Quan Zhou: "Nadie se considera racista, pero luego todo el mundo dice que tiene amigos que lo son"
La ilustradora acaba de publicar 'Gente de aquí. Gente de allí', un ensayo gráfico en el que reflexiona sobre la relación entre las personas migrantes, sus descendientes y los españoles que convivimos aquí
"Resolver mi dilema entre ser de "aquí o de allí" no ha sido fácil por la falta de referentes". Hablamos con Quan sobre racismo, integración e identidad
En el vídeo de apertura, @gazpachoagridulce nos explica cinco cosas muy simples que no debemos hacer 'never' a la hora de conocer o socializar con los "de allí"
Todavía hay veces en las que Quan Zhou Wu (1989) se para a pensar y todavía no se cree que haya publicado 3 libros, haya salido en los periódicos o hasta haya dado una charla TED. Echar la vista atrás ahora parece fácil, pero lo cierto es que el camino que ha recorrido hasta llegar hasta aquí, viviendo el racismo en su propia piel (pese a ser española) y tratando de encontrar su identidad mientras crecía entre dos culturas sin referentes, no lo ha sido tanto.
Pero empecemos por el principio, por si hay alguien por aquí que todavía no la conoce. Todo arrancó hace apenas cincos años con ‘Gazpacho Agridulce’, su primera novela gráfica que nació de casualidad (y un poco por necesidad) mientras les contaba entre risas a sus compañeros de curro en el comedor que su madre iba a conocer a su novio, y cómo ella le decía que tenía que casarse con un chico chino. Entonces, alguien de la mesa le sugirió que contase su experiencia creciendo entre la cultura china y la española y dicho ello: Quan le echó ganas, humor y, sin saber dibujar ni haber leído cómics antes, se puso manos a la obra. Le salió bien, tanto que luego sacó otro libro junto a sus hermanas, ‘Andaluchinas por el mundo’, lo petó con sus viñetas en Instagram e incluso se acabó convirtiendo en referente para muchos migrantes y sus descendientes que han tenido problemas identitarios por estar en su misma situación. Ahora Zhou, que no para, ha dado un pasito más y se ha convertido en 'socióloga pop' en ‘Gente de aquí. Gente de allí’ (Astiberri ediciones), un ensayo gráfico muy interesante que acaba de publicar sobre racismo, integración e identidad en el que reflexiona sobre la relación entre los migrantes y los españoles que convivimos aquí.
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¿Qué es ser "de aquí” y ser "de allí”? ¿Tiene sentido que nos sigamos “etiquetando” así hoy en día? ¿Por qué el 80,9% de la gente opina que tiene amigos con comportamientos racistas pero, a la vez, nadie se considera racista? ¿Cómo se sintió al inicio de la pandemia cuando personajes públicos como Donald Trump empezaron a llamar 'virus chino' al SARS-CoV-2? En Yasss hemos intercambiado unos cuantos audios de WhatsApp con Quan para que nos enseñe a socializar mejor y para nos hable de este libro que a ella le habría gustado leer cuando era adolescente: un libro doble que recoge los dos puntos de vista y que, según nos explica, al final es un poco como ella, una mezcla que no es solo de un lado ni del otro.
Pregunta: ¿Cómo nace ‘Gente de aquí. Gente de allí’?
Respuesta: Al principio estaba haciendo unos tips sobre cómo socializar con migrantes (lo que nos creemos y lo que es la realidad), para una beca del Ministerio de Cultura. Después de empezarlo, el resultado de la beca nunca salió, empecé a investigar y se lo enseñé a una amiga mentora (Nuria Labari) que me dio unos consejos y me comentó que lo que estaba haciendo se parecía mucho a un ensayo gráfico y que en España no había nada publicado sobre esto. Entonces me puse a tirar y a tirar del hilo y acabé con ‘Gente de aquí. Gente de allí’.
Después de publicar 'Gazpacho Agridulce' y 'Andaluchinas por el mundo', aquí has dado un paso más y te has lanzado al ensayo. ¿Qué libro querías hacer?
Yo no sabía qué libro iba a salir de todo esto... Realmente, cuando lo tuve en las manos terminado y tras leerlo entero, me di cuenta de que es el libro que a mí me habría gustado leer cuando era adolescente o estaba en la universidad: una especie de guía para cuando tienes problemas identitarios, para encontrar a mí misma y también para saber que el racismo que he vivido, o mis choques constantes con la sociedad eran algo normal, tanto por el contexto que estaba pasando España como por mi persona.
El libro tiene mucho curro detrás: entrevistas, referencias, encuestas propias y todo ello mezclado con mucho humor y con ese lenguaje ‘internetero’ tan habitual en ti. ¿Cómo ha sido mezclarlo todo y convertirte en ‘socióloga pop’ “sin ser tú nada de eso”?
