Hace muchos, muchos años, cuando hacías un viaje y necesitabas parar para repostar, ir al baño o tomarte un cafetito, buscabas una buena gasolinera que no solo te ofreciera el combustible que necesitases, sino la experiencia completa: quizás un menú del día, quizás unas buenas tapas, y, por supuesto, una tienda con productos de la zona, helados si era verano y cintas de música. Los millennials viejos nunca olvidaremos esos expositores de hierro bien cerrados con candado en los que se exhibían todo tipo de artistas, desde los más famosos del momento, hasta los clásicos de toda la vida. Sin olvidar los recopilatorios de chistes, un género en sí mismo.
Juan Sánchez, más conocido como Oro Jondo, acaba de publicar un proyecto artístico único y seguramente irrepetible. 'Dame más gasolina', editado por Libros Cúpula (Grupo Planeta), es su primer libro, una recopilación de los grandes nombres que se exhibían en las gasolineras de España, acompañados de un collage en el que el artista reinterpreta el mito musical. Oro Jondo ya había demostrado su amor por este tipo de personajes de la cultura española e internacional en su famoso calendario, que hace unos años presentó en Yasss:
Ahora, vuelve a atender a Yasss para presentarnos su primer libro, una pieza imprescindible para cualquier fan de la cultura pop española.
¿Cómo definirías tú la música de gasolinera para todas aquellas personas asquerosamente jóvenes que no saben lo que es comprarse una cinta en un expositor?
Se podría decir que la música de gasolinera es algo así como música superventas consumida por la clase popular que triunfa sin la aceptación de la crítica ni el apoyo de los medios especializados. Es música denostada por el gremio musical y asociada a lo barriobajero, a lo chabacano y al mal gusto. Véase Camela, que siendo el segundo grupo que más discos ha vendido en España en los últimos 30 años (solo superados por LODVG) apenas ha contado con el apoyo de la industria y hasta no hace tanto, si decias que te gustaba Camela según en qué entornos, eras tachado de ser una persona sin criterio musical. Al fin y al cabo "música de gasolinera" es una etiqueta hija del clasismo creada por aquellos que han insistido fuertemente en seguir separando la cultura en alta y la baja cultura, algo que hoy en día, a mi parecer ya ha cambiado, o está cambiando y la gente se está liberando de estos prejuicio, y el concepto "música de gasolinera" nos lo hemos reaproiado los amantes de este universo musical y lo llevamos con orgullo.
¿Cuáles son tus recuerdos musicales de cuando eras pequeño?
Uy! muy eclécticos, pero siempre mainstream o populares, si algo se ponía de moda, a mi me encantaba. Mi infancia estuvo marcada por el programa de televisión 'Música sí' y las galas de 'Noche de Fiesta', todo lo que salía por ahí era lo que yo consumía. A mi me educó la televisión.
¿Comprabas cintas de cassette en gasolineras? ¿Cuáles compraste?
Por supuesto. Mi madre tenía una floristería al lado de una gasolinera y en frente de un puticlub. Era una zona rural y alrededor solo había bancales y descampados. Así que yo las tardes me las pasaba en la gasolinera viendo el expositor de casettes y el expositor de revistas, con la Super Pop, la Bravo, la Vale, la Loka y la Maxi tuning, que eran mis favoritas. Mi madre solo me daba dinero para comprarme un rico ultra procesado en la tienda de la gasolinera para merendar, y a veces, lo que hacía era guardarme el dinero de varios días para comprarme un cassette. Recuerdo comprarme el de las Spice Girls y el de Mónica Naranjo, y también, algunos de estos que eran recopilatorios con versiones falsas de los super éxitos del momento. También compraba música en el mercadillo de los domingos y cuando iba con mi madre al centro comercial, siempre me iba a la sección de música a escuchar las novedades mientras ella hacía la compra.
¿Qué artistas marcaron tu adolescencia?
Las Tess marcaron mi preadolescencia porque fue mi primer concierto, y también el primero que ellas dieron en su vida en la plaza de toros de Lorca. Cómo olvidar ese hitazo 'De carne y hueso'. Pero el grupo que marcó mi adolescencia fue Estopa y su primer disco, y la maqueta, Don Omar y su segundo álbum 'King of Kings' y todo el fenómeno OT.
¿Cómo surge la idea de hacer la recopilación de artistas de tu libro ‘Dame más gasolina’?
