Desde que comenzó la pandemia del coronavirus el transporte público se ha convertido en uno de los lugares más temidos por aquellos que tienen que usarlo a diario para ir a sus puestos de trabajo, a sus centros de estudio o simplemente moverse por una gran ciudad.

Con el repunte de casos en toda España se ha planteado en algunas comunidades autónomas como Asturias el cierre de la actividad no esencial, como algunos comercios o bares y restaurantes; pero en ningún caso el del transporte público. ¿Esto quiere decir que es un espacio seguro y libre de coronavirus?

Pues bien, para comprobarlo, EL PAÍS ha acompañado a tres médicos expertos en la COVID-19, Rafael Máñez (el jefe del servicio de cuidados intensivos del Hospital de Bellvitge en Barcelona), Joaquín López-Contreras (el responsable de la unidad de enfermedades infecciosas del Hospital de Sant Pau) y Ángela Domínguez (catedrática de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Barcelona), durante un recorrido en el que tuvieron que coger tres medios de transporte diferentes de Barcelona: el metro, el autobús y el tren de cercanías.

Ahora, tras pasar por los diferentes medios de transporte, han sacado una serie de conclusiones, entre ellas, cuál es el lugar que deberíamos evitar sí o sí cuando viajemos en cualquiera de estos tres vehículos, puesto que es, sin ninguna duda, el más peligroso.

No utilizar el transporte público es en ocasiones una tarea casi imposible, por ello, lo mejor es que se utilice llevando a cabo todas las medidas de seguridad e higiene necesarias, como lavarse las manos al subir y bajar del vehículo o mantener la distancia de seguridad.

Además, el lugar que ocupes dentro de este también es muy importante. Los expertos recomiendan que bajo ningún concepto nos sentemos frente a otra persona. Tanto en el tren de cercanías como en los autobuses muchas veces hay asientos en los que puede ponerse otra persona delante de ti; pues bien, siempre que puedas, evítalos.

Es más, en estos casos lo ideal sería que en los asientos que están cara a cara se bloquease uno de los dos lados o se intercalasen las plazas para evitar que se pueda sentar otro pasajero justo delante de ti y a muy poca distancia. Por tanto, mientras estas medidas no se estén llevando a cabo lo mejor es que cada persona sea responsable y no utilice estas plazas, salvo excepciones.

Tras su tour por los diferentes transportes públicos de Barcelona, los tres médicos expertos llegaron a la conclusión de que a día de hoy, aunque llevemos ya ocho meses inmersos en esta pandemia, todavía hay cosas que seguimos sin hacer bien, como, por ejemplo, respetar la distancia de seguridad cuando subimos o bajamos por las escaleras mecánicas.

No todos los pasajeros dejan un metro y medio de distancia entre ellos y la persona que llevan delante. Tampoco todos nosotros nos desinfectamos las manos al subir y al bajar del transporte público; y es algo muy necesario.

Además, también en este viaje vieron que la gente en general sigue tocando las barandillas tanto dentro del metro como las de las escaleras mecánicas.

Otra observación que hicieron a EL PAÍS es que el hecho de que los baños de los trenes de cercanías permanezcan abiertos aumenta el riesgo de contagio, ya que nadie los desinfecta cuando terminar de usarlos cada pasajero.

Y, por último, a pesar de que en el transporte público de Barcelona está prohibido beber y comer, la gente seguía haciéndolo. En su tour, estos expertos vieron en más de una ocasión como los pasajeros se retiraban la mascarilla para comer o beber dentro del vehículo.

Hay, también, cosas que se están haciendo bien y no han dudado en resaltarlas. La que más les ha llamado la atención es que en el andén de la estación de Hospital Clínic hay habilitadas unas pantallas que indican el nivel de ocupación de cada vagón. La catedrática Ángela Domínguez estima que sería de mucha utilidad ampliar este servicio al resto de la red.

Pero esto no es todo, López Contreras también hizo una recomendación antes de volver a casa y pidió que las señalizaciones sean más llamativas; ya que en algunas estaciones estas indicaciones (como las del gel hidroalcohólico o las de mantener la distancia de seguridad) pasan demasiado desapercibidas.