Dos agentes del cuerpo de policía de Los Ángeles fueron despedidos en el año 2017 por no acudir al lugar de un robo para tratar de atrapar un Snorlax en el videojuego Pokémon Go. Según los documentos de la investigación filtrados, Louis Lozano y Eric Mitchell decidieron hacer caso omiso a sus superiores para poder cazar un Pokémon. Cinco años después, los informes de la investigación han visto la luz.
Los agentes Lozano y Mitchel se encontraban la tarde de los hechos en las inmediaciones de un centro comercial que fue asaltado, pero decidieron retroceder por un callejón y se alejaron del escenario del hurto con el objetivo de cazar un Pokémon. Las cámaras instaladas en el interior del vehículo muestran que ambos comenzaron a hablar sobre un Snorlax que acababa de aparecer en una calle próxima. Después de capturar a Snorlax, tal y como constata en la grabación, ambos fueron a por Togetic: "Los muchachos van a estar celosos", se les oía decir. Estuvieron alrededor de veinte minutos intentando cazar estos Pokémon y desatendiendo la llamada de petición de ayuda para socorrer el robo que se estaba produciendo a escasos metros de donde se encontraban.
Para justificar posteriormente su conducta, los dos policías alegaron que el ruido de la música en las inmediaciones del parque les había impedido escuchar las diferentes peticiones que recibieron. Pero los oficiales no se dieron cuenta de que la cámara del interior del vehículo estaba activada, señala el informe.
Ni Mitchell ni Lozano son ejemplo de nada. Antes de emprender su búsqueda de Pokémon, se encontraron con un vagabundo en un callejón. Mitchell le dijo a Lozano: “Le voy a quitar el alcohol”. Lozano respondió: “Es lo mínimo que puedes hacer”.
A pesar de la evidencias, ninguno de los dos policías admitió que estaban jugando a Pokémon Go en horario de trabajo. “El juego requiere caminar, no conducir a diferentes lugares, y solo estábamos monitorizando una aplicación de rastreo", aseguraron. Lozano llevaba casi 19 años en el cuerpo y Mitchell, ocho años y medio.
Tras ser expulsados por su reprobable conducta, ambos pidieron ser readmitidos en el cuerpo al entender que el Departamento de Policía de Los Ángeles violó su privacidad al escuchar su conversación en el interior del vehículo. Sin embargo, fueron finalmente despedidos.