¡Ha sido un poco nightmare! Una pesadilla porque yo tengo medios muy limitados y he hecho un research muy grande en cuanto a documentación: me he basado en artículos de medios, he producido dos encuestas en las que han participado 1.000 personas, he entrevistado a la socióloga Rosa Aparicio, he consultado ‘cientomil’ papers, etc. Después he tenido que estudiar, procesar y ordenar la información para hacer el discurso mío y narrarlo de forma que todo el mundo lo entienda. ¡Ha sido difícil! (ríe). Pero ha compensado mucho cuando he visto el resultado.
¿A quién va dirigido tu libro o quién te gustaría que lo leyese?
Me gustaría que lo leyese gente que piensa eso del ‘novaconmiguismo’, de que "esto de los migrantes y el racismo no va con ellos" porque, o no son racistas, o porque en España tampoco hay racistas... Por otra parte, también me gustaría que lo leyera gente joven que está creciendo y que, inevitablemente, se van a encontrar con problemas identitarios como, por ejemplo, jóvenes que sufren racismo de forma violenta o para los que la etnicidad les suponga un problema.
¡Y básicamente creo que me gustaría que lo leyera todo el mundo porque esto es un poco de cultura popular!
Una de las cosas peculiares de ‘Gente de aquí, gente de allí’ es la forma en la que se lee. Cuéntanos un poco las instrucciones, además en el medio hay sorpresa...
Para mí era imprescindible que tuviese los dos puntos de vista, que no fuese solo unidireccional para que sepamos empatizar los unos con los otros y, por supuesto, en medio tenía que ser el final en el sentido de que ni sea para ti ni para mí, ¡sino que esto es un punto en común!
Esto que te estoy transmitiendo está hasta pensado en su forma de maquetación: físicamente tienes que cambiar de punto de vista, que también es una analogía para tu cerebro de “vamos a cambiarlo” mientras estamos leyendo.
¿Qué es ser de “aquí” y ser de “allí”? ¿Tiene sentido que nos sigamos “etiquetando” así hoy en día o hay que darle una pensada?
Para mí ser de “aquí” y ser de “allí” es algo fluido porque, quien hoy es de aquí, mañana puede ser de allí porque la gente migra. Yo creo que es una etiqueta un poco desfasada pero no sé si hemos llegado al punto de tener ese desapego a la tierra, al territorio o a la historia para poder fluir más. En mi caso sí me pasa porque me he sentido muchas veces extranjera en mi propia tierra, entonces eso también causa desapego, y cuando voy al país de origen de mi familia (China) no la siento tan mía y la siento un poco ajena porque no me sé desenvolver.
Con esto quiero decir que nos etiquetamos para saber un poco quiénes somos y delimitar un poco nuestra identidad. Igual hay una nueva forma de hacerlo y ahí lo dejo claro, ¡porque una ‘socióloga pop’ tiene sus límites!
Yo me he sentido muchas veces extranjera en mi propia tierra
En el libro hablas de uno de los males de hoy en día: la ‘pasaportitis’, ¿le damos demasiada importancia al pasaporte y a la nacionalidad a la hora de categorizarnos?
¡Claro! Lo vemos con el pasaporte, con el DNI, con esa prueba fehaciente de lo que somos cuando en verdad no, y lo vemos también con la identidad de género. Tú eres lo que eres tengas pene, tengas vagina, tengas un pasaporte, un DNI o tengas lo que tengas. Quan no deja de ser Quan si yo tuviera un permiso de residencia en lugar de tener un pasaporte y tú no dejarías de ser tú si tuvieras pene o no.
También cuentas cómo "para los descendientes de migrantes el dilema de “aquí o de allí” es algo con que tienen que lidiar toda su vida aquí”. ¿Ha sido difícil resolver el tuyo? ¿En qué ha quedado la cosa?
En mi caso ha sido difícil de resolver por la falta de referentes. Al final cuanto creces aquí sin tener a nadie que esté entre dos culturas el resultado es: o eres china o eres española. Te dan a elegir porque la gente te intenta categorizar en lo que es similar a ellos. Entonces, como no hay nadie como tú y no tienes referentes, intentas encajar en unos cajones que no son la propia visión que tienes de ti mismo, sino cómo te ven los demás y esa idea es un poco errónea porque al final nadie sabe lo que vives. En este choque cultural tan grande para mí el resultado o donde confluye esto es la identidad fluida o mixta.
¿Y qué es eso de la “identidad fluida”? ¿Te lo has inventado tú?
Para nada es un concepto que me haya inventado yo. ¡Ojalá fuera tan guay! Al final la identidad no es cuantificable: yo no puedo decir que soy de una manera o de otra de forma fija (antes pensaba que sí y decía, por ejemplo, que era 70% española y 30% china), ni que mi identidad sea un producto finito. Lo que pasa que aquí lo encajonamos en el tema cultural, que siempre te estás expandiendo y, obviamente, si viajas mucho o te pasas largas temporadas fuera, tu identidad cultural se va diluyendo.
Cuando estuve dando una ponencia en Estocolmo me encontré con alguien que en Suecia siempre es “el catalán” y cuando va a visitar a la familia siempre es “el sueco”. Siempre estás vagando entre la gente y, lo que nos tiene que quedar de eso es que no está mal, aunque a veces te haga sentir un poco externo.
