Pocas cosas nos pueden dejar más impresionados que la muerte violenta de un adolescente a manos de su propio compañero de clase. Ese tipo de noticias siempre nos tumban y nos hacen preguntarnos qué se le puede pasar por la mente a un chico para llevar a tal extremo su enfado y a sangre fría apuñalar hasta la muerte a otro. Un contexto terrible al que todavía se le puede sumar un factor más grave: muchos chicos espectadores de la cruel escena que no hacen nada por evitarlo, ni tampoco por socorrer a la víctima cuando se precipita todo.
Así de triste y deshumanizado se describe este escenario que lamentablemente no está inspirado en una serie de adolescentes, sino en el mundo real. En concreto, en más de 50 chicos de carne y hueso que han sido testigos directos de la muerte de un compañero tras una pelea y lo único que han hecho ha sido mirar y grabar la escena con sus teléfonos.
Esto es algo que nos deja inevitablemente helados y que nos hace preguntarnos en qué jod*** mundo estamos viviendo donde no solo no se ayuda al vecino, sino que ante un momento de sufrimiento al que se asiste, no se presta auxilio, se graba y después se comparte en público. Un penoso hecho que no lo ha vivido un chico aislado y asustado, sino que se ha producido ante un grupo muy grande de jóvenes que vieron todo en directo para dar luego parte en sus redes, tal como se puede ver con el vídeo que han compartido. Sí, en esas redes sociales que son una ventana abierta para las alegrías, pero también para las miserias del mundo.
La víctima de esta inacción colectiva ha sido Khaseen Morris, un estudiante de 16 años de Long Island (Nueva York) que terminó falleciendo en el hospital a consecuencia de una grave puñalada en el pecho por parte de otro adolescente. Al parecer todo estuvo motivado por un episodio de celos y sucedió en los alrededores de un famoso centro comercial con muchos testigos de fondo. Sin exagerar, en torno a 50 es el número de estudiantes que se quedaron mirando y grabando con sus teléfonos mientras Khaseen se desangraba lentamente en la calle.
"Grabaron su muerte en vídeo en lugar de ayudarlo", ha sentenciado el detective teniente Stephen Fitzpatrick, del Departamento de Policía del condado de Nassau, que ha calificado la actitud tanto del presunto culpable como del resto de los chicos de "atroz" a los que ahora está tomando testimonios.
Sin dar más detalles innecesarios del horror que se vivió en los alrededores de este centro comercial o de si este había sido un caso aislado o antes el joven ya había vivido algunos episodios de bullying, lo único que se tiene claro es que todo empezó por los celos de un exnovio cuando una alumna de décimo grado le pidió a Khaseen Morris que este la acompañara a casa. Clásico caso en el que el abusón del cole no sabe cómo canalizar sus inseguridades y lo resuelve de la peor manera posible: con una desmedida violencia.
Lo cierto es que lejos de lo grave que es el acto criminal que aquí hemos contado, lo que nos tiene más asustados es el hecho de que tanta gente fuese espectadora y no hiciese NADA al respecto. Es más, rectificamos porque lo que hicieron en realidad fue grabar la escena sin prestar auxilio y ahora esta sea la única forma que tenga la policía de encajar todas las piezas del caso. Una forma más de fomentar la violencia y que dice muy poco de la empatía que se tiene hacia el otro y de cómo en la era de la inmediatez al final se puede llegar a perder el contacto con la realidad.