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Bad Gyal, la trapera de 21 años que lo peta en China: "He aprendido mucho ganando dinero por mí misma"

  • Es una de las artistas nacionales jóvenes con mayor proyección en el 'trap'

Uñas de gel. Extensiones. Leggins. Piercings. La estética por antonomasia de la chica de barrio ya no solo está en la calle, sino que ha llegado a las altas esferas de la modernidad. Parece que para quedarse. Podríamos decir que Alba Farelo (Vilassar de Mar, 1997) es uno de los mejores ejemplos de este fenómeno. Conocida mundialmente como Bad Gyal, la joven artista ha pasado en apenas un par de años de madrugar para vender pan a las señoras del barrio a dar bolos en China, Tailandia o Corea con su música, que mezcla trap con el dancehall, el estilo de música que reina en Jamaica, y del que también salió el reguetón. El último ha sido en Islantilla, en Huelva, durante el festival 'Desalia 2019', celebrado la semana pasada y organizado por 'Ron Barceló'.

Con tanto cambio en tan poco tiempo, le hemos preguntado si las cosas en su casa, en su barrio, siguen igual, a lo que contesta que sí, con "los mismos amigos". Es a ellos de hecho a quien les debe ser lo que hoy es ella: "Todas las situaciones y personas de mi vida tienen que ver con quien soy yo hoy", nos cuenta.

Dentro de todo lo que es hoy Bad Gyal quizá lo que más llame la atención es ese aspecto tan característico, en el que reinan unas enormes uñas de gel, de todos los colores y formas: "Hace años que las llevo así, ya no las recuerdo cortas. Para mí son una parte más de mí, e ir sin ellas sería como salir sin máscara de pestañas para otras chicas...", explica.

Junto a esta estética urbana le acompaña el contexto en el que se desarrollan sus canciones, que son los barrios, los polígonos, la carretera. El suyo lo describe como "tranquilo, pequeño, jugábamos en la plaza... un barrio muy familiar". Cuenta que allí fue "donde conocí a mi mejor amiga cuando éramos niñas".

Detrás de esta artista de aspecto fuerte e independiente hay toda una historia de lucha. Bad Gyal lleva escuchando dancehall desde los 10 años, que ahora conoce a la perfección. El camino lo ha recorrido sola, sin nadie que le echara un cable ni le enseñara: "Mi entorno no estaba relacionado con el mundo de la música, y no tenía mucha gente a mi alrededor interesada por la jamaicana en concreto". Un día se puso a mezclar ritmos y todo lo demás es historia.

Evidentemente, uno no puede vivir solo de la música de un día para otro, así que mientras en su cabeza empezaba a bullir la creatividad, lo mismo estaba de teleoperadora que vendía pan a las señoras en la panadería del barrio. Eso queda un poco lejos ya, y aunque reconoce que "prefiero mil veces mi trabajo ahora, he aprendido mucho ganándome el dinero por mí misma y me ha enseñado a ser independiente desde muy joven".

Y de la noche a la mañana, todo encajó. Viajes, bolos, entrevistas, conciertos. Alba se convirtió en Bad Gyal y tocó techo en China: "La verdad es que lo de la gira en Asia no le esperaba". Podría parecer que quizá tiene vértigo, pero a ella toda esta vorágine no le intimida en absoluto. Al contrario: "Me motiva a trabajar más y hacerlo mejor". En ese afán de llegar más lejos le preguntamos con quién querría colaborar. Lo tiene claro: Vybz Kartel.

Si en apenas dos años la vida de la catalana ha cambiado tanto, es imposible adivinar qué será de ella en 10 años. Sí le hemos preguntado cómo se ve: "Haciendo música, y también teniendo otros negocios fuera de ella".