La puta ama: así ha sido el ensayo general de la nueva gira de Zahara en La Riviera
En Yasss hemos estado en el Zahara Vibra Mahou Secret Stage, un evento secreto (en el que no pudimos usar los móviles) con aforo muy limitado y que ha sido el ensayo general de la ‘Puta Gira’, que arrancará el 12 de junio en Madrid
Con ‘Puta’ la artista aborda una nueva etapa que se refleja también en su sonido y en sus directos: acompañada por Manuel Cabezalí, Martí Perarnau y dos bailarinas, Zahara ha preparado una auténtica rave en la que la electrónica está presente en casi todas las canciones
Zahara tocando la batería, usando el autotune, mucho sampler, muchísimo baile, canciones medio rapeadas, un repaso por todos sus discos y estilos... Te contamos en exclusiva cómo será la ‘Puta Gira’
Hay una escena muy guay en la serie ‘El desorden que dejas’ (Netflix) en la que Bárbara Lennie, que interpreta a una profe de literatura llamada Viruca, intenta animar en clase a sus alumnos a escribir contándoles algo genial: “Dentro de nosotros siempre se está librando una batalla, una batalla que muchas veces es dolorosa. Y escribir tiene que ver con eso: con ser capaces de contar lo que nos duele, aunque nos de vergüenza. Y por eso, cuando escribimos de verdad corremos un riesgo: el riesgo de no salir indemnes de ahí. Hay que ser valientes para escribir porque nos asoma a un abismo que hay en nosotros”.
Cuando uno escribe sobre lo que le duele y se atreve a contarlo (o a cantarlo, como en este caso) es cuando de verdad sucede la magia y cala en la gente, porque ves que esas historias podrían haberte pasado a ti y que tú también podías haber estado “ahí y sin saber salir”. Y eso es lo que ha hecho Zahara (Úbeda, 37 años) en su último disco ‘Puta’ que publicó hace apenas 15 días y que nos presentó también en Yasss: que ha cruzado el abismo y ha convertido en canciones una serie de episodios de su vida profundamente personales en los que se ha atrevido a romper muchos tabúes. El maltrato, el bullying, el suicidio, los TCA (Trastornos de la Conducta Alimenticia), las relaciones sexuales no consentidas, esa necesidad que sentimos muchos de ser perfectos todo el rato o el querer contar con la aceptación de los demás, entre otras cosas, son algunos temas que ha tratado en su nuevo trabajo y algunas de las “culpas” con las que había cargado mucho tiempo y de las que se ha liberado.
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“Puta es un disco ‘sacacorchos’. Solo que, al abrirse la botella, no sale champán. Sale mierda”, explicaba la cantante en una de las primeras entrevistas que dio en El País para promocionar el disco. "He gastado demasiada energía intentando hacer creer a todo el mundo que soy una tía flipante. Una tía que lo hace todo bien, que su vida le ha ido bien, cuando no es verdad. No soy así. Cuesta muchísimo aceptar las cosas negativas porque nos exigimos ser perfectos en todas las facetas, y cuando alguien las descubre, tenemos que negarlas. Pues yo las voy a airear”, explicaba después en Yasss.
Y vaya forma de airearlas en forma de 11 canciones producidas por Martí Perarnau (su otra mitad en ‘Juno’, proyecto musical que comparten) en las que la artista empieza una nueva etapa y que en directo suenan muchísimo más cañeras que en casa, como hemos podido comprobar de primera mano asistiendo al secretísimo ensayo general (nos hicieron guardar los móviles en una cajita de madera para disfrutar sin distracciones del concierto, evitando así la tentación de subir stories) de la 'Puta Gira’ en la Sala La Riviera de Madrid gracias al apoyo de Vibra Mahou, la plataforma de música de Mahou Cinco Estrellas que genera encuentros de calidad en torno al directo.
