Cada 8 de marzo se celebra el Día Internacional de la Mujer, un día en el que millones de mujeres salen a la calle para gritar y luchar por sus derechos. Pero también un día en el que creadores de contenido aprovechan su alcance en redes sociales para difundir mensajes feministas o compartir sus experiencias personales.

Pues bien, eso ha sido precisamente lo que ha hecho Cwalinski, una joven modelo e influencer que ha compartido la carta que le ha escrito a su agresor. Se ha puesto delante de la cámara con una chaqueta morada y, con mucho dolor, la ha leído para hacérsela llegar a sus seguidores (tiene más de 53.000 en TikTok y más de 21.000 en Instagram).

Ahora, el vídeo de su carta acumula ya más de 800.000 reproducciones en menos de 24 horas y casi 200.000 likes.

Con la carta escrita a mano en una libreta, Cwalinski se ha sentado delante de la cámara de su teléfono móvil y se ha grabado leyéndola: "Hola, soy tu víctima. Hoy es mi día y el de todas las mujeres del mundo", ha empezado diciendo sin poder aguantar las lágrimas.

"Te escribía para recordarte todo el daño que me has hecho, no solo a mí, también a Andrea que tuvo que verme sufrir, a mis hermanas que se romperán al saber que su hermana pequeña también lo tuvo que vivir y a mi madre que después de este vídeo sabrá que sus tres hijas, como ella, han sufrido abusos", continúa. Al igual que sus seguidores, su madre y sus hermanas se esterarán de que ha sufrido malos tratos a través del vídeo que ha compartido en TikTok.

La influencer se siente "culpable porque de alguna manera te estoy 'dejando ganar' al admitir que no lo supero y al no denunciarte, pero no quiero revivir todo una vez más".

Es más, reconoce que, por desgracia, su vida ha cambiado mucho desde que él pasó por ella: "Ya a penas puedo mantener relaciones sin pasar miedo o llorar, ahora hay gestos que me recuerdan a ti y hacen que instintivamente me encoja y me asuste; y aún no hay día que no piense que sigues teniendo tú el control de todo".

La influencer sigue coincidiendo con su agresor en el ámbito laboral, algo que le duele profundamente: "Lo único que no ha cambiado es que te tenga que seguir viendo en mi día a día, estamos en la misma industria y tenemos personas en común y que tú sigas como si nada y que nadie sepa quién realmente eres me destroza y me obliga a sufrir en silencio y sola".

Hace poco volvió a ver a su agresor en persona y, aunque estaba lejos, "empecé a temblar y solo quería huir de ahí. Me diste mucho miedo, ¿pero qué hago? ¿Dejo toda mi vida por no verte a ti? Querido agresor, suficiente daño me has hecho ya, solo espero que esos ojos no se atrevan a volverme a mirar y que esas manos no me vuelvan a tocar porque no, esta vez no me pienso callar", concluye.