos de fraude en los que la ETT o la empresa usuaria aplicaba al trabajador un convenio distinto al que le correspondía para pagarle menos.
Además, su relación con los sindicatos suele ser mejorable. Estos últimos consideran que el abuso de contrataciones a través de las ETT le da alas a la precarización del empleo: trabajadores temporales eternos que se sienten ‘de segunda’ al no pertenecer en rigor a la empresa usuaria, siempre pendientes del teléfono para coger ese hueco que ha salido a última hora y sin algunas de las ventajas de los trabajadores en plantilla, los contratados, la ‘casta’.