No hay palabras que definan a Samantha Hudson. Ni quién es, ni qué hace ni por qué es tan 'relevanta'. Ni siquiera se puede afirmar que lo que ella hace sirva para algo, pero es que las mejores cosas de la vida no tienen una utilidad tangible. Bueno, ella sirve para el placer. Quizás esa sea la única palabra que esté a la altura de esta artista. Es placentera, como lo es la hamburguesa que te comes a las cinco de la mañana antes de emprender el camino de regreso a casa. Poco importa si sabes o no sabes quién es Samantha Hudson, te fascinará con solo mirarla. Aunque no cante y no baile, su energía llena, su sentido del humor calma y su risa contagia. Compruébalo tú mismo en el vídeo de ahí arriba, en exclusiva para Yasss.
Ella es artista performance, referente LGTBIQ+, activista y ama de casa. Se volvió viral siendo aún menor de edad por la publicación de un videoclip en el que afirmaba que era maricón y le gustaba Jesucristo, y ahora, con 20 años, acaba de fichar por Subterfuge, uno de los sellos musicales independientes más importantes del país. Samantha no puede ser más Yasss y, por eso, nos hemos citado con ella en un karaoke de barrio y le hemos puesto un micro delante para que nos lo cuente todo sobre su vida. Poco importa que sea lunes a primera hora de la mañana y que prácticamente acabe de llegar de un bolo en Santiago de Compostela. No defrauda.
Para ella todo empieza en "ese momento en el que salí de la vagina de mi madre". Era el año 1999, y a ese bebé le pusieron el nombre de Iván. En Palma de Mallorca, donde nació, no lo conocerán hasta que pasen varios años, cuando empieza el instituto y decide ir a clase con una corona y una mochila de princesas. A los trece años creía que era transexual, pero Samantha Hudson le ayudó a ver que no era así. Según ha explicado Iván en varias ocasiones, Samantha no es un personaje, sino una evolución de sí mismo, un yo que aúna su lado masculino y su lado femenino. Poco después, el resto de España sabría de su existencia.
Quién mejor que ella misma para explicar el origen del mito que tenemos ante nuestros ojos: "En primero de bachiller nos dijeron que teníamos que hacer un videoclip para la asignatura de cultura audiovisual". No iba a hacer una cover de Ed Sheeran, como el resto de sus compañeros, por eso presentó su primera canción original. Y así fue cómo muchos de nosotros la conocimos, después de que el videoclip de 'Maricón' se viralizase en las redes sociales y llegase a las autoridades religiosas y a los medios de comunicación. Lo cuenta en el vídeo:
Samantha Hudson: el origen del mito
Era el año 2016. Versos de su canción como "soy maricón y me encanta Jesucristo, pero eso no le importa mucho al obispo, me echó de la iglesia por estar montando el pollo, yo solo le gritaba a Jesús que me lo f*llo" escandalizaron a varios grupos de derechas y el revuelo llegó hasta el Defensor del Menor.
Poco después, Samantha terminó sus estudios y decidió dejar Mallorca: "me fui esperando triunfar como un cantante pop adolescente pero me salió el tiro por la culata", adelanta. Y es que su primera aventura lejos de su ciudad natal, en Barcelona, no salió como ella esperaba: perdió dinero, tuvo un accidente y estuvo una semana hospitalizada.
Sus andanzas en la capital catalana fueron grabadas para un documental que llevaría por título su propio nombre, 'Samantha Hudson', dirigido por Joan Porcel. Se estrenó en el Atlàntida Film Fest 2018, un festival de cine online, y además batió récord de visitas en Filmin. "Solo me dedicaba a hacer mi día a día con una cámara grabándome", recuerda, "que yo ya vivo cada día pensando en cómo lo voy a ver cuando sea vieja y en la nostalgia que sentiré en un futuro". De hecho, cuando por fin se vio en la pantalla se sintió un poco extraña: "La verdad es que me gustó, pero es que yo cambio mucho de un año para otro, y ahí tenía diecisiete años. Ahora lo miro y creo que soy otra persona, aunque sigo siendo asquerosamente joven".
El documental termina con Samantha hospitalizada (perdón por el spoiler, aunque saber cómo acaba no te estropea la experiencia que es verlo). "No me arrepiento de tirarme por un balcón borracha, yo creo que me vino muy bien. Puede parecer una locura, pero entonces yo estaba obsesionada con alcanzar el nivel de artista performerYo era una niña muy ingenua y aquello fue un choque contra la realidad, y contra el suelo de manera literal, que me ayudó a darme cuenta de que las cosas no iban bien así, y que si mi vida no estaba funcionando en Barcelona, ¿para qué seguir allí?"
Tras una semana hospitalizada, Samantha decidió volver a casa de sus padres un tiempo para planear mejor las cosas. El sueño catalán terminó de forma abrupta, pero le sirvió para aprender cómo se hacen las cosas de verdad. Por eso, empezó a trabajar en una pizzería en Mallorca para ahorrar dinero y poder intentarlo de nuevo, pero esta vez con un colchón de seguridad, por si volvía a caer.
"Cuando estaba en Barcelona mis padres me mandaban dinero porque pensarían, nos ha salido travestorra, la pobre, qué menos que pasarle una pensión, pero también me decían oye, guapa, o estudias, o trabajas, o se te acaba el grifo", cuenta Samantha. Trabajó, ahorró y se mudó a Madrid. "Ahora vivo por mi cuenta y la verdad es que me está yendo muy bien, no he tenido que pedirles dinero, menos un mes que me gasté 500€ en zapatos y ropa, y no tenía para comer", explica mientras se ríe con ganas.
