Logo de yasss
Cultura

yasss

Fui el abusón del colegio, pero he cambiado mucho

yasss.es 17/04/2019 16:58

Las series de televisión que abordan el tema del bullying nos cuentan historias melodramáticas sobre los abusones. El argumento suele ser que fueron víctimas de pequeños y por eso se volvieron agresivos o que canalizan sus inseguridades y miedos agrediendo a los demás. No siempre es así.

Igual que hay personas educadas en ambientes disfuncionales que desarrollan una personalidad empática y sana, nos podemos encontrar con personas educadas de forma ejemplar pero que se comportan autoritaria, agresiva y dañinamente. Esto no significa que la "maldad", entendida como una conducta antisocial recurrente, sea algo innato ni mucho menos, sino que las causas no son tan obvias como "padres malos, niños malos" o "niño maltratado, adulto maltrador".

Es difícil conocer las causas

No somos seres aislados del exterior. Durante nuestra infancia hay un amplio abanico de influencias y reforzadores: nuestros padres, nuestros hermanos, nuestros amigos y compañeros en el colegio, la realidad que vemos a través de la pantalla del ordenador, la televisión y el móvil, etc. Teniendo en cuenta todas las cosas que afectan a nuestra conducta a lo largo de la vida, aislar exactamente el desencadenante del bullying es muy difícil (por no decir imposible). Hay multiplicidad de causas y en terapia se pueden hallar las más relevantes o llamativas, pero hace falta esfuerzo y cooperación entre el psicólogo y el paciente.

Como veis, estamos partiendo de la premisa de que una persona con conducta antisocial vaya a terapia, cosa poco frecuente. Normalmente los maltratadores (sea cual sea el tipo de maltrato) no tienen conciencia de su problema. Si acuden al psicólogo suele ser por otra razón o porque sus actos han sido denunciados y judicialmente es necesario que vayan a terapia. Además, una vez se inicia el tratamiento psicológico cuesta mucho que sean conscientes de la gravedad de sus actos.

Suelen eludir la responsabilidad, restarle importancia o directamente negarlo. Tras todo el trabajo de toma de conciencia, se suele realizar un análisis funcional de la conducta o, en otras palabras, comprender por qué actúa como actúa. En este punto podemos obtener una explicación unicausal (por ejemplo, que fue víctima de agresiones en la infancia) o un montón de causas que aparentemente son insustanciales pero que en conjunto tienen sentido. ¿Qué creéis que es más habitual? Obviamente el último caso.

¿Por qué a mí?

¿Por qué digo esto? Porque cuando he tratado con víctimas de bullying hay una pregunta que ronda sus cabezas de forma recurrente: ¿Por qué a mí? Es habitual que experimenten una ambivalencia hacia el agresor, ya que por un lado quieren borrarle de su vida, pero también quieren tenerle cara a cara para entender su conducta. Si ya de por sí es difícil entender por qué nosotros mismos actuamos como actuamos, imaginad entender por qué lo hacen los demás.

"Acosé y humillé a un compañero de clase"

Pablo fue el acosador de su clase y no se dio cuenta de que cometió bullying hasta que años después fue a terapia psicológica por un problema de insomnio. Esta es su historia:

"Hace un año mi médico me recomendó ir al psicólogo porque tenía problemas para dormir y un poco de ansiedad, pero por motivos médicos no era recomendable que tomase pastillas. Me dijo que un psicólogo podía ayudarme mejor y por no esperar en la Seguridad Social, pedí cita a uno privado.

Un día hablando sobre el instituto y sobre una racha que tuve de dormir mal en 3º de la ESO, mi psicólogo puso cara rara como si acabase de decir algo muy interesante. Me pidió que le contase más. Sin ser consciente acababa de confesar por primera vez cómo acosé y humillé a un compañero de clase.

Yo y dos amigos de por aquel entonces (me digo a mi primero para no restarme culpa, porque aunque lo hiciésemos en grupo todos éramos responsables) le robamos la mochila a un chico de clase y se la escondimos en el patio. Un profesor se enteró y nos castigó, y estuve unos días durmiendo mal porque me daba miedo que llamase a mis padres y me echasen la bronca. No me preocupaba lo que había sufrido el chico, sino sufrir yo por las consecuencias de mis actos. Ese era el nivel.

Esta no fue la única cosa que hice. Le pusimos motes Eran cosas que aisladas pueden parecer bromas, pero cuando sumas todo sobre la misma persona se convierte en acoso. Hice bullying, no hay otras palabras bonitas para decirlo.

¿Por qué a ese chico y no a otro?

Pues no lo sé. Porque estaba ahí. Porque se picaba. Porque no se defendía. Porque nunca contó nada a nadie. No sé la razón y aunque la supiese tampoco solucionaría nada.

En primero de bachillerato el chico se fue del instituto y yo seguí con mi vida con normalidad. No sé si hice daño a otras personas. Creo que no, pero es que no puedo afirmarlo a ciencia cierta. Después pasé a la universidad y me gradué. Salí con gente, conocí a chicas, tuve parejas y también rupturas. Lo normal.

Una vez he sido consciente de lo que hice me he rebanado los sesos intentando saber por qué. Mis padres eran cariñosos y buenos, jamás me trataron mal ni de pequeño ni de adolescente y mi autoestima era normal. Supongo que un día sobrepasé la raya con una broma normal y ni yo ni nadie me frenó. Al día siguiente la broma en vez de ser graciosa fue ofensiva y no hubo represalias. Y así poco a poco lo que al principio no era nada se convirtió en un mundo para ese chico, sin que yo supiese que estaba mal, pero por dentro sabía que tampoco estaba bien.

Si lo ves, evítalo

Ojalá volver atrás y evitar lo que pasó, pero con mi historia me gustaría evitar el bullying. En vez de decir una y otra vez a las víctimas que denuncien, denunciemos nosotros cuando vemos algo "raro". Por ejemplo, si vas por la calle y hay a unos niños vacilando a otro, asegúrate de que no están pasándose. Y si eres profesor o padre lo mismo, en cuanto notes una mínima señal haz algo, aunque sea hablarlo. No podemos esperar que las víctimas actúen si los adultos son los primeros que miran para otro lado."

El Teléfono contra el Acoso Escolar es el 900 018 018. Es gratuito, anónimo y puedes llamar si eres menor y sufres bullying o si eres un familiar o profesor que quiere asesoramiento. No dudes en avisar a alguien si sientes que estás sufriendo acoso escolar.

También te puede interesar: