El pasado 23 de diciembre de 2020, se aprobó la nueva ley educativa, la LOMLOE, también conocida como ley Celaá por ser la anterior ministra de Educación, Isabel Celaá, su principal impulsora. Pese a que entró en vigor a los 20 días de su publicación en el BOE, esto es, el pasado 19 de enero, las modificaciones relativas a los contenidos ofertados no se implantarán hasta la llegada del curso 2022/2023.

Hay cambios en Primaria, la ESO y Bachillerato, pero en Yasss vamos a centrarnos en estas dos últimas etapas educativas para explicar los cambios a los que se enfrentarán los alumnos a partir del próximo curso en el que se espera que continúe la presencialidad como ocurre ahora que los estudiantes han vuelto a las aulas después de un año en el que muchos han tenido que combinar las clases online con las presenciales.

Pero no todos los alumnos experimentarán cambios a partir de septiembre de 2022, ya que los cambios, que serán aprobados mediante decreto, se implantarán en los niveles impares: primero y tercero de la ESO y primero de Bachillerato. Al año siguiente, les tocará a los pares. La propuesta ya ha sido enviada a las comunidades autónomas, que pueden ahora estudiarla y plantear sugerencias al Ministerio de Educación, aunque será el Gobierno el que tenga la última palabra.

Según explica el Ministerio de Educación, cuya cartera ahora ostenta Pilar Alegría y no Isabel Celaá, el objetivo es de los cambios que se introducirán será "potenciar el aprendizaje significativo y competencial". Para conseguirlo, se va a potenciar el trabajo por proyectos y aumentará el número de optativas ofertadas con el fin de atender mejor la diversidad del alumnado. Además, será obligatorio que haya una asignatura artística en los tres primeros cursos de la ESO y se limitará el número de materias en primero y segundo "para facilitar el tránsito desde Primaria".

En cuanto a las novedades en materia de evaluación, se hace hincapié en la necesidad de adoptar medidas de apoyo y refuerzo para evitar que el alumno repita curso, algo que solo podrá pasar de manera "excepcional". Cabe recordar que España casi triplica la tasa de repetición de Primaria y Secundaria en relación al promedio de los países de la OCDE: un 29,5% de los alumnos españoles menores de 15 años han repetido al menos una vez en contraste con el 11% de la media de la OCDE.

Serán los profesores los encargados de decidir si un alumno puede promocionar con más de tres materias suspensas (el máximo fijado por la ley anterior, LOMCE, que fijaba el límite en dos si se suspendía a la vez 'Lengua y Literatura' y 'Matemáticas') y, en caso de que el alumno tenga que repetir, le elaborarán "un plan específico personalizado". Por otra parte, se mantiene la regla de no repetir más de una vez el mismo curso y de repetir un máximo de dos veces en toda la ESO.

En Bachillerato también hay novedades realizadas con la promoción y obtención del título, necesario para presentarse a las pruebas de acceso a la universidad: a partir de ahora, se podrá titular con una materia suspensa "excepcionalmente y en determinadas condiciones". Por otro lado, se recupera la posibilidad de cursar una materia a distancia o en otro centro si el instituto al que acude el alumno de manera habitual no la oferta y la asignatura de Filosofía volverá a ser obligatoria en segundo de Bachillerato bajo la denominación de Historia de la Filosofía.

Pero estas no son las únicas novedades, ya que se regulará la posibilidad de realizar "en determinadas condiciones" el Bachillerato en tres cursos (ahora son solo dos) y se añaden nuevas ramas. Hasta el momento había tres vías (Ciencias y Tecnología, Humanidades y Ciencias Sociales y Artes), a la que se añade una cuarta: Bachillerato general, que aunará materias humanísticas y científicas. Además, la rama de Artes se dividirá en dos: una orientada a la música y las artes escénicas y otra a las artes plásticas, la imagen y el diseño.