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Me hacían bullying en el instituto y los profesores pasaban

yasss.es 22/02/2019 15:34

Mi nombre es Unai, tengo 17 años y desde segundo de la ESO he sufrido bullying.

No quiero entrar en salseo y dar detalles innecesarios, pero el acoso que yo he sufrido ha sido psicológico y físico. En segundo de la ESO unos compañeros empezaron a contar el rumor de que yo era gay. Si la cosa se hubiese quedado ahí no habría ningún problema, ser gay no es un insulto, no me ofendían. Ese fue el problema, que vieron que me daba igual y empezaron a meterse conmigo directamente.

Fue algo lento. No me dieron una hostia el primer día. Primero me insultaban. Me llamaban "maricón", "plumita", "soplanucas"… Como veían que me daba igual, empezaron a hacer otras cosas. Si me veían hablando con algún chico, le decían que yo era gay y que estaba detrás de él para que no fuese mi amigo. Un grupo de chicas de clase me acogió; ellas me apoyaron y fueron las que consiguieron que no entrase en depresión en estos años.

En el instituto apenas he tenido amigos chicos, y eso me duele porque es un reflejo de la homofobia y el machismo que hay en los institutos, sobre todo en ciudades pequeñas. Yo no soy gay, pero tampoco soy el "típico chico duro". Reconozco que soy sensible, que lloro cuando algo me emociona, que me gustan las películas románticas… En mi casa me educaron para que pasase de estereotipos, mis padres son feministas y eso me ha hecho ser quien soy. Eso jodía mucho a los machitos de clase.

Me hicieron muchas cosas. Imprimieron pegatinas con mi cara y frases ofensivas y las pegaron en el baño. Me hicieron fotos cuando me estaba cambiando en clase de gimnasia y las enviaron a todos. Pincharon las ruedas de mi bici. Después llegaron a las manos. Me daban tortazos "de broma", puñetazos en la tripa, me clavaban chinchetas… Pero lo que más me dolía es que todo esto pasaba delante de los profesores y nunca hicieron nada. Sólo una profesora me preguntó una vez que si estaba bien. Le conté la situación y se indignó mucho, pero nunca más me volvió a preguntar ni tampoco hizo nada para ayudarme.

En 4º de la ESO, a mitad de curso, los chicos que me hacían bullying me destrozaron los libros. En el recreo entraron en clase y mearon en mi mochila. Escribir esto me duele mucho, fue muy humillante. Cuando le pedí a mi madre dinero para comprar libros, me preguntó que qué había pasado y me derrumbé. Le conté todo lo que había callado hasta entonces.

Mis padres me apoyaron mucho. Hablaron con los profesores y con el director del instituto. Era como si yo fuese una pelota que se pasaban entre ellos. Un problema del que nadie se responsabilizaba. Al final el orientador escolar sugirió que me cambiasen de instituto. Decidimos que lo mejor era que hiciese bachillerato en otro centro.

Por un lado, me alegro. Ahora mismo estoy muy bien. En mi nuevo instituto la gente es amable o va a su bola, pero nadie se mete conmigo. He hecho amigos y me siento seguro. Pero me enfada que sea yo quien haya que tenido que cambiar su vida y no los que me hacían la vida imposible. Ellos siguen en el instituto como si nada hubiera pasado.

El orientador del antiguo instituto sugirió a mis padres no denunciar, dijo que sería un proceso largo. A mí me comió un poco la cabeza. Me dijo que iba a ser muy duro para mí ver en juicios a esos chicos y que a lo mejor se enfadaban más y la cosa se ponía seria de verdad. ¡Cómo si lo que había vivido antes hubiera sido una broma! No sé… Me lo creí y le pedí a mis padres que no denunciaran. Creo que en el instituto no querían perder reputación, que yo era una piedra en el zapato que se querían quitar y que lo consiguieron.

Desde hace un año estoy yendo a una psicóloga especializada en bullying. Intenté superarlo yo solo, pero no pude. Si has sufrido acoso necesitas a alguien profesional que te guíe, y eso no te hace más débil ni nada. Pedir ayuda es de valientes.

La terapia me ha enseñado algo muy importante: el bullying no tiene un motivo. A un matón le da igual que seas guapo, feo, alto, bajo, hetero, gay, rico o pobre, lo único que necesita es que tengas tu autoestima baja. Aprovechan tus vulnerabilidades y te atacan. Ya no pierdo el tiempo pensando "¿Por qué a mí?". Fui yo como podía haber sido cualquiera, así que sólo queda mirar adelante, dejar de sentir miedo y volver a confiar en la gente.

Si tu estás viviendo lo que yo viví, díselo a un adulto. Háblalo con tus padres y si no te sientes seguro, llama al Teléfono contra el Acoso Escolar. Hay salida.

El Teléfono contra el Acoso Escolar es el 900 018 018. Es gratuito, anónimo y puedes llamar si eres menor y sufres bullying o si eres un familiar o profesor que quiere asesoramiento. No dudes en avisar a alguien si sientes que estás sufriendo acoso escolar.