Estos artistas "de gasolinera" son una constante en mi obra, la mayoría son iconos kitsch, que es lo que a mi me llena el alma, así que supongo que era cuestión de tiempo que me surgiese la idea de hacer un libro recopilándolos. Si no lo he hecho antes era porque me echaba para atrás el tema de escribir, que nunca lo había hecho antes.
¿Qué se puede encontrar en este libro?
Al inicio de cada capítulo cuento un poco acerca sobre los artistas que aparecen en el mismo, el estilo al que pertenecían y lo que supuso ese estilo o esos artistas para la evolución musical española. También están mis collages, y también otra cosa muy interesante del libro son los códigos QR que acompañan a cada artista, que al escanearlos te llevan a una carpeta oculta de youtube que yo he creado en la que aparecen actuaciones, videoclips, entrevistas y momentos icónicos de cada uno. Mola un montón dotar al libro de interacción a la vez que gracias a estos códigos, el libro se convierte en un increíble archivo audiovisual que es canelita en rama.
¿Qué artistas actuales venderían sus cassettes en las gasolineras de seguir existiendo esos expositores?
Por supuesto estarían los artistas del momento como son Rosalía y C.Tangana, que además sus propuestas musicales son una revisión de toda el universo musical cañí que colmaban los expositores. Y también estaría toda esta escena que mezcla el flamenquito, la rumba y la música española de los márgenes con el reguetón como Omar Montes, Moncho Chavea, Los Kalis y sobre todo todos los artistas del sello Dagrama Producciones que son los que mejor recogen esa esencia de "gasolinera 2.0" con La Cebolla y La Puri a la cabeza. Pero también artistas que están a medio camino entre el "urban" y el mainstream que beben del regueton, el trap, el dembow, el dancehall como Bad Gyal, Nathy Peluso, La Zowi, Miss Nina, Soto Asa, Yung Beef, Kaydi Cain, La Goony Chonga, Bea Pelea...
¿Qué artistas de antaño recomiendas a la Generación Z para redescubrir?
Junco y Las Grecas sobre todo, pero también Los Chichos y toda la escena de la rumba vallecana, el flamenco pop y disco-gypsy de artistas como Amina y Perlita de Huelva, y toda la escena de tecno rumba que surgió a raíz del bombazo de Camela, de estos sobre todo recomiendo Ríos de Gloria.
Si tuvieras que quedarte con tan solo tres artistas de los que nombras en tu libro, ¿quiénes serían?
Lola Flores, porque es la diosa a la que yo le rezo; Camela, porque son los reyes indiscutibles de la música de gasolinera y Sonia y Selena, porque 'Yo quiero bailar' es la mejor canción del verano de todos los tiempos. Y la canción del verano fue un must en los expositores de gasolineras de los dosmiles.
¿Qué valor aportaron los espacios de las gasolineras a la cultura popular española?
Las gasolineras, los kioskos y la televisión fueron la única puerta a la cultura a la que yo tuve acceso. Yo no iba a museos ni a teatros, sólo por las excursiones del colegio y el instituto, así que para mi tienen un valor importantísimo, por no decir total. Y como yo, supongo que esto le pasó a mucha gente perteneciente a la clase popular que vivía en el campo, en pequeños pueblos o en el extrarradio de grandes ciudades. Así que sí, que coño, los expositores de las gasolineras y sus músicas han forjado completamente la identidad de la clase popular española y el imaginario colectivo del país.
¿Crees que internet acabó con la venta de música en las gasolineras?
Internet y, por otro lado, la incorporación del puerto USB a la radio de los coche, ha acabado con toda venta en formato físico de música. Ahora consumimos la música de manera digital y solo cuatro frikis compran música en formato físico. Internet ha cambiado totalmente el paradigma de la industria musical, ahora los músicos sacan un single con videoclip cada mes, en vez de un disco anual, porque así tienen más reproducciones en las plataformas digitales y por lo tanto recaudan más dinero, y también se ha reducido la duración de las canciones, pasando de una media de casi cuatro minutos a durar dos minutos largos, de esta forma se obtiene más dinero porque en una hora de escucha de un mismo artista en vez de escuchar 15 canciones, escuchas veinte, y por lo tanto, recaudas más. Internet lo ha cambiado todo y la industria musical se ha tenido que adapta, cariño.