Si eres lo suficientemente viejales recordarás cómo eran las canciones antes del gran boom de la música latina. Durante la década de los 2000 el estilo de música que triunfaba era el pop-rock, que fue evolucionando hacia lo que luego se conoció como indie de forma generalizada cuando este género arrasó a principios de 2010. ¡Hasta Shakira iba de cantautora roquera y fue así, y con el pelo moreno, como pudo triunfar en España!
Pero, de repente, Shakira canta 'La Tortura' junto a Alejandro Sanz, y empieza a sonar una canción que se llama 'Gasolina' de un tal Daddy Yankee y aunque al principio los más listos miraban con desdén este tipo de música, lo cierto es que llega 2010, sale 'Danza Kuduro' y ya no hay vuelta atrás. La música urbana, antes conocida como reggaetón, comienza su camino ascendente hasta culminar en un 2020 en el que, por primera vez, el artista más escuchado de Spotify en todo el mundo es un cantante latino: Bad Bunny.
Te guste o no la música urbana, seguro que no te ha pasado desapercibido este detalle: estos cantantes siempre dicen su nombre, algunos, incluso, varias veces, en sus grandes éxitos. ¡La Rosalía! es la marca de la cantante catalana, y Bad Bunny, por ejemplo, siempre dice "Bad Banny yeah yeah". ¿Quieres saber por qué? En este vídeo te lo cuentan:
Independientemente del origen de esta moda entre los artistas de música urbana, está claro que, lo que mola ahora mismo, es dejar tu marca en la canción, es decir, cantar tu nombre, para que sepa, quien te escuche, que ese temazo es tuyo.
De todas formas, esto de "firmar" tus canciones en su propia letra no es algo exclusivo de la música urbana. Por un lado, y como se explica en el vídeo, tiene relación con el rap y el hip hop. Pero en la historia de la música reciente podemos encontrar un gran temazo que fue un verdadero éxito que no tiene nada que ver con el rap, tampoco podría catalogarse como música urbana, y aún así, sus cantantes necesitaron decir su nombre. ¿Te acuerdas de 'Despacito'? También en esta canción se decía "¡Fonsi! ¡DY!".
Vamos, que hoy en día lo más mainstream que puede haber es repetir tu nombre, tu apodo o el nombre de tu sello discográfico ("¡La Vendición!") como si fuera un mantra cada vez que saques una canción.
Julio Arce, profesor en el departamento de Musicología de la Universidad Complutense de Madrid, tiene una teoría muy interesante: "Creo que esto es una extrapolación de la cultura del selfi a lo sonoro". Se refiere a la tendencia cultural que hemos experimentado en los últimos años de hacer de nuestra cara o marca personal lo más importante. Por ejemplo: no es lo mismo ver unas gafas de sol en un escaparate que vérselas puestas a tu influencer de referencia en un selfie de Instagram. Te llamarán más la atención si se las ves puestas a ella, porque esa influencer se ha convertido en la parte más importante del producto. Pues, con la música, puede que esté ocurriendo lo mismo. Que hayamos llegado a un punto en el que venda más el nombre del artista que sus propias canciones.