Su personalidad y creatividad no solo pueden disfrutarse en sus performances, también son palpables a través de los modelazos con los que aparece en sus shows, en su Instagram, o en su día a día. De hecho, ella misma propuso participar en el diseño del vestuario de los diferentes looks con los que posó para la sesión de fotos y vídeos de este reportaje.
Le encantan los outfits llamativos, llenos de color, neón, lentejuelas, plataformas... las pelucas y el maquillaje exagerado. También las referencias pop y cualquier estilismo que realce su figura y sus increíbles piernas. Para esta entrevista se eligieron dos total looks de la marca It-Spain, dos monos ajustados que cubrían todo su cuerpo, con estampados coloridos. El tercer look, más sencillo, está compuesto por unos pantalones negros y una camiseta de rejilla sobre la que resalta un top rosa fucsia.
Sí, en Madrid le va mejor. Se ha consolidado como cantante después de publicar su primer disco 'Los grandes éxitos de Samantha', es habitual en varios clubs madrileños y ha fichado por Subterfuge, sello del que salieron artistas como Fangoria, Aviadro Dro o Dover. Se arriesgó y ganó.
Pero, antes de alzarse con la victoria, volvió a perder: "cuando llegué a Madrid me puse a trabajar. Me contrataron en una cafetería de una conocida cadena. Yo era una de las mejores camareras, y nunca me quejaba ni nada. Pero, una vez más, me pudo la industria del espectáculo". El año pasado Samantha se volvía viral nuevamente tras ser despedida por subir una serie de stories desde su trabajo y vistiendo el uniforme de empleado, que fueron considerados por su empresa de muy mal gusto.
"Yo emulaba una conversación con una clienta", recuerda, "y decía ¿quieres un poco de tetas con tu café? Si a mí me atendieran así en una cafetería iría todos los días". Una vez más, la vida le daba otra oportunidad de demostrarle al mundo que ella es una maestra en convertir cualquier desgracia en una maravillosa anécdota que desearías que te hubiera pasado a ti.
Al ser ella ya una mujer famosa, aquellas stories llegaron a los jefazos de la cadena y fue despedida. "Les llevé a juicio por despido improcedente", explica, "pero la abogada me dijo que cabía la posibilidad de que el juez me denunciara a mí por perjuicios. ¿Cómo me vas a denunciar a mí? ¡A una chica tan guapa! De hecho, ir contra Samantha Hudson está tipificado en el código penal. Pero bueno, yo retiré la demanda, porque no me apetecía perder dinero. Perder tiempo me da igual, porque me sobra, pero dinero no".
Samantha Hudson es una artista fascinante, un no parar de crear. Sus fans están obsesionados con ella, pero, ¿qué le obsesiona a Samantha Hudson? "Darme paseos por la Gran Vía, con unos zapatos dos números más pequeños que mi pie, comprar ropa compulsivamente y Arturo Valls". Le pregunto si también le obsesiona Shrek, ya que lleva un tatuaje del famoso ogro verde en una de sus nalgas. "Un día dije me voy a tatuar a Shrek en el culo, pero sin ningún motivo", explica ella, "así que tuve que inventarme que 'Shrek' es mi película favorita", comenta entre risas, aunque luego confiesa que quizás la película que más le gusta es 'Hedwig and the angry inch' de John Cameron Mitchell. "También me obsesiona seguir para adelante y hacer todo el rato cosas", continúa. "Aunque cuando quiero descansar un poco y dejar de hacer cosas, me pasan ellas solas, porque la vida me ultraja y me humilla todo el rato".
Otra de sus armas secretas es cuidar su alimentación. Se ha visto obligada a desarrollar una pasión por los fogones, porque un cuerpazo como el suyo solo se consigue con esfuerzo, sacrificio y "un yogur bebido para cenar y algodón con vodka". Se ríe con todas y cada una de sus ocurrencias. "En realidad como bastante bien: mucha fruta, como mandarinas, que huelen bien. Los filetes no me gustan, no me gusta comer cadáveres. Pero una mandarina o un plátano me parece superdivertido. Luego igual me paso tres días de fiesta y en tres días solo me como un yogur, pero uno muy bueno, de soja. No escatimo en gastos".
Sin embargo, parece que ella no termina de entender por qué la gente se obsesiona con Samantha Hudson. "Yo me dedico a ser yo misma, con la suerte de que ser yo misma supone algo para ciertas personas", dice. "Nunca me consideraré un icono porque creo que soy un desastre, pero aprecio mucho que haya gente que crea en lo que yo hago y que lo considere algo revolucionario o subversivo, pero yo solo soy un travesti de guardia. Y de oficio".
Disfruta aquí del vídeo que recoge la experiencia de pasar un día con Samantha Hudson para la realización de este reportaje.
Un día con Samantha Hudson, ¡una auténtica locura! Así se hizo este reportaje.
CRÉDITOS
(Redacción: Perra de Satán | Jefe de Producción: Miguel Curtido | Estilista: Samuel Arguinzones | Maquillaje y peluquería: Cristo Rodríguez | Fotografía: Felipe Longoni)
VÍDEO
(Director creativo: Álvaro Moles & Guillem G. Saura | Producer: Luz Martínez | Ayte. producción: Dani M. Díaz | Realizador: Luis González | DOP: Carlos Guijarro | Foquista: Leticia Iniesta | Gaffer: Nerea Martínez | Edición y postproducción: Darío Álvarez | Making of: Salvador Fenoll)