En los últimos días se ha vuelto muy viral un vídeo de lo más veraniego que han visto ya más de cuatro millones de personas en el que una estampa familiar de lo más relajada ha estado a punto de convertirse en una catástrofe.
La ola de calor está sacudiendo a toda España y es por eso que son muchas las personas que se refugian en la playa o la piscina para tratar de hacerle frente y sobrellevarla de la mejor manera posible. Pues bien, esto fue precisamente lo que hizo Cristy Martínez y su familia, que estaban disfrutando del mar en Sanlúcar de Barrameda, Cádiz, cuando les pasó algo que decidieron grabar para el recuerdo (y menos mal).
Cristina ha sido la encargada de subir este vídeo a su perfil de TikTok donde acumula ya más de cuatro millones de visualizaciones y han sido miles de personas las que le han dejado todo tipo de comentarios sobre lo ocurrido: "JAJAJAJAAJA la risa de la abuela", escribe por ejemplo Berry Berryuca.
Cristina estaba con su familia disfrutando de la playa y decidieron que para que sus abuelos se pudieran refrescar más cómodamente lo mejor era meter tanto las sombrillas como sus sillas al mar: "Estamos con los abuelos, la sombrilla y todo en el agua, que ya llega bastante por la rodilla".
Todo parecía ir de maravilla, ellos estaban allí charlando, dentro del mar, pero cerca de la orilla; cuando de repente Cristy vio a lo lejos un gran barco que lo que estaba haciendo era que el oleaje fuese mucho mayor de lo habitual, hasta el punto de temer por la estabilidad de las sillas de sus abuelos.
A los presentes, incluida Cristina, les empieza a entrar la risa nerviosa imaginándose lo que podría ocurrir a continuación. Poco a poco el oleaje empieza a subir, el mar comienza a moverse más de lo normal y ellos siguen allí, sentados: “El que tenga miedo a morir que no nazca”, dice uno de los familiares de Cristina que no suelta en todo el vídeo el botellín de cerveza que tiene en la mano.
No obstante, de repente y de manera completamente inesperada para ellos, se levantó una ola enorme que volcó la silla del abuelo y una de las sombrillas. Mientras tanto, su mujer no podía parar de reír.
Afortunadamente todo quedó en un susto, pudieron coger al señor antes de que este cayera al suelo y se echaron unas risas todos los presentes; incluso el abuelo que tuvo bastante complicado mantenerse en la silla.