Análisis emocional de 'El mal querer' de Rosalía: solo podemos expresar con gifs lo que sentimos

yasss.es

02/11/201813:29 h.

Cuando se crea mucho hype con un nuevo producto cultural (una nueva peli, un nuevo libro, un nuevo disco en este caso), pueden pasar dos cosas: que te lleves la decepción de tu vida y las redes se llenen de comentarios de "pues no era para tanto", "al final vaya mierda"; o que te lleves la sorpresa de tu vida porque, aunque tus expectativas estuvieran por las nubes, ha sido todavía mejor de lo que esperabas.

Llevábamos varios meses esperando la publicación de 'El mal querer', el segundo álbum de estudio de la ya mundialmente conocida Rosalía. El pasado mes de mayo salió el primer single promocional del disco, 'Malamente', y nos volvimos todos gitanos, flamencos, traperos, aprodiadores culturales, palmeros y bailarines, pero, sobre todo, fans incondicionales de esta nueva reina de la música española.

¡Hasta Pedro Almodóvar se ha rendido a sus pies! ¡Y ella ni se inmuta!

Reina total.

Pero a lo que vamos, que 'El mal querer' ya está aquí. Que lo hemos escuchado unas dieciséis veces en menos de 24 horas, y que no tenemos palabras para describirlo. Que a lo mejor es por falta de formación en crítica musical, pero no tenemos palabras.

Así que hemos pensado que lo vamos a describir con gifs, que es una cosa muy millennial pero muy válida, porque la gente que te mira por encima del hombro cree que los gifs son chorradas (y que Rosalía no es para tanto) y están muy equivocados. Los gifs son uno de los elementos más relevantes de la cultura actual (como Rosalía), aportan información a la comunicación y tienen impacto emocional.

Y como el disco de Rosalía nos ha emocionado tanto, aquí un gif que resume cómo nos sentimos después de haberlo escuchado (varias veces):

A star is born, amigos. Y no, no es Lady Gaga.

¡Es Rosalía!

Ahora vamos a realizar un análisis emocional de cada uno de los temas que componen 'El mal querer', que en menos de un día ya se ha convertido en el disco del año.

MALAMENTE - Capítulo 1: Augurio