Apoyo a Elsa Ruiz: "Yo también hacía chistes machistas pero nadie cuestionó mi feminismo porque nací con vagina"
Compañeros de profesión o famosos como Bob Pop, Susi Caramelo, Moderna de Pueblo y Nacho Vigalondo y otros cientos de tuiteros, le han mostrado su apoyo
Que Elsa Ruiz usase recursos cómicos machistas en 2012 se ha convertido en la excusa perfecta para condenar y excluir a las mujeres trans del feminismo
Además, en esos mensajes también ha utilizado el necrónimo de la humorista (el nombre que se le asignó al nacer) sin su consentimiento
Coincidiendo con el mes del orgullo LGTBI, durante junio las redes sociales se vieron inmersas en interminables debates sobre las declaraciones de J. K. Rowling y la importancia de defender los derechos de las personas trans. El orgullo ha llegado a su fin pero las polémicas y la transfobia no cesan.
La última gran batalla de Twitter comenzó cuando una usuaria publicó un monólogo de la cómica y activista trans Elsa Ruiz. "¿Qué tiene esto de malo?", cabría pensar. Pues parece ser que, en el vídeo en cuestión se abusa de un humor un poco sexista.
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Dicho monologo es de hace ocho años atrás y ha servido como detonante para que se desate una oleada de transfobia, recuperándose fragmentos de actuaciones previas a su transición acompañadas de mensajes de odio del tipo: "Era igual de misógino antes que ahora maquillado". Y como este, centenares de tuits más.
En ellos se utiliza el necrónimo o deadname de la humorista (es decir, el nombre que se le asignó al nacer) y también se cuestiona su identidad de género afirmando que es "un hombre con tacones", "un humorista que no triunfó como tío y que por eso se disfraza" y "alguien haciendo un papel"...
Por su parte, Elsa Ruiz ha decidido emprender acciones legales ante el acoso, anunciando en su Twitter que "se están recabando los perfiles y tuits de aquellos que hayan lanzado ataques en el pasado, en el presente, así como en el futuro". Desde Yasss nos hemos puesto en contacto con su representante, aunque de momento y debido a la difícil situación, prefiere mantenerse al margen.
“Nadie que se dedique a hacer reír puede decir que nunca se ha pasado de frenada”
Si bien hay gente en redes e incluso compañeros de profesión que se ha posicionado respetuosamente, la gran mayoría de comentarios despectivos no critican las declaraciones o los chistes de mal gusto de la humorista, sino su identidad.
Que Elsa Ruiz usase recursos cómicos machistas en 2012 se ha convertido en la excusa perfecta para condenar y excluir a las mujeres trans del feminismo, algo que lleva sucediendo meses en redes sociales. No es casualidad que esto ocurra justo cuando está a punto de aprobarse la Ley Trans Estatal, una reforma que busca garantizar los derechos y libertades de las personas trans, así como frenar la discriminación social, sanitaria y laboral que sufren.
Por suerte, el apoyo de la comunidad tuitera no ha tardado en hacerse oír. Bajo el hashtag #ElsaRuizEstamosContigo, centenares de tuiteros han defendido a la activista dejando claro que lo que decía hace ocho años no representa a la mujer que es hoy en día.
"Me encanta Elsa Ruiz. Me hace mucha risa y me cae magníficamente. Nadie que se dedique a hacer reír puede decir que nunca se ha pasado de frenada, y más al principio. Y no creo que hoy me representen el 98% de mis chistes de hace 8 años, la verdad", afirmaba Ana Morgade desde su cuenta personal.
A ella se sumaban otros personajes públicos como Bob Pop, Susi Caramelo, Moderna de Pueblo y Nacho Vigalondo. Todos ellos compartían una misma reflexión: las personas nos equivocamos, pero no se nos puede juzgar por nuestros errores del pasado sino por nuestra lucha en el presente.
El feminismo nos enseña a aprender de nuestros errores
"Adquirir conciencia feminista y no reconocerte en comportamientos de hace una década es sinónimo de aprendizaje y motivo de orgullo. Rebuscar en el pasado de compañeras hasta encontrar "fallos" solo nos recuerda que el discurso de odio TERF existe hoy", tuiteaba la usuaria Azul Corrosivo.
Somos muchas las mujeres que hemos criticado a otras por su físico o por su vida sexual alguna vez, ya sea inconscientemente o no. Y que tire la primera piedra quien nunca haya hecho o se haya reído de un chiste sexistas, homófobos o tránsfobos... Por suerte, el feminismo y la lucha LGTBI nos ofrecen un entorno seguro para deconstruirnos y aprender que hay ciertos pensamientos que perpetúan el odio.
"Hace ocho años yo hacía chistes machistas, me ligaba a los novios de otras y me vanagloriaba de ser "la amiga de los hombres". Pero a mí nadie me ha cuestionado mi feminismo porque nací con vagina", añadía Paola Aragón.
Se puede y se debe criticar una conducta machista, de eso no cabe duda, pero utilizar el necrónimo de una persona trans o insinuar que su identidad es un disfraz no es un argumento, es odio.
Utilizar el necrónimo de una persona trans o insinuar que su identidad es un disfraz no es un argumento, es odio
En España hay más de diez mil personas trans, y por desgracia, la transfobia es el pan de cada día para ellas. En el ámbito sanitario, se les cuestiona y somete a pruebas poco éticas para poder ser reconocidas por su verdadero género. En el ámbito laboral, tienen más dificultades para conseguir trabajo, sobre todo en las fases previas a la transición. En el ámbito social, se escarba en su pasado para negar su existencia.
Teniendo esto en cuenta, es necesaria una ley que proteja a la comunidad trans de la discriminación y que garantice igualdad de oportunidades, así como un feminismo transinclusivo que ofrezca un entorno seguro para aprender y crecer.