A la mayoría nos encanta viajar en avión y hay un montón de motivos para ello. Es rápido, cómodo, puedes ver las nubes de cerca y además, si eres de los que se duermen rápido, ahí arriba, hay algo especial que hace que sea montarte dentro y te pegues muy buenas siestas.
Tanto es así, que hay algunos que creen que están en el salón de su casa y se ponen cómodos, pero de más. No les vale tener un reposacuellos mullido y haberse traído hasta la manta de la casa y el antifaz. Ellos van un paso por delante en eso de comportamientos incívicos y tienen la malísima costumbre de descalzarse en los viajes. Algo que está totalmente prohibido, pero que sigue pasando desgraciadamente.
Lo escandaloso de esto es que pese a las advertencias, hay algunos que hacen oídos sordos y se creen que por haber pagado un billete, pueden hacer en su asiento lo que quieran. Eso es lo que ha sufrido una pasajera de un vuelo, que no solo ha tenido que aguantar el olor de pies del vecino de atrás, sino que también los ha tenido que aguantar ... ¡sobre su cabeza!
Real que ha pasado en un vuelo y real también que el incívico pasajero ese día no se había lavado los pies, a juzgar por la imagen que ha compartido la afectada en su cuenta de Reddit y que se ha hecho viral muy pronto en redes. A partir de que se diera a conocer, los comentarios se han sucedido con todo tipo de opiniones. Unos decían que ante una situación así, hay que llamar a una azafata o miembro de la tripulación para corregir y afear ese mal comportamiento, mientras que otros han sido más contundentes y han llegado a afirmar que había que responder de igual forma: maleducadamente.
Es entonces cuando se han barajado como opciones el utilizar la fuerza o llegar a estornudar de manera exagerada encima de él, para que así se diera cuenta este pasajero de su mal comportamiento en el vuelo y devolverle un poco la jugada. El caso es que de una manera u otra, todos sí que se han puesto de acuerdo en denunciar la situación por esa falta de respeto por los demás en un lugar público.
Y puestos ya a sacar los colores al vecino y a quejarnos (con razón muchas veces) de todo aquello que nos irrita y que hace el de al lado, tenemos varios ejemplos de mal comportamiento que vivimos día sí y día también en aviones y, ¿por qué no decirlo también? Y en otros transportes.
Los que montan colas infinitas en cualquier parte:
Con esto no hacemos referencia a guardar la espera de rigor en el avión. Que eso sería normal. Resulta que hacer un vuelo te puede llevar a hacer varios tipos de colas diferentes. Primero, una enorme en el mostrador de embarque solo porque alguien que no había escogido asiento pagando un suplemento, ahora sí quiere estar en el sitio de la ventana y a todos hace esperar por su liada a lo grande. Y, con suerte esa será la única cola, pero ya te digo que siempre hay alguna más insesperada:
Luego están los que se recrean en colocar su maleta en un pasillo estrechísimo, impidiendo el paso del resto o los que se afanan por salir pitando, aún cuando el avión casi no ha aterrizado del todo y te avasallan sin reparo por ponerse los primeros en la fila. Todo ello muy feo.
Bocatas de autor que dejan olor en todo el avión
Para un viaje, los hay previsores que gustan de hacerse un bocadillo a modo tentempié y ahorrarse así todos los productos y anuncios, que intentan endosarte durante el vuelo. No son los habituales, pero siempre hay alguno que escoge para estas ocasiones concurridas el queso más fuerte del supermercado o el sabor más extremo para no comer solo él, sino también el resto de pasajeros. Un ofrecimiento de lo más 'amable', que TODOS odian.
El que no sabe (o quiere) tener una conversación privada
Dentro de los personajes molestos y con falta de educación que te pueden tocar en un viaje, está el típico que habla a voces por móvil, recreándose en la conversación feliz de que todo el mundo le escuche o el que escucha música a tope y hasta canta para acompañarse. Que no nos importa tu cita ni la reunión de mañana, ni la canción que te suene... ¡a ver cómo te lo digo!
Los que tumban el asiento como si fuera una cama
Poco importa que estés tú detrás y requieras de un espacio vital para estar sentado. Lo justo para vivir. Si te toca uno de estos pasajeros mal educados, él mirará por su comodidad siempre y no se parará ni un segundo a pensar en lo que a ti te puede molestar, o incluso en que estés detrás. De hecho, suele ser un pasajero que se enfadará si le indicas que se están poniendo demasiado cómodo a tu consta. Y es que no tienes perdón de Dios, ¡mira que no dejarle echarse la siesta tumbado!