No solo te gustan por la trama: la importancia de la música en 'Euphoria' y '13 Reasons Why'
La música que acompaña cualquier escena en las series teen es indispensable para enganchar al público
Nuestra cabeza, cuando escucha una canción, en ocasiones la asocia a una serie concreta
¿Lo escucháis? Es el silencio. Imaginaos esa premisa para ver algunas de las series que, de una manera u otra, están dejando ahora su impronta en nuestros corazones y oídos. De silencio no quiero hablaros, más bien todo lo contrario, del mejor ruido, el musical, ese que, a base de canciones en las series televisivas, nos han marcado sin ser muchas veces conscientes de ello. La música es fiel acompañante de lo que vivimos y nos va dejando un poso en nuestro cerebro que sitúa momentos y situaciones concretos de nuestra vida asociados a canciones.
Ponemos el foco ahora en las series, esas que, a modo de maratones, nos “merendamos” en el mismo fin de semana de su estreno, sin dejar que spoilers y gente afín nos destrocen el pastel. Y ese pastel para algunas de las series de antes como de ahora, sabe mejor gracias a la música, que se lo digan a 'Stranger Things', trayendo de nuevo el fandom por los 80 y todo lo que engloba en lo musical y estilo.
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Series teenagers que nos están dejando huella gracias a su argumento pero también a su música. No porque compartan temas, pero sí la manera de profundizar en sus historias con la que nos hacen más cercanos a ellas, gracias a momentos musicales nada gratuitos y muy bien pensados, todo con un enfoque más crudo y directo que antes.
El caso de '13 Reasons Why' y 'Euphoria'
El foco queda puesto en torno a dos series actuales concretas con nexo en común, la música, y el drama generacional expuesto en ellas entendido de manera distinta.
Hay series que no serían igual sin su música, la cual ayuda a entender lo propuesto. Cuando acaba de estrenarse la tercera temporada de '13 Reasons Why' ('Por trece razones') en Netflix vemos un potencial caso de éxito y buen gusto, que, para más inri, cuenta con producción de la cantante Selena Gómez, lo que deja claro que la música es un elemento clave de lo que vemos.
¿Os imagináis 'Por trece razones' sin su música tan bien escogida y seleccionada? [Atención spoiler] Pensad simplemente en uno de los ejes centrales de su trama como serie, esa relación de amor juvenil que, casi con nuestra cabeza intentábamos empujar deseosos para que el bueno de Clay Jensen (Dylan Minnette) saliera de la mano de la maravillosa y diezmada Hannah Baker (Katherine Langford) antes de que desapareciera de su vida (y las nuestras). Ahora, vamos a movernos con nuestra mente a ese momento tan emocionante y profundo del capítulo en el que Clay recuerda a Hannah e imagina el baile en solitario con ella, lo que pudo haber sido y acabó torciéndose como esa relación que nunca llegó.
Es ahí donde vivimos uno de los puntos álgidos y más bellos de la ficción televisiva descubriéndose en lo musical ante nosotros, todo con la preciosa letra de Lord Huron y su tema 'The night we met' para escuchar, en su parte central, el resumen de su amor:
Take me back to the night we met, when the night was full of terrors and your eyes were filled with tears
Llévame a la noche en que nos conocimos, cuando la noche estaba llena de miedos y tus ojos llenos de lágrimas
Sin ella no hubiéramos entendido de manera tan profunda el amor y dolor constante de sus dos piezas clave, esos que, como pareja perfecta que hubiera sido, solo lo fueron durante dos instantes, en la cabeza del bueno de Clay y en el momento en que en el capítulo once y en una fiesta nocturna, dibujan la pasión esquiva e inconsciente del uno por el otro. Todo lo vivimos en una secuencia en la que él declara tener a Jeff como consejero sentimental con “una chica, en singular” dejando leer entre líneas su devoción por ella. La mirada y la expresión hacen el resto en su sutil declaración de amor.
El recorrido de la misma pasa por tres bandas sonoras que descubren artistas que conjugan con momentos de esperanza, dolor, fiesta y lágrimas. Desde Yungblud y su 'Falling skies', a la magia ochentera de Leon Else con 'My kind of love' y otra pieza casi instrumental que no olvidaréis tras verla: 'Souvenir' de Orchestral Manoeuvres in the dark, donde Zach y Hanna conectan. Y hablando de música, no podemos olvidar que el propio Dylan Minnette tiene una nueva banda de indie, Wallows, cuyo debut (Nothing happens) deja claro que se maneja igual de bien que en la serie.
Y en ese devenir por la polémica, donde para algunos el suicidio se ha dibujado de manera “romántica”, la serie de HBO Euphoria, no se queda corta. Con una exitosa primera temporada, el foco de atención de Sam Levinson queda fijo en el huracán emocional de la Generación Z. Y como toda polvareda, se levanta por el tono explícito propuesto, digno de visualización para entender nuestro ahora juvenil sin tapujos, ese que antaño se mostraba bajo melodramas “sanos” y puros de drama generacional norteamericano blandito.
Adolescencia rodeada de excesos, adicciones, confusión o soledad, donde el relato de Rue, una excepcional Zendaya (sí, la nueva chica de Spiderman), sirve de gancho inicial de sus ocho capítulos adornados de oscuridad y cuya trama comienza poco después del ataque terrorista a los Torres Gemelas, nada queda al azar en ella. Retrato generacional de quienes viven (vivimos) y andan (andamos) con la cabeza gacha ante la luz azulona y brillante que sale de nuestros móviles, donde la "incerteza" y lo que nos deparará un futuro inquieto son pieza clave. Tanto como su excelente y extenuante banda sonora, que seguro habéis flipado con ella.
Para ello, el propio director se ha ocupado junto a su equipo de dotar con inteligencia a su trama y otorgar a sus capítulos de un sentido musical que nos mete de lleno en una especie de hard party donde hay clásicos de estilo como Andy Williams y Air Supply, pasando por grandes nombres como las divas Jorja Smith o Beyoncé. Por supuesto, y en la línea de la serie, tenemos nuestras chicas “malas” como Billie Eilish ('You should see me a Crown') o Madonna ('Lucky star'), todo adornado muy 'Malamente' amén de Rosalía. Y, por supuesto, pasando por el propio estilo de Drake quien además hace de productor ejecutivo de la serie.
Sí, la música es lo que nos queda de fondo mientras disfrutamos de nuestras series, y tanto las de antes como las de ahora tienen en común eso mismo, la relevancia de canciones escogidas para dar mayor profundidad a las tramas juveniles que vivimos como nuestras. Tanto que formarán parte de nuestras vidas, ahora y después, poniendo imagen interior sobre dichas escenas cada vez que las escuchemos.