Hay mujeres que llevan pidiendo años la concesión de permisos de trabajo por molestias derivadas de la menstruación y el Ayuntamiento de Girona será pionero en adoptar esta medida en España. Las trabajadoras del ayuntamiento dispondrán de una bolsa de ocho horas al mes para ausentarse del trabajo cuando lo necesiten debido a sus dolores menstruales.
Estas horas no se les descontarán de su sueldo, ni de sus días festivos, ya que las tendrán que recuperar en un máximo de tres meses. Por tanto, en realidad, se trata de una medida de flexibilización horaria que hará que no tengan que estar en sus puestos de trabajo sufriendo estos dolores tan intensos.
La propuesta se aprobó la semana pasada de forma unánime en la Mesa General de Negociación del Ayuntamiento, aunque todavía no ha entrado en vigor puesto que la tendrá que ratificar el pleno que se celebrará en junio; pero ya ha sido muy aplaudida por parte de la sociedad, puesto que el 69% de las mujeres españolas cree que los dolores asociados al ciclo menstrual están estigmatizados en el entorno del trabajo, según la I Encuesta sobre Menstruación y Entorno Laboral que ha lanzado INTIMINA, la marca de cuidado íntimo para la mujer, con el objetivo de brindar información sobre el ciclo menstrual y cómo las españolas perciben la posibilidad de acogerse a una baja temporal médica asociada a la menstruación o 'baja menstrual'.
A pesar de que el dolor en el ciclo menstrual es una realidad que sufren con frecuencia 6 de cada 10 mujeres, cuando las trabajadoras del Ayuntamiento de Girona hicieron la petición, el sindicato buscó información sobre medidas similares y solo encontraron precedentes en Italia y Japón.
Además, el problema no es solo el dolor menstrual, sino que este lleva asociados otros síntomas como el dolor muscular o articular, migrañas y debilidad o fatiga. A pesar de ello, únicamente el 26% de las encuestadas ha faltado a sus puesto de trabajo cuando ha tenido dolencias menstruales. Destaca además que el 88% de aquellas mujeres que consideran estos dolores como incapacitantes y frecuentes ha acudido al trabajo sufriendo dolor durante su menstruación.
Muchas personas de nuestro alrededor que nunca hayan sufrido esto y que lo infravaloren. La menstruación sigue siendo un terreno desconocido para todos, incluso para las personas que cada mes tienen que pasar por esto. Aunque cada vez es más fácil y accesible informarse sobre este tema, sabemos muy poco sobre ella:
De acuerdo con los resultados del estudio, para el 71% de las encuestadas se trata de una situación normalizada en nuestra sociedad. No obstante, al preguntar si han precisado acortar su jornada laboral por sufrir este tipo de dolencias, el 41% de las españolas no han podido hacerlo o lo han hecho con consecuencias negativas, mientras que el 42% considera que la intensidad del dolor no lo ha hecho necesario y un 17% ha podido salir antes del trabajo sin problemas.
En la actualidad, países como Japón, Corea del Sur o Indonesia cuentan con un permiso legal de baja por menstruación, y en Europa, solo Italia puso el debate encima de la mesa en 2017. Pero, ¿qué opinión tienen las españolas? El estudio de INTIMINA desvela que el 67% de las mujeres está a favor de la regulación legal de la baja menstrual, aunque un 75% considera que este derecho sería un arma de doble filo, convirtiéndose en un motivo de discriminación en el trabajo.
Atendiendo por comunidades autónomas, y teniendo en cuenta que el dato más bajo se sitúa en el 50%, las extremeñas (90%) seguidas de las gallegas (78,5%) y las canarias (73%) son las que más respaldarían la regulación legal de esta baja médica.
Mientras que por franjas de edad, quienes muestran un porcentaje más elevado a la hora de secundar esta opción, son las mujeres de entre 26 y 35 años y las de 46 a 55 años, con un 72% en ambos casos. Curiosamente el grupo de edad que más respaldo ofrece a la regulación de la baja, el de 26 a 35 años, también es el que cree que este derecho podría convertirse en un arma de discriminación.
De acuerdo con los resultados de la encuesta, más de la mitad (51,5%) estaría a favor de su regulación y el 48% conoce a alguien que haría uso de este derecho. Sin embargo, y al igual que ocurre con las mujeres, el 55% de los hombres consideran que este recurso es un elemento potencial de discriminación.