La entrevista hubo que posponerla una vez. Y a punto estuvimos de dos. Todo por un virus mortífero de gripe que primero dejó ko a Alicia y María y tumbó después a Paola, que a la hora en la que hablábamos con sus colegas deliraba con armarios bisexuales, pistas de tenis rosas y azules pastel, gente a la que te enganchas aunque te caiga mal y bodas de primos neoliberales. No, esto son más bien parte de las letras de sus canciones.
Concretamente de 'Bisexual', 'Mierda seca' y 'Canción pop de amor', que hablan, respectivamente, de una chica lesbiana a la que de pronto le gusta un chico ('como pudo pasar/cómo se lo cuento a mis abuelos'), un amor tóxico del que no puedes irte... aún ('eres como un mazapán/ cuando estás toda llena/ y no puedes comer más') y de una chica que describe todas las cosas cotidianas que va a hacer para conquistar a su crush (voy a traerte flores blancas/para que las puedas colorear/voy a reírme de tus chistes/aunque sepas que son lo peor). Mención aparte merece la cover que le han hecho a C Tangana de su 'Llorando en la limo', en la que ellas prefieren ir en Vespinos.
Aunque María y Alicia tienen, por orden, sus propios versos favoritos. "Yo quiero ser profe de yoga en la Bahamas, pero a tu lado lo sería de boxeo" y "quiero ver a tu gato crecer, yo lo regaría".
"Hacemos letras de amor un poco obsesivo, como que demanda mucho y a lo mejor no da tanto. Aunque es divertido, eso sí", explica Alicia. "Lo tratamos de una manera irónica y eso hace que acabe un poco viciado", añade. ¿Ese es el amor que hay ahora?, preguntamos. Y es María la que contesta rápida con un consejo: "Haced cosas románticas, chicos, pero no os dejéis engatusar con el amor obsesivo y posesivo del amor romántico".
Y ahí parece que hay una clave. ¿Cómo se hace eso? "Yo por ejemplo, a mi ex novia, a la que compuse 'Canción pop de amor', la regalaba un girasol todos los martes porque quería que cuando fuésemos viejas tuviésemos esa historia; eso es romántico, pero no tiene por qué ser obsesivo… o sí, no sé, qué lío: caro seguro", bromea María.
La idea era pasar un anti San Valentín con ellas. Pero no tenemos muy claro si lo conseguimos. "¿Que qué es entonces el amor? Mira, ni idea. Bueno sí, es alegrarte por su felicidad sin venderte a ti, yo me entiendo. Hay que tener mucha resiliencia cuando te rompen el corazón, amigos, porque de todo se sale. Menos de Tinder, de ahí no se sale, te lo digo yo", sigue María.
Un anti San Valentín perfecto según las Cariño sería "un brunch en el parque, aunque no, porque hace frío". O en la playa, "pero también hace frío". Pues en California, "eso es, en la playa de California con cañitas y algún morreíllo con Clairo, una chica que canta que me encanta y con la que coincidiremos tocando en el Primavera. Así que aprovecho para volver a declararme desde aquí, que ya lo hice una vez en el Decode", continúa María, que asegura ser "muy tímida", aunque un poco menos "con cinco copas".
También les preguntamos si está mal visto escribir de amor, una intuición entre los menores de 25. "No debería, pero en poesía sí porque te llaman intensa, y das la sensación como de como que eres débil, pero en la música no, ahí de pronto eres guay", explica Alicia. "Es un contrasentido que pasa, por eso le pedí a Paola que pusiese música a mis poemas", dice María.
"A partir de Twitter ya casi no hay armarios, está normalizado ser bi o gay o lesbiana", explica Alicia, la hetero del grupo, que lo ve en su prima, que aún va al instituto y cuya familia lo ha recibido con absoluta normalidad. "Aún queda mucho por hacer, pero los del 2000 se lo van a pasar muy bien. Por ejemplo, en la canción de 'Bisexual' le dimos la vuelta a la vuelta: yo la hice porque soy bollera y una vez me gustó un chico, pero no le besé ni nada, eso es mentira. Claro que hasta nos han dicho que somos homófobas por cantarla. ¡Homófobas!", dice María.
En el tema de cómo influye internet en el amor moderno están de acuerdo. A ambas les ha ayudado mucho a conocer gente, pero claro, tiene una contrapartida, un regusto amargo: "se frivolizan las relaciones por ese contacto fugaz, dejan de ser tan profundas", explica Alicia. "Sí, se vuelven más efímeras y feas, piensas que qué más da, si hay muchas más personas. Resumiendo: ya nadie regala girasoles los martes", remata María.