Antes has hablado de la falta de referentes y en el libro también explicas como, durante tu infancia, “pese a que aún no hubiera casi migrantes chinos en España, me sorprendía (y a veces enfadaba) que la sociedad diera por hecho cómo tenía que ser y comportarme”. ¿Te fue difícil crecer sin gente que se sintiera como tú?
Claro que es difícil porque vas por un camino inexplorado y aprendes mucho en base a ensayo-error. Cuando hay referentes o hay gente que te demuestra que eso es posible, lo que más te da es tranquilidad: de que lo que tú quieres ser es normal.
¿Qué le dirías a la Quan de principios de los 90 que se sentía un poco sola y aislada por esto mismo y a todas esas personas que se puedan sentir como tú?
A la Quan pequeñita le transmitiría eso: tranquilidad. Que lo que va a vivir es un proceso natural, de conocimiento y que todo va a salir bien. Y que no está mal y no está aislada, que hay una gran comunidad como ella solo que todavía no la conoce.
Aconséjanos: ¿qué podemos hacer para conocer socializar mejor con los migrantes y sus descendientes?
Yo creo que tenemos que tener apertura, porque aunque no sepamos (que de esto hablo en el libro, de que tenemos el sesgo implícito) y nos podamos considerar no racistas, tenemos de repente "cartuchos" de serie, tras haber visto tele o leer libros, que no nos esperábamos… Entonces, cuando vemos a una persona y tenemos ideas preconcebidas, hay que ser rápidos a la hora de detectarlas para reaccionar mejor y para que esa persona se muestre tal y como es.
Llegamos a uno de los puntos fuertes del libro: “El 80,9% opina que tiene amigos con comportamientos racistas pero, a la vez, nadie se considera racista”. Entonces… ¿Qué está pasando aquí?
¡Pues mira, no sé yo no sé qué pasa con el racismo que parece nadie lo es pero luego todo el mundo dice que tiene amigos racistas! Creo que al final es muy fácil criticar al otro pero cuesta tener autocrítica y aceptar que tenemos algo tan feo como son los sesgos racistas. La definición de racismo para la sociedad española es un poco vaga en el sentido que, al igual que con el machismo no hay que matar a una mujer para que sea violencia machista, con el racismo no hay que matar a una persona racializada para que sea racismo. Dentro de esa definición que es tan vaga y que la gente se va a los extremos, nadie se considera racista. Y luego es imposible (y yo me incluyo) que nadie tenga sesgos y estereotipos porque vivimos en una sociedad monocultural y se nos educa en una sola dirección (el de la sociedad receptora) y no en la globalidad.
¿Qué está pasando? Pues básicamente eso: que no tenemos una noción definida de lo que es ser o no racista, de lo que todos debemos pensar (yo me incluyo) y cómo podemos mejorarlo y que falta autocrítica.
Cuesta tener autocrítica y aceptar que tenemos algo tan feo como son los sesgos racistas
Dinos algún ejemplo o situaciones que hayas vivido y que demuestran que España sigue siendo un país racista para los que todavía tengan dudas...
Pues a ver, lo vemos por ejemplo en España con las bromas “sin maldad” o con los prejuicios de serie que tenemos. Antoinette que es la directora de Afroféminas nos ha contado cada cosa... Por ejemplo, de ir al Mercadona a por medias y que le dijeran “señora váyase que aquí, no buscamos a ninguna empleada” y ella en plan: “¿qué dices? Si yo soy doctora de Universidad y vengo aquí a por unas medias que no he encontrado”. Y también lo vemos con los piropos de doble rasero del tipo “eres muy guapa para ser latina”.
Un ejemplo reciente sobre discriminación lo hemos visto también durante la pandemia: Donald Trump empezó a llamar públicamente al covid 'virus chino' y se multiplicaron en EEUU las agresiones físicas y verbales contra la población asiática y asiático-americana. También aquí, muchos hijos de descendientes (como tú o Putochinomaricón) y la comunidad china, os unisteis para criticar que en España se estaba estigmatizando a los ciudadanos chinos
Pues me ha dado mucha pena. Al principio pensaba que era algo lineal: que si aquí estamos mal, después íbamos a aprender y a seguir mejorando y no es así. Al igual que con el feminismo hubo una primera, segunda y tercera ola y después vamos para atrás, supongo que con esto también pasa igual.
Cuando empecé a publicar ‘Gazpacho agridulce’, Berna una señora que tiene 63 años (la edad de mi madre), decía que lo que yo contaba lo había vivido también cuando era niña y a veces es un poco descorazonador pensar que no hemos avanzado nada. Quiero pensar que sí y que aprendemos pero también acepto que es un camino que tiene sus altibajos.
Y ya por último y para terminar con algo positivo: cuéntanos que es lo más Yasss que te ha pasado últimamente (pese a que 2020 haya sido un poco fuertecito)
Pues una cosa de puta madre ha sido publicar este libro en pandemia, dar una charla TED (con todas sus restricciones) y también ver a los seres que quiero sin contagiarnos de covid-19 (risas). ¡Eso también ha sido muy Yasss (ríe)!