Perder a un familiar o a un ser querido, ya sea de sangre o no, siempre es algo muy doloroso. Pero es mucho más doloroso cuando en tu entorno laboral, por parte de tus jefes, no encuentras la comprensión necesaria y mínimamente humana que deberías encontrar. Eso es exactamente lo que le ocurrió a la usuaria de Twitter @saldyard cuando, desgraciadamente, comunicó en el trabajo el fallecimiento de su tío.
Tras sufrir esta pérdida, le mandó un mensaje a su responsable, que ella misma ha hecho público en sus redes sociales. En él, le dice que su tío ha muerto y su jefe le da el pésame. Hasta ahí todo bien. Pero cuando le informa de que el duelo será al día siguiente, él no se muestra ni muy flexible ni muy comprensivo: “A ver si podemos hacer algo para que salgas un poco antes. Los familiares de tercer grado no son motivo de ausencia”.
Sí, lo que dice este encargado es cierto. Según los grados de consanguinidad pactados con los sindicatos, los tíos, los sobrinos, los bisabuelos y los bisnietos son familiares de tercer grado (sorprende que los suegros, que no son de sangre, se consideren como de primer grado), por lo que los trabajadores no tienen permiso institucional para faltar al trabajo por su fallecimiento u hospitalización (amén del convenio de cada empresa).
Sin embargo, desde los tiempos de Antígona – personaje griego que quería enterrar a su hermano, pero la ley de la polis no se lo permitía – lo que se pide en casos tan tristes es algo de humanidad por parte de las empresas. Por eso, la respuesta del jefe ha causado un gran revuelo en las redes sociales, con división de opiniones: los que apoyan al que tiene la ley en la mano; y otros que, aun siendo jefes, han dado el día libre a sus empleados hasta por la muerte de un perro.