Para los amantes del misterio hay un restaurante en Sevilla al que todos siguen la pista. Su fama no se debe especialmente a la comida que sirven, o porque sea un punto turístico. La marca que arrastra el restaurante Viandas se debe a la huella de lo paranormal. En él pasa de todo. No se libra de nada.

Lo que se cuenta de él bien podría inspirar a la próxima película de terror porque tiene dosis de suspense para todos los gustos. Desde sombras que aparecen y desaparecen, desconocidos que captan las cámaras de seguridad, objetos que cambian de sitio por arte de magia, puertas que se abren o cierran solas, pisadas que nadie ha dado, aparatos eléctricos que se ponen a funcionar de golpe o bajadas de temperatura drásticas que ponen los pelos de punta a cualquiera solo de imaginarlas.

Con todos esos ingredientes, no es de extrañar que expertos de lo paranormal se hayan acercado hasta este restaurante de Sevilla para tratar de entender por qué se dan allí todos esos fenómenos sin explicación. ¡Hasta el mismísimo Iker Jiménez se atrevió a hacer allí una ouija para ver qué es lo que sucedía! Y, ¿qué es lo que se encontró? Que este lugar tiene un pasado histórico que le sigue persiguiendo a día de hoy.

En la actualidad, el Viandas como tal ya no existe. A él le han seguido otra serie de negocios, pero hay algo allí que impide que todo lo que empieza prospere. ¿Serán esas historias que no se han contado? Lo cierto es que nadie quiere estar allí y todos los que visitan el lugar coinciden en que lo que pasa en ese edificio de tres plantas pone los pelos de punta.

Para entender todo lo que no se puede explicar de este lugar hay que mirar atrás. El pasado, tal vez ayudará, a descifrar por qué aquí han pasado cosas tan raras. Por lo pronto, en sus orígenes este enclave cuenta con un incendio en su historial, el asesinato de un sereno en 1936 en sus inmediaciones y, también, una extraña aparición en los años 50 en el edificio. ¿Qué es lo que llamó a su puerta? Una caja de madera en la que había en el interior el cadáver de un niño. ¡Muy heavy esto!

Y si con todo lo que se ha contado no tuviésemos suficiente, una remodelación en 1956 descubrió una cripta secreta en la planta de abajo que animó más a creer en la historia encantada. ¿Sería lo último? Para nada... Este edificio como ya os hemos contado, no se iba a dejar ningún terror en el camino. Después de esos terribles hallazgos también se practicaron en algunas de sus habitaciones sesiones de espiritismo.

Y claro con todo ese currículum de misterio, se ha convertido en una parada obligatoria, en un punto de encuentro para los amantes de lo paranormal. Se conoce la zona como 'La milla de oro de los fantasmas' y ha recibidos las visitas de Iker Jiménez y de otros investigadores que se han atrevido a visitar el lugar para sacar sus propias conclusiones.

En todos los casos, siempre pasa lo mismo. Se asiste a un espectáculo fantasmal desde luego. Sombras recorriendo los pasillos, habitaciones congeladas sin explicación y un restaurante que va cambiando de nombre (antes era el Viandas, luego pasó a llamarse Mediterráneo y en la actualidad es el Perro Viejo) pero en todos los casos no se libra del halo de misterio ni de que le persiga su propia maldición.