Lo que un padre es capaz de hacer por un hijo es difícil de superar y más si se trata de protegerle. El colegio, los compañeros y, en general, el mundo pueden llegar a ser muy crueles para los chicos tímidos y más si en este caso hablamos de que el protagonista de esta historia tiene autismo. Esa es la realidad de Lucas, un joven brasileño de 23 años que ha visto ahora su sueño cumplido al acabar la carrera de Derecho y en compañía de su padre que ha estado junto a él en todo momento.
Inspirado por su madre que era abogada, Lucas decidió que él quería seguir sus mismos pasos y esa idea generó muchos miedos en la familia. Suponía emprender un nuevo camino solo y ambos padres temían por las dificultades de su hijo a la hora de socializar y el miedo a que volviese a vivir episodios de bullying como los que había sufrido anteriormente cuando tenía doce años.
Para hacer frente a este giro inesperado y ayudar a su hijo a que no renunciase a su sueño, este padre brasileño de 46 años y técnico industrial, Luis Felipe Soares, decidió inscribirse en la universidad y cursar también Derecho junto a Lucas. Su intención era estar ahí solo al principio o como mucho dos meses, suficiente tiempo para ver cómo se desenvolvía su hijo y evitar que fuera acosado o discriminado por otros compañeros. Sin embargo, los planes no salieron como él tenía pensado.
En esta nueva etapa, Luis Felipe resultó estar más nervioso que su hijo y que esas semanas en las que ambos comenzaron juntos se extendieran a años y distintos cursos. "Mi objetivo era estudiar hasta el cuarto período, que era el tiempo necesario para que él socializara, pero no me dejó rendirme y estuvimos juntos hasta el final", explica este padre coraje que ahora también tiene como Lucas, su título en Derecho.
Y es que en el transcurso del curso, no solo Lucas se entusiasmó con la carrera que él quería hacer, sino que eso mismo también le pasó a Luis Felipe. Las asignaturas, profesores, compañeros, trabajos hicieron el resto y lo que este padre había iniciado para ayudar en la integración se su hijo, también se convirtió en su propio proyecto. Tanto es así, que formaron un tándem inseparable de equipo de trabajo y de exposiciones.
Una experiencia que además de haberle incentivado a este reto, le ha hecho ver a este padre que su hijo con autismo no presenta grandes diferentes respecto al resto. "Lucas era otro alumno más en clase. Todo el trabajo y las pruebas se hicieron por igual. Completó el curso con su esfuerzo", ha sido el discurso orgulloso de este padre por el esfuerzo de su hijo.
De hecho, cuando tuvieron que pasar a las clases online por culpa de la pandemia, Luis comprobó como su hijo con autismo echaba de menos a sus compañeros y eso que para él su gran dificultad se presenta a la hora de comunicarse, pero "les extrañaba", tal como ha manifestado el padre. Y ahora que los dos han terminado la carrera de Derecho van a seguir dando pasos juntos.
En este caso Lucas quiere ir más allá y ese mismo impulso también lo siente Luis Felipe. Ya no es para ver si su hijo es o no capaz de socializar. Eso ya lo ha visto claro con la experiencia de la carrera. Ahora es por amor a todo lo que ha aprendido con el Derecho y en lo que se quiere él también seguir especializando. Sus planes pasan ahora por "hacer el examen del Colegio de Abogados de Brasil y Lucas quiere hacer un examen público. Definitivamente, lo apoyaremos", es el deseo de este padre que ha logrado mucho más que acompañar y proteger a su hijo.