Irene Nonay dejó la farmacia para ser agricultura: "Mi abuela me enseñó a no sentirme menos por ser mujer en el campo"
Irene estudió Farmacia en Pamplona pero, desde hace dos años, se dedica a la agricultura
El sector en el que trabaja está muy masculinizado, pero gracias a las redes sociales cada día descubre a más mujeres agricultoras
Los agricultores y los pastores son una especie en peligro de extinción porque no ha habido relevo generacional
No siempre tu carrera universitaria tiene que condicionar tu futuro profesional, este es, por ejemplo, el caso de Irene Nonay, una joven navarra de 28 años que a pesar de que estudió Farmacia en Pamplona se dedica a cultivar almendros en el desierto de Bardenas Reales (Navarra), como hacía su abuelo.
Desde pequeña, Irene siempre había ido al campo a ayudar a su familia, ya que son agricultores, pero, según nos ha contado a Yasss, no fue un día empezó a pensar en qué iba a pasar con los campos de mi abuelo "y todo lo que habían trabajado mis abuelos y bisabuelos" y decidió cambiar su vida.
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Fue hace dos años, Irene tenía 26, cuando decidió que iba a dejar la carrera de farmacia y dedicarse a los almendros, una decisión que su entorno se "tomó muy bien porque en mi casa nunca se ha distinguido entre trabajos de chicos y de chicas". Y es que, Irene no solo tuvo que enfrentarse a la presión de no dedicarse a lo que había estudiado, sino también a la de ser una chica ejerciendo una profesión que forma parte de un sector que a día de hoy sigue estando muy masculinizado (según los últimos datos del INE, en el segundo trimestre de 2020 el 23,5% de la mano de obra agrícola en España eran mujeres; es decir, alrededor de 180.000 mujeres se dedicaban a la agricultura, ganadería, silvicultura o pesca en este periodo): "Mi abuela era muy moderna y me enseñó que no me tenía que sentir menos por ser mujer", explica la joven a Yasss.
Todos sus seres queridos la apoyaron, también sus amigos que desde un primer momento "se lo tomaron muy bien porque saben que estoy haciendo lo que realmente me gusta".
Cada vez hay más mujeres agricultoras
A pesar de que la agricultura es una profesión todavía a día de hoy en la que predominan los hombres, Irene poco a poco está conociendo a más mujeres que se dedican a este oficio y está segura de que esto se debe a que cada día hay más agricultoras: "Está claro que es un sector muy masculinizado conozco muy pocas mujeres agricultoras, aunque es cierto que con las redes sociales cada día descubro más porque cada día somos más".
No obstante, que las mujeres trabajen en "las explotaciones agrícolas familiares, bien fuera dirigiéndolas o a pie de campo" no es algo nuevo, llevan haciéndolo durante años, pero "nunca han sido reconocidas, siempre tenían un papel secundario independientemente de que fueran ellas las que tomaran las decisiones".
En el caso de Irene, una mujer de 28 años que se dedica a la agricultura y lo muestra a través de sus redes sociales, no sorprende solo el hecho de que sea una mujer, sino también que sea agricultora siendo tan joven y habiendo estudiado una carrera universitaria: "Hay gente que se sorprende cuando les digo que soy agricultora y no entienden que habiendo estudiado una carrera universitaria quiera ir al campo. Pero yo creo que cada uno tiene que hacer lo que le haga feliz".
Los agricultores y pastores están en peligro de extinción
Aunque cada vez hay más mujeres que se dedican a la agricultura, Irene asegura que "no hay relevo generacional" en esta profesión y eso es algo que el preocupa y mucho, ya que precisamente por culpa de ello el "futuro para la agricultura es incierto y ahora mismo los agricultores y pastores somos una especie en peligro de extinción".
Además, uno de los motivos por los que puede ser que no haya más personas que decidan dedicarse a la agricultura son los precios que estos reciben por sus productos, puesto que "son los mismos que hace 40 años, todo sube de precio menos los productos del campo. Importamos alimentos de fuera de la Unión Europea que no cumplen los mismos requisitos y la misma normativa que la que cumplimos en Europa, están en la misma estantería del supermercado, a un precio más bajo, y eso es competencia desleal para nosotros", explica Irene que cree que habría que explicarle al consumidor que esos productos "no están producidos en las mismas condiciones que aquí. Sin precios justos acabaremos por extinguirnos".
Es precisamente por eso por lo que Irene, al igual que Rodrigo Carrillo (Tractorista de Castilla), decidió crearse perfiles en Twitter e Instagram, para explicar y compartir algunas cuestiones sobre agricultura con los más jóvenes, que muchas veces desconocen este sector: "Creo que hay mucho desconocimiento sobre la procedencia de los alimentos que compramos y creo que es necesario mostrar que detrás de esos alimentos hay un agricultor que se deja la piel por producirlos", asegura Irene.
Vivir en el campo es más duro de lo que parece
En los últimos meses, motivados por la pandemia, parece que dejar la ciudad para vivir en el pueblo está de moda. La vida en la ciudad es muy complicada, los alquileres cada vez son más caros y los niveles de contaminación están por las nubes; sin embargo, la vida en el campo tampoco es tan sencilla como a priori podría parecer.
Vivir rodeado de naturaleza no está nada mal, pero Irene Nonay cree que "se tiende a romantizar la idea de vivir en el campo, en medio de la naturaleza… Pero no hay que olvidarse que esto es muy duro".
Y es que ser agricultora, como en el caso de Irene, no consiste solamente en pasar el día en el campo, sino que "detrás hay mucho conocimiento y planificación. Además, hay que conocer el sector porque esto no se aprende de la noche a la mañana, hay que tener conocimientos de tantas cosas que nadie te enseña más que tu propia experiencia y lo que se transmite de generación en generación que hay que estar muy seguro de que realmente estás capacitado para sacar un cultivo adelante".
Es más, la responsabilidad del agricultor con su producto es tan grande que, aunque nos resulte increíble, "cada decisión que tomas puede comprometer el crecimiento del cultivo".