"No puedo creer el haber tuiteado una foto de mi tatuaje y que tanta gente comente y comparta con fotos de los suyos cubriendo marcas". Esa es la respuesta de la esperanza, de una chica emocionada por la que sin querer ha montado en Twitter y sobre todo por haber logrado una pequeña gran victoria contra todos los demonios con los que lidió en el pasado.
Micaela no se ha querido esconder más. Sí, ella recurrió como también lo hacen otros jóvenes a las autolesiones. Dejó que parte del dolor que tenía dentro saliera a la superficie y, en concreto, a su brazo en forma de cortes. "Empecé con esto a los 12 y estuve así hasta los 19 años. Me generaba placer y sentía que liberaba así algo que estaba dentro de mí y que me era insoportable", nos ha contado.
Bajo unas mangas largas escondió aquellas heridas que eran solo la punta del iceberg. Intentó ocultar sus brazos, "para que la gente no los viera, no me mirasen mal o se alejasen de mí porque esto te acaba afectando a nivel familiar y laboral", confiesa, hasta que decidió hacer una terapia intensa con una psicoanalista que le ayudó a reducir aquel dolor y a procesar ese malestar en el pensamiento. El hacerse un tatuaje ha llegado ahora porque para ella "es una ayuda para cerrar este ciclo y también le sirve para convivir en una sociedad que "juzga constantemente estos comportamientos y que te excluye por los mismos".
Por eso tal como nos cuenta ese dolor que vivió ya lo tiene superado y ahora lo que quería era regalar a su cuerpo "este hermoso dibujo que disfruto al verlo día a día". Y con su "antes y después, hasta siempre", ha acompañado el mensaje de una imagen que ha inspirado a todos.
En ella se puede ver su brazo con las marcas de las autolesiones y el recién estrenado tatuaje con el que ha decidido taparlas. Una serpiente que renace a partir de las cicatrices y que no trata de borrar ese pasado tan duro, sino de recordarlo con otra actitud, "manteniendo más lejos el dolor", tal como ha escrito en su Twitter.
Lo que @lamarsi12 no se pensaba de ninguna manera es que al mostrar abiertamente en la red del pajarito cómo había decidido superar su malestar, responsable de aquellos cortes en el brazo, tanta gente iba a aprovechar su foto y este hilo para contar sus experiencias y llenar Twitter de mensajes de ánimo y de muchos tatuajes como el suyo.
Lo más bonito del hilo ha sido ese clima de confianza que en él se ha creado. Tanto como para que muchos jóvenes, a raíz de la iniciativa de Micaela, se abriesen por primera vez para relatar sus historias, mostrar sus heridas en la piel o lo tatuajes con los que han decidido tapar sus marcas. Son muchos y algunos de los más creativos los podéis ver en el vídeo que hemos preparado.
También en este hilo de tatuajes y de confidencias, los ha habido todavía dudosos. Algunos se han resistido a la idea del tatuaje, pero han compartido sin vergüenza las cicatrices. Un paso más para hacer frente al dolor y hacia esas emociones negativas que no han sabido canalizar y que han expresado a través de cortes.
Son muchos los que utilizan esta vía de dolor físico para aliviar frustraciones. Anna Sintes, experta en autolesiones en el hospital Sant Joan de Déu advierte que "vemos muchos casos y se dan en un 30% de las chicas y chicos de entre 12 y 18 años". Los cortes en chicas son más común mientras que ellos son más de estrellar el puño contra la pared para hacerse daño.
Lo curioso de todo es que ha sido la foto de esta usuaria de Twitter la que se ha convertido en el mejor revulsivo para hacer terapia y de paso visibilizar un problema más común de lo que pensamos entre los jóvenes.