Hoy en día, perder el teléfono móvil puede ser una autentica catástrofe para la gestión de nuestras vidas. Gracias a los meteóricos avances tecnológicos, el móvil ha dejado de ser un simple soporte de comunicación, para convertirse en una infinita agenda, llave de acceso, forma de pago y eje central de las transacciones del día a día. Y, perderlo en el fondo del mar, ya es darlo completamente por perdido.

Sin embargo, en las playas de Florida - concretamente en la de Boca Ratón - ha ocurrido algo que podría considerarse como un milagro. Alex Schulze, un buceador que pertenece a 4Ocean, una organización que intenta concienciar a la población de la importante crisis del plástico y de la contaminación en los océanos, encontró un móvil en el fondo del mar durante una de sus inmersiones rutinarias.

No es la primera ni la última vez que Alex se encontraba con el naufragio de un teléfono, pero éste estaba perfectamente metido en una bolsa hermética de plástico (de la que todos queremos una réplica) y, por tanto, aislado de la entrada de agua. Pensando que todavía podía funcionar, el buceador volvió a la superficie y ya en su oficina, se dio cuenta de que sí, ¡de que todavía seguía operativo!

El rescatador pudo cargar el teléfono y acceder a la agenda de contactos, donde vio uno de ellos marcado como "Mamá". Al llamar, la madre del propietario del iPhone se quedó alucinada con que el smartphone siguiera funcionando: "Dios mío, no puedo creer que hayas encontrado el teléfono de mi hijo", le dijo al héroe-buceador. Al final del clip, se puede ver como él y la madre del dueño del móvil quedan para devolver el teléfono a su propietario. Ella, todavía atónita, escuchó atentamente la explicación de Álex sobre cómo lo encontró.