Las tendencias virales son parte de nuestro día a día. Estados Unidos es toda una meca para este tipo de modas, como los míticos challenges o la más reciente y peligrosa de comer pastillas de detergente. Pero a los norteamericanos les ha salido un fuerte competidor: China. El gigante asiático contraataca a golpe de reto viral, y el último ha dejado boquiabierto a más de uno en Occidente.

Comer hielo se ha convertido en la última tendencia viral (e inexplicable) en China. Una de esas modas que no sabemos si mola todo o si nos hace replantearnos nuestra fe en la humanidad. El hecho en sí no tiene mucha complicación (bastan unos hielos y un móvil), pero se ha convertido en un éxito masivo, con centenares de jóvenes compartiendo este insólito acto de intimidad alimenticia con las redes. Hay incluso quien retransmite en directo en sus cuentas el momento de la manduca. Solo hay una pequeña dificultad: ¡hay que comérselo antes de que se derrita!

Lo cierto es que los hielos tienen sus ventajas, y pueden servir como un refrescante aperitivo. O incluso sacarte de un apuro para una cena uno de esos días que llegas tarde a casa y no te apetece cocinar. Puedes prepararlo con antelación, y no hace falta descongelarlo. Pero, para no caer en la simpleza de mordisquear simples cubitos de hielo que cualquiera puede acumular en la nevera, en China la gente está innovando mucho.

Más allá de los clásicos cubitos de cubitera plástica de toda la vida, que también tienen sus adeptos, si por algo se ha hecho famosa esta nueva tendencia es por haber dejado liberar la creatividad de las mentes asiáticas, que han diseñado todo tipo de inimaginables formas para los hielos. Mazorcas, flores, aros, pastelitos, peces o hasta pequeñas guitarras son solo algunos de los originales modelos, auténticas esculturas de hielo. Hasta una rosa cuqui de San Valentín, que en menos que se dice quidditch acaba en el estómago, o, por qué no, unas cucharillas de postre. Aunque también hay quien prefiere la tosquedad del típico trozo que se agarra a las baldas del congelador. El más difícil todavía es rellenar el interior con refrescos o líquidos de colores, para que gane en vistosidad. Y, como en todo, cada uno tiene su técnica: a lametones, a pequeños mordisquitos o a grandes dentelladas.

Pero lo cierto es que, tras haber visto unos cuantos vídeos, en Yasss entendemos en cierta manera el por qué de la tendencia. Hay algo poderosamente atractivo para los sentidos en esto del ice-eating. El sonido del mordisqueo de los dientecillos sobre el hielo crujiente se convierte en algo sensorialmente bizarro a la par que hipnótico. El éxito de estos refrigerios (no podíamos evitar el chiste) tiene mucho que ver con que son una cosa muy ASMR. ¿Todavía no sabes lo que es eso? Un neologismo que responde a las siglas Respuesta Sensorial Meridiana Autónoma en inglés, algo que está convirtiéndose en una auténtica obsesión para algunos.

La duda sobre si deglutir hielo es un simple pasatiempo (como el que pela pipas) si son ganas de estar a la última o si a alguien le calma realmente el apetito (o más bien la sed) está todavía por resolver, pero el éxito es imparable en Instagram, y ya hay cuentas, como @iceeatingvideos, que se dedican a recopilar los mejores vídeos de personas engullendo hielos de formas imposibles a mordiscos. ¿Llegará algún día a España?