Divine, de niño acosado a estrella excesiva e inolvidable: "Le demostró al mundo que se podía ser diferente"
Divine es el nombre artístico de Harris Glenn Milstead, una de las superestrellas trash más importantes del siglo XX
El periodista Álex Ander recoge la historia de la mujer más hermosa del mundo (casi) en su primer libro
La primera vez que ves a Divine es una experiencia única. Si la ves en foto, como mínimo te llamará la atención por su aspecto inconfundible, su figura oronda, su maquillaje excesivo y su pelucón cardado. Pero si lo primero que ves es a Divine en acción, en una escena de una película, en una actuación o en una entrevista, probablemente no puedas apartar los ojos de ella. Quizás te resulte desagradable, en algún momento repulsiva, pero esta superestrella trash lo fue porque sabía captar la atención no solo de los que la admiraban, también de los que la odiaban, los que no soportaban su existencia y los que, simplemente, pasaban por allí.
El periodista almeriense Álex Ander recupera la historia de la que fue denominada "la mujer más hermosa del mundo (casi)" en su primer libro, para entender la personalidad de un hombre marginado e incómodo para la sociedad, para celebrar la existencia de un icono irrepetible y para permitir a nuevas generaciones experimentar las emociones que genera conocer a Divine.
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"Divine es inmortal", asegura Valeria Vegas en el prólogo de este libro. "Divine sigue siendo una bofetada incluso más de tres décadas después de su muerte y viene a demostrarnos que nada era tan moderno alrededor como nos han hecho creer". Una gran descripción para un mito indescriptible que marcó a una generación y que Álex Ander no está dispuesto a consentir, como "defensor de las causas perdidas" que se autodenomina, que caiga en el olvido.
Es el momento de reivindicar a Divine
"Creo que es importante reivindicar la figura de Divine", comenta el periodista, "pero también la de John Waters y su camarilla de amigos y colaboradores, conocidos como los 'dreamlanders', iconos de la contracultura estadounidense. Todos ellos coincidieron en Baltimore en la segunda mitad de los sesenta, y compartían una serie de valores: tenían inquietudes artísticas, estaban desencantados de la situación política de su país, se rebelaban contra la autoridad parental y rechazaban los dogmas católicos y el belicismo, etc. El hecho de unir sus talentos y no tener miedo a recurrir a la crítica y la sátira, y a hacer el tonto delante de una cámara para producir aquellas películas les acabó llevando a convertirse en referentes capaces de inspirar a varias generaciones de marginados y bichos raros".
Los dreamlanders inspiraron a varias generaciones de marginados y bichos raros
Es necesario apuntar que Divine era una persona marginada en su entorno, incomprendida y subestimada. Harris Glenn Milstead nació en 1945. Fue un bebé precioso, rubio de ojos azules, muy deseado por sus padres. Glenny, como lo llamaban, se convirtió en un niño muy bien educado que disfrutaba de acudir a la iglesia y se apuntaba a todas las obras de teatro que podía. Fue un médico pediatra el que habló con sus padres sobre la posibilidad de que el joven Glenn fuera gay, algo que pocos años después, cuando comenzó el instituto, se convertiría en un insulto contra él. Sus nuevos compañeros lo llamaban "gordo" y "maricón" y a veces lo esperaban a la salida de clase para pegarle. Poco a poco, Glen se fue convirtiendo en una persona introvertida e insegura, refugiándose cada vez más en sus aficiones, que practicaba a solas, como el estilismo, el maquillaje, los peinados y, por supuesto, el cine. Una experiencia con la que, por desgracia, mucha gente seguirá sintiéndose identificada.
Álex Ander cree que Divine puede seguir siendo un referente para los adolescentes de hoy, ya que ejemplifica "que siempre hay esperanza, porque él, después de sufrir acoso escolar sabía que podía salir de aquello y llegar a cumplir su sueño de triunfar en el mundo artístico; y que nunca hay que plegarse a la voluntad de los demás, porque Divine siempre luchó por ser él mismo, y por demostrarle al mundo que se podía ser diferente, en más de un sentido, sin que eso tuviese que tener una connotación negativa".
El triunfo de lo outsider
Pero, ¿por qué rescatar a Divine del archivo de películas viejas y de la memoria de los mayores? "Para mí, Divine representa el triunfo de lo outsider. Consiguió dar una vuelta de tuerca al drag, que en los sesenta era bastante aburrido y cuadriculado, aportando un toque de humor, desafiando las normas de género y las nociones preconcebidas de belleza". Algo que se relacionaría con una situación similiar que estamos viviendo actualmente, no solo por una nueva revolución más que notable en el arte del drag y el transformismo, también porque, gracias a las redes sociales, las voces outsiders, disidentes, incómodas, han encontrado un espacio en el que poder expresarse.
Uno de los momentos más importantes de la carrera artística de Divine fue cuando se comió una caca de perro. Recién hecha. Y enfrente de la cámara, escena que se recoge al final de la película 'Pink Flamingos'. "Aquello se hizo a modo de truco publicitario. Divine sabía que era muy fácil escandalizar a la gente, y en aquella época estaba dispuesto a hacer casi cualquier cosa por convertirse en una estrella", explica Ander. "John Waters le pidió que lo hiciera para que el escatológico acto cerrase la película 'Pink Flamingos'. Los dos pensaban que aquello suscitaría bastante interés y atraería a espectadores a los cines, y no se equivocaron".
"Aquello fue un arma de doble filo. El atrevimiento de Divine le persiguió durante años. No había entrevista en la que no le preguntaran por el asunto, y acabó un poco cansado", continúa el periodista. "Algunos productores se mostraban incapaces de ver más allá de todos esos escandalosos personajes que interpretó en su primera etapa, y eso hacía que apenas le dieran oportunidades. Alguna vez, Divine confesó incluso que había llegado a arrepentirse de rodar aquello".
Álex Ander, a título personal, defiende a Divine porque "demostró que se podía ser guapo y sexy con más de cien kilos, y que el reconocimiento externo puede ser importante, pero más importante aún es dedicarse a aquello que uno quiere, con independencia de lo que opinen los demás. A él, por ejemplo, siempre le decían que no tenía voz y que no se atreviese a cantar, pero acabó grabando varios discos y convirtiéndose en una máquina de hacer bolos por toda Europa, donde sus canciones pegaron bastante fuerte".
Hasta que el joven periodista se decidió a escribir su primer libro, 'Divine, la historia de la mujer más hermosa del mundo (casi)', solo existían dos biografías de este personaje, y ninguna estaba traducida al español. "Me pareció que la carrera de Divine y los 'dreamlanders' era lo suficientemente potente, y ellos lo suficientemente icónicos como para rendirles un humilde tributo ahora", explica el autor, que ha contactado con varias personas que conocieron a Divine muy de cerca.
Y si Divine hubiera sido madre, ¿quiénes serían ahora sus hijas o sus nietas? Algunos de los personajes que más admiramos en la actualidad tienen mucho que ver con esta superestrella trash estadounidense: "Me gusta bastante lo que hace Samantha Hudson", confiesa Alex. "Su potente estética y su humor subversivo me recuerdan por momentos a Divine, igual que lo hace esa forma tan personal de jugar con los paradigmas del género y el sexo. Esa capacidad para reírse de sí misma y, a la vez, tocarles las narices a los más rancios y retrógrados me divierte e inspira simpatía".
"Es importante que las nuevas generaciones conozcan a la reina madre de las drags. Sin ella y las que vinieron detrás, posiblemente, no existiría hoy día un programa como RuPaul's Drag Race. Yo, al menos, agradezco contar con referentes como Divine", concluye Alex Ánder.