La revista Nature Human Behaviour ha publicado un estudio de la Universidad de Purdue sobre la relación entre el dinero y la felicidad. Este estudio, en el que han participado más de un millón de personas de 167 países diferentes, concluye que la cantidad de dinero que da la felicidad está entre los 49.000 € y los 61.000€ al año (entre 60.000 y 75.000 dólares, que el estudio es estadounidense). Vamos, lo que viene siendo el suelo medio de un español.
¿Esto qué quiere decir? ¿Que estamos condenados a la infelicidad? ¿Para siempre? Porque el sueldo medio en España es de, precisamente, la mitad (según datos de 2015). Y, la verdad, lo tenemos bastante crudito para que nuestros sueldos sigan subiendo hasta alcanzar esa preciosa cifra, mucho tendrían que cambiar las cosas. Así que nos acaban de sentenciar de un plumazo: jamás seremos felices.
Sin embargo, yo tampoco me considero una persona infeliz. Tengo mis momentos de "jo, tía, soy la persona más feliz del mundo" y también mis momentos de "qué hago, me mato". Pero no son más que eso: momentos. Excepciones que de vez en cuando me hacen salir de mi estado general que, supongo, es "acostumbrada". No estoy feliz, no estoy triste, estoy acostumbrada a vivir así. Mi vida no me horroriza ni es lo peor de lo peor, pero cambiaría muchas cosas de ella. De hecho, esa es mi mayor motivación para seguir "viviéndola": poder ir cada vez a mejor, consiguiendo poco a poco aquellas cosas que deseo.
Así que en un momento me he montado el cuento de la lechera. He hecho el siguiente cálculo: si mi sueldo bruto fuera de 49.000€ al año, cobraría 2.888€ netos al mes. Mi primera reacción ha sido soltar una carcajada porque es que menuda fantasía. Casi tres mil eurazos, ¡cada mes! Después he intentado imaginar mi vida con ese sueldo mensual, y he de reconocer que, en un primer momento, me ha costado un poquito.
Como no estoy acostumbrada al dinero, lo primero que he pensado es que podría seguir viviendo igual que ahora pero yendo a trabajar todos los días en taxi. Porque se ve que mi odio a Cercanías Renfe es mucho más grande de lo que yo creía. Después me he dado cuenta de que moviéndome en taxi por Madrid me libraría del cercanías, pero no de los atascos, así que me iba a dar lo mismo.
Habrá que mejorar por otro lado. Con un sueldo mejor, podríamos tener un piso mejor. Porque, a ver, cualquiera que haya buscado piso en Madrid sabe que la mayoría de los jóvenes con sueldos "normalitos" tenemos que ver cada cosa... Así que he hecho otro cálculo: ahora mismo me estoy gastando un 36% de mi sueldo en pagar el alquiler. Necesito entrar en Idealista y ver qué piso podría alquilarme si destinase a una vivienda el 36% de ese dineral que me asegura la felicidad.
Se me saltan las lágrimas viendo el pedazo de piso de 110 metros cuadrados en el que viviría, con dos dormitorios, ¡y dos baños!, y con una cocina como si me la hubieran montado los gemelos de Divinity. Pues mira, ahora sí, ahora sí que me veo yo viviendo con casi 3.000€ al mes. A todo se acostumbra una.
Es que, pensándolo bien, hasta podría contratarme un mayordomo. En Yasss ya habíamos hablado de Ambrosio, una app que, por 99€ al mes, te permite tener a una persona que se encargue de todos los recados que quieras y te limpie la casa. Y, lo mejor de todo, podría dejar de comer pizza congelada y encargarla a domicilio al mejor italiano del barrio. Y apuntarme al mejor gimnasio de la zona, alguno que tenga spa con masajistas. Y en vacaciones, en vez de irme a casa de mis padres, podría irme al Caribe. Dos escapaditas a resorts de cinco estrellas al año me iban a sentar fenomenal.
Así que, aunque tuviera que venir al trabajo todos los días, vivir con más comodidades, con más tiempo para el ocio y para el descanso, sin tener que hacer cálculos mentales cada vez que se me rompen unos zapatos y me tengo que comprar otros de imprevisto, a lo mejor no me hacía feliz, pero iba a estar como una reina.