¿Quién no ha fantaseado alguna vez con encontrar una botella con un mensaje misterioso en una playa? Probablemente más de uno haya soñado con toparse con un tesoro así en mitad de sus vacaciones de verano o en una jornada normal, mientras daba un paseo. Pero muy pocos pueden presumir de haber encontrado un mensaje en una botella, quien sí lo puede hacer es una niña de nueve años, que encontró en junio en una playa hawaiana, oculta entre unas rocas, una botella de vidrio que parecía contener algo en su interior.

Dentro de la botella había tres formularios de contacto: uno en japonés, otro en inglés y un tercero en portugués en los que se podía leer, aunque habían sufrido algunos rasguños y estaban amarillentos por el paso del tiempo, que la botella se había lanzado al mar desde la costa de Chosbi en Japón. Además, se rogaba al descubridor que se pusiera en contacto con las personas que habían lanzado esa botella al mar, tal y como cuenta el diario japonés The Mainichi.

La joven hawaiana decidió mandar una carta a la dirección facilitaba en los formularios y la sorpresa fue enorme en el instituto japonés al que llegó esta misiva el pasado 3 de septiembre, ya que sí que habían sido estudiantes de este centro los que habían lanzado la botella al mar, pero ninguno de ellos seguía allí, ya que el mensaje se envió en 1984 (¡hace 37 años!) como parte de un proyecto escolar y ya no esperaban que fuera descubierta y, aún menos, que llegara tan lejos, pues ha recorrido 6.000 kilómetros. ¡Te contamos esta curiosa historia en Yasss!

Quizá al comienzo, has pensado que el mensaje podría ser de un naufrago, de algún soñador o de algún bromista, pero lo cierto es que la botella fue lanzada por un grupo de estudiantes japoneses del centro Choshi High School en 1984 como parte de un proyecto de investigación para la clase de ciencias naturales. ¿El objetivo? Estudiar las corrientes marinas, por lo que no solo se envió esta botella, sino otras 749 más.

Las botellas se lanzaron al océano cerca de la isla Miyakejima desde una lancha patrullera de la Oficina de la Guardia Costera de Choshi. A partir de 1985, un año después del lanzamiento, se encontraron las primeras y, desde entonces, se habían encontrado 50 de ellas en 17 lugares distintos: la mayoría en Japón (en las prefecturas de Okinawa, Akita y Kioto), pero también en algunos puntos fuera del país, como en el atolón de Midway y en la costa oeste de Estados Unidos, en Filipinas y en China.

Sin embargo, no se encontraba una desde 2002, cuando en la isla Kikaijima, al suroeste de Japón, se encontró la botella número 50. En 2007, habiendo perdido la esperanza de que se encontrara otra más y ante la imposibilidad de lanzar más botellas al mar por motivos medioambientales, el club de ciencias naturales del instituto suspendió este proyecto. "Nunca imaginamos que se encontraría otra 37 años después", ha explicado el subdirector del centro, Jun Hayashi.

Los estudiantes del instituto japonés están muy emocionados porque se haya encontrado una de estas botellas tan lejos y han decidido mandarle una carta a la niña hawaiana que la ha descubierto y que se ha puesto en contacto con ellos. La noticia también ha llegado a oídos de los estudiantes que participaban en el club de ciencias naturales en 1984 y que ahora rondan los 55 años, como Mayumi Kanda, que en declaraciones a The Mainichi dijo: "Me sorprendió, revivió los recuerdos nostálgicos de mis días en la escuela secundaria".