La historia de la perrita Bianca y su dueña, Eugenia, parece sacada de alguna ficción. Es más, recuerda sin ninguna duda a la de Hachiko, el cachorro de Akita que, tras la muerte de su dueño, un prestigioso médico japonés, continuaba yendo a la estación de tren donde acudía a recogerlo a diario hasta su fallecimiento.

Pues bien, la de Bianca y Eugenia es tan tierna como esta, pero siendo real. Su dueña falleció el pasado 15 de septiembre a los 80 años por una parada cardiorrespiratoria, pero la perrita sigue esperándola cada día en la puerta de la librería de la que era propietaria Eugenia.

Ahora, ha sido una vecina de la localidad de Tunuyán (Argentina) ciudad donde tiene lugar esta historia, la que ha compartido en su perfil de Twitter tres fotografías de Bianca junto a la puerta de la librería; acompañadas por el siguiente texto: "Eugenia tenía una librería al lado de mi negocio, sin dudas una de las personas más buenas y lindas que conocí. Hace unos días falleció y miren cómo su perrita la sigue esperando".

Con estas palabras y las fotografías el tuit de esta vecina, Nerina, se ha hecho viral en la red social donde acumula 486 retuits y más de 3.500 likes.

Bianca es una perrita que se crio en la calle hasta que dos vecinas de esta localidad decidieron acogerla. Se paseaba diariamente por las calles de Tunuyán y era tan afable que consiguió conquistar a sus vecinos. Ahora es ya una más en el pueblo.

Eugenia estuvo cuidándola doce años durante el día y otra vecina, Alejandra, por las noches. Esta era la manera que tenían las dos mujeres de repartirse la custodia de la perrita. Así que, la mañana siguiente al fallecimiento de Eugenia, como cada día, Bianca fue a esperarla a la puerta de la librería, pero ella no volvió a aparecer jamás.

Desde entonces, la perrita no ha dejado de acudir a su cita diaria, aunque Alejandra finalmente la adoptó, según ella misma cuenta a los medios locales. No obstante, y aún teniendo un hogar, Bianca continúa yendo cada mañana a la que era la librería de Eugenia con la esperanza de volver a encontrarla allí algún día.

Sin embargo, son ahora los nietos de la anciana los que han heredado el negocio familiar y, al igual que hacía su abuela, cada mañana, cuando Bianca acude a la librería, se encargan de mimarla y darle el alimento o agua que necesite.

Es más, uno de los sobrinos de Eugenia, que se topó con este tuit, ha comentado que "para la tranquilidad de todos, la perrita tiene familia y la siguen alimentando los vecinos y mis primos".

Como era de esperar, la historia ha conseguido emocionar a los usuarios que han llegado hasta el tuit en esta red social. Es más, lo han dejado claro a través de los comentarios que han escrito pidiendo que aquellos que estén cerca cuiden del animal como este se merece y como le habría gustado a Eugenia.

Por ahora, parece que no tienen nada de lo que preocuparse, ya que según cuenta la tuitera que compartió esta historia, al perrito lo cuidan y le dan de comer entre todos.