El derecho de pernada

Cuenta la leyenda (porque hay un poco de discrepancia entre los historiadores que dicen que esto sí ocurría y los que dicen que nanai) que los señores feudales tenían el poder de pedir acostarse con cualquier doncella de sus dominios que estuviera a punto de casarse. Al menos Felipe VI está de buen ver, porque piensa en las pobrecitas que tuvieron que yacer con Carlos II.

La Inquisición

Con lo bonitas que son las iglesias y lo vacías que están algunas, que a la gente ya no le gusta ir a misa ni nada. Lo mejor es que vuelvan los inquisidores para que nos metan a todos en vereda, que mal nos vendrá, y que nos obliguen a cumplir la voluntad de Dios y a no salirnos del redil, que hay gente muy despendolada por ahí. Y a lo mejor se pone de moda en Malasaña el vermú con torrezno de hereje.

Comer lagartos y culebras

Cuando el hambre apretaba cualquier cosa era buena pa' comer, y aunque ahora, y por suerte, en nuestro país no hay hambrunas, lo cierto es que cada vez comemos cosas más raras. Si hemos aceptado el pescado crudo como parte de nuestra dieta, ¿por qué no volver a comer lagartos y culebras como hicieron nuestros bisabuelos?

La lobotomía

¡Está el mundo loco! Esto ya solo lo arregla esta antigua práctica de la psiquiatría que consistía en realizar una incisión en el lóbulo frontal del cerebro para dejarnos a todos de lo más relahaítos.

Tirar excrementos a las calles

A lo mejor tener retretes y cañerías en casa es vivir por encima de nuestras posibilidades y deberíamos volver a cagar en orinales y luego tirar los restos por la ventana al grito de "¡agua va!". Además, si quitas el cuarto de baño de casa puedes aprovechar el espacio para hacerte una despensita para curar la carne de lagarto o para esconderte en el caso de que algún vecino se chive a la Inquisición de que te has operado de fimosis.

Casarte a los 12 años

Se empezó regulando la edad legal para mantener matrimonio en España y se ha llegado a que la gente ya ni siquiera se case, que se van a vivir juntos sin pasar por el altar, o, peor todavía, que no se casen porque no pueden permitirse el gasto cuando por fin encuentran un trabajo estable a los 33 años después de haber estado seis como becarios en el jardín del Palacio de Dueñas cobrando trece euros al mes. Piénsalo, con el dinero que te saques de las propinas de tu primera comunión puedes dejar ya organizada la boda y luego ya de mayor te despreocupas.

Por suerte, el anuncio de las dos plazas de becario para estudiantes del grado de Ingeniería Agrícola ha sido retirado y La casa de Alba ha comunicado que se fijará un sueldo en privado. Hagan sus apuestas.