Durante la tarde del pasado lunes se viralizó un vídeo en las redes sociales donde aparecían dos jóvenes auxiliares de enfermería en prácticas denigrando a una anciana que se encontraba en una cama de una residencia. "Va, abre la puta boca ya, hombre, vieja cascarrabias" decía una de ellas, Elisa, a la anciana que no quería tomarse sus pastillas.

Ahora, el departamento de Trabajo, Asuntos Sociales y Familia están investigando la residencia de Terrasa (Barcelona), donde fue grabado el vídeo y desde la cual aseguran que ya han despedido a estas dos trabajadoras.

Este vídeo, una vez vio la luz, se virilizó muy rápidamente en las redes sociales, acompañado de comentarios que criticaban lo que habían hecho estas dos jóvenes. Y es que, parece que a veces el postureo está por encima de todo, hasta de la moral; ya que las jóvenes no dudaron ni un segundo en hacer público este vídeo en el perfil de Instagram de Iona, donde la seguían en ese momento más de 7.000 personas.

En el vídeo aparecen las dos jóvenes, la que está intentando darle la pastilla a la anciana y la encargada de grabar el vídeo que no puede parar de reírse por la situación. En un momento determinado, Elisa se dirige a la cámara y asegura: "Yo no soy así, que conste, pero me saca de quicio".

Lamentablemente, hay quien por unos likes y un aumento considerable de seguidores hace lo que sea. Este es el caso de Iona, la influencer de fitness que grabó esta deplorable actuación y la subió a sus redes sociales. Parece que la joven tiene un manejo de las redes muy calculado, propio de cualquier influencer, ya que hasta para subir el vídeo con el que pretendió disculparse usó una estrategia muy utilizada por estos profesionales.

A media tarde subió a sus historias de Instagram una imagen en la que aseguraba que por la noche daría explicaciones y así fue. Dejó esa imagen toda la tarde en su perfil y por la noche subió un vídeo donde quiso pedir "disculpas a todos los familiares que se hayan podido ver afectados y a la demás gente". También aprovechó este vídeo para informar de que se cerraba la cuenta de Instagram temporalmente, hasta que se "vea capaz de subir un vídeo en mejores condiciones".

Así que, ahora mismo ninguna de las jóvenes tienen sus cuentas de Instagram activas, no obstante, la que se ha disculpado a través de este vídeo consiguió aumentar sus seguidores con toda esta polémica casi el doble. Cuando subió el primer vídeo le seguían unas 7.000 personas y justo antes de cerrarse la cuenta más de 12.000. Así que, está claro que, aunque la mayoría de personas condenamos lo que hicieron, también le ha servido para darse a conocer… ¿Estrategia de marketing fallida o no?

La joven, que también era popular en TikTok por subir sus rutinas deportivas, ha cerrado su perfil de esta red social. Suponemos que estas son algunas de las consecuencias que, según asegura en el vídeo, estaba dispuesta a asumir por su falta de humanidad ante esta situación.