La 'Puta Gira': cantar la verdad para seguir viviendo
Si abrirse en canal y vaciar todo lo que te remueve por dentro en un disco puede parecer valiente, cantarlo sobre un escenario, delante de un montón de personas, y durante casi dos horas requiere todavía más valor. Y precisamente, eso es lo que hizo ayer la artista andaluza delante de un público muy reducido y privilegiado que pudimos averiguar de primera mano todo lo que “se viene” en sus próximos bolos que arrancarán el 12 de junio en Madrid. Spoiler: es una fiesta y si tuviésemos que programarla en un festival imaginario de la ‘vieja normalidad’, sin duda la pondríamos a partir de las 11 de la noche.
Según avanzó anoche la cantante minutos antes de iniciar el concierto cuando salió a saludar, la gira estaba preparada y pensada así desde hace más de un año, y en ella hace un repaso por todos sus discos y estilos incluyendo coreografías y haciendo una apuesta muy interesante, tanto a nivel técnico como artístico. Y damos fe de esto: Zahara demostró ayer que es “la puta ama” (frase que le gritó ayer una chica desde el público) detrás y encima del escenario.
'Flotante’, 'Crash', ‘Canción de muerte y salvación’, ‘Inmaculada decepción’, ‘Fango’, ‘El deshielo’ o ‘Ramona’ son algunas canciones que sonaron, todas con tintes muy electrónicos, en un primer bloque en el que vimos a Zahara hacer prácticamente de todo: desde tocar la batería, los samplers, bailar o rapear. La artista fue la reina absoluta del escenario, aunque tampoco se quedaban atrás los dos músicos que la acompañan, Manuel Cabezalí y Martí Perarnau, y Olga y Sara, las dos bailarinas.
La verdad es que hubo de todo: desde temazos más bailables que te llevaban a un ambiente más de clubbing, hasta otros momentos más íntimos y especiales como cuando cantó ‘negronis y martinis’ -una canción que escribió en el confinamiento asomada al balcón mientras fumaba- sola con la acústica recordándonos a la “Zahara de siempre” que no necesita más que su voz y una guitarra para ponernos la carne de gallina, cuando antes de cantar ‘Taylor’ la gritaron “te quiero” y se abrió confesando que “de eso es de lo que va todo esto [su nuevo disco y esa canción dedicada a la cantante estadounidense]. Estos meses de abstinencia tenía que vivir sin vuestro amor y tenía que encontrar el mío. Odiaba a todo el mundo y al mundo”, cuando interpretó ‘Guerra y paz’ con Perarnau u ‘Olor a mandarinas’ al teclado (de sus primerísimas canciones) o cuando se lanzó a la piscina con ‘Sansa’ y un micro con autotune consiguiendo que se hiciese el silencio más absoluto en una sala en la que retumbaban bien fuerte frases como “De todos los hombres que me han maltratado. Tú, que no me has rozado. Has sido el que más me ha destrozado”.
Tras un primer viaje por un montón de sentimientos y de estilos musicales, el concierto terminó por todo lo alto con ‘Joker’ y con las esperadísimas ‘Merichane’ (primer single de ‘Puta’ que nos dejó en shock por todos los tabúes que se atrevía a tocar y con los que nos hemos sentido identificadas tantísimas mujeres), ‘Hoy la bestia cena en casa’ o ‘Berlín’, todas ellas muy “raveras” y con sonido que nos recordó mucho a Daft Punk. El brochecito de oro lo puso con ‘Dolores’, una copla dedicada a las mujeres que fueron importantes en su carrera.
Las únicas pegas que le ponemos, y no musicales porque no somos expertos y no es para nada nuestro fuerte, es el no disfrutar un poquito más de esos momentos suyos con la guitarra en los que su voz se luce mucho más (a veces meterle tanto sampler a los temas no le hace justicia) y el no poder levantarnos de la silla para bailar con ella porque su nueva propuesta es una auténtica fiesta y un ejemplo genial de que no hay mejor forma de liberarse de los fantasmas o de “las culpas” del pasado, que nos han cargado otros y que no nos corresponden, que cantando y bailando.
Desde Yasss nos apropiamos de esa frase que le dijo ayer alguien del público: Vaya puta ama que es Zahara.