De charlar con un amigo en su pequeña cocina a llenar un teatro: cómo ¿PUEDO HABLAR! cambió mi vida
Nunca pensé que yo tendría mi propio podcast, pero aquí estoy, a escasas horas de volver a salir al escenario del Teatro Reina Victoria
¿PUEDO HABLAR! nació como una charla entre amigos en una pequeña cocina de Malasaña. En menos de dos años se podría decir que ha cambiado nuestras vidas.
Todas las entrevistas que he dado a diferentes medios de comunicación en los últimos meses han sido a raíz de mi podcast, ¿PUEDO HABLAR! Bueno, no es solo mío. Lo hago junto a Enrique, también conocido como Esnórquel. De hecho, la idea de arrancar este podcast fue suya. En todas las entrevistas nos hacen la misma pregunta: ¿cómo surgió este proyecto? Y aunque nunca lo he contado, lo cierto es que ni me acuerdo. Sé que fue idea de Enrique, que fue él quien me propuso hacer un formato que se construyera en base a una charla improvisada sobre un tema importante para nosotras, contando, de vez en cuando, con algún invitado guay. Al principio tiraríamos de amigos; ahora, casi dos años después, acabamos de sacar el episodio 66 junto a Carlos Areces, uno de los actores más famosos de España. ¡Estamos arribísima!
En verano de 2019 se publicaron los primeros episodios de ¿PUEDO HABLAR! Lo bueno de sacar un nuevo producto sin ninguna expectativa, porque nuestro primer objetivo fue más satisfacer nuestro gusto por una buena charla mientras comíamos simpáticas rosquillas que otra cosa, es que la mínima relevancia es recibida como una grata sorpresa. Yo, personalmente, flipé. El día que se estrenó nuestro podcast recibimos decenas de mensajes de gente a la que le había encantado, y tanto Enrique como yo crecimos notablemente en seguidores en nuestras redes sociales.
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No es que nos tomáramos el podcast a cachondeo, no. Nos lo curramos eligiendo temas, invitados a los que podíamos llegar a través de nuestros contactos y hasta haciéndonos unas fotos bien reshulonas que ya, prácticamente, se han convertido en nuestra seña de identidad. Es que jamás nos hubiéramos imaginado que ahora mismo, mientras lees esto, nosotros estaríamos ultimando todos los detalles para nuestro próximo show en vivo en el Teatro Reina Victoria de Madrid.
Pero, espera un momento, ¿que no tienes ni idea de qué es ¿PUEDO HABLAR!? No te preocupes, que si algo nos gusta a Enrique y a mí es hablar, sobre todo de nosotras mismas. En este vídeo te lo contamos:
"Llegar al millón de escuchas siendo dos mujeres independientas, autoproducidas vivas... no está nada mal", comenta Enrique. "Nuestro éxito nos ha obligado a crecer. Crecer a lo alto y a lo ancho". Porque si algo hemos hecho en este podcast, y quizás, quién sabe, este sea el secreto de nuestro éxito, es repetir bien de veces que estamos gordas. De hecho, le dedicamos un capítulo al tema, acompañados del actor Alberto Velaso, que hoy en día está en el top 5 de los más escuchados. Y también le hemos dedicado numerosas meriendillas a nuestra gordura, la verdad.
Somos gordas. Estamos locas. Venimos de un pueblo. Nos apasiona la cultura, la alta y la baja, y, aunque no nos ilusiona especialmente, reconocemos que hemos sido educadas en unos valores cristianos que han marcado nuestras vidas. Esta fue nuestra carta de presentación al mundo, que nos recibió con los brazos abiertos y que todavía no nos ha soltado.
Si hemos pasado de una pequeña y oscura cocina de Malasaña al escenario del Teatro Reina Victoria de Madrid ha sido gracias a nuestros oyentes, que se engancharon a nosotros desde el primer día porque estaban tan cucús como nosotras. Por eso el lema de ¿PUEDO HABLAR! es "ven por el chascarillo, quédate por los traumas".
Cómo un podcast puede cambiarte la vida
¿PUEDO HABLAR! lleva existiendo un año y nueve meses. Y este corto periodo de tiempo ha sido suficiente para, al menos a mí, cambiarme la vida. No de manera radical, en plan "ahora soy rubia", pero sí de manera profunda, que es donde ocurren los verdaderos cambios. Y este cambio ya irreversible se ha gestado, en mi caso, en tres momentos.
El primero, aquel 31 de julio de 2019 en el que lanzamos los siete primeros capítulos del podcast. En las primeras 24 horas el podcast tuvo más repercusión que cualquiera de las dos novelas que yo había publicado anteriormente (te dejo los títulos por si te llama la curiosidad: 'Kilo arriba, kilo abajo', de 2016, y '¡Es un escándalo!', de 2018). Hacer el podcast no me había costado "casi nada" comparado con el trabajo que hay detrás de una novela, por muy corta o mala que sea. Esto hizo que me plantease realmente si quería seguir escribiendo. Lo cierto es que no he vuelto a publicar ninguna novela.
El segundo, durante el confinamiento a causa de la pandemia de coronavirus, en marzo de 2020. Estábamos encerrados en casa, necesitábamos evadirnos y no teníamos nada mejor que hacer, así que tanto Enrique como yo nos comprometimos con nosotros mismos y con nuestra audiencia a tener un episodio nuevo cada semana. Esto me hizo darme cuenta de lo bien que me sentaba hacer ¿PUEDO HABLAR! No solo me lo pasaba bien, es que, de alguna manera, hablar de ciertos temas, algunos muy íntimos, era sanador.
El tercero, fue el día que nos subimos por primera vez al escenario del Teatro Reina Victoria de Madrid. Fue el 17 de enero de 2021. Salir ahí sabiendo que has agotado las casi 400 localidades de uno de los espacios culturales más emblemáticos de Madrid (donde mi madre vio a Raphael por primera vez, en los años 80, ni más ni menos), pasar un rato divertido y encima recibir halagos del público es algo... demasiado reciente. Todavía no me acostumbro, todavía no siento como que eso me ha pasado a mí. Y repetir la experiencia me está obligando a asumir que ahora también valgo para el vivo y el directo, algo que no me había planteado jamás.
Y a todo esto hay que sumarle la mejor parte. Concretamente, la otra parte. Porque ¿PUEDO HABLAR! somos dos personas, yo (que es de mala educación nombrarse a una primero, lo siento, pero aquí tenía sentido), y Enrique F. Aparicio, quien también tiene el mérito de haber contribuido al antes y después en mi vida, aunque lo que más valoro es que me haya acompañado en este cambio.