Chanel se encontraba una tarde de noviembre repasando el guion de 'Malinche', el musical de Nacho Cano en el que ella asume el papel de protagonista, cuando de repente su teléfono comenzó a sonar. Al otro lado estaba Tony Sánchez-Ohlsson, productor musical y uno de los asesores externos que RTVE había 'fichado' para buscar a los primeros candidatos del Benidorm Fest. Él la conocía de musicales que la artista había protagonizado tiempo atrás como "Flashdance", "El rey León" o "El guardaespaldas". Y le dice que hay una canción que han presentado para Eurovisión que le "pega muchísimo" y que la tenía que escuchar. Chanel accede, aunque ella no se había planteado la opción de representar a España en Eurovisión. "En el momento que la escuché dije: 'Me gusta, me pega, me lo voy a gozar'", recuerda.

Finalmente, la graba y decide unirse al equipo artístico para presentarla al Benidorm Fest. Lo que ocurre a continuación es la historia de un éxito que empezó en el fracaso, de un triunfo con sabor a hiel, a engaño y a frustración. Una espiral mediática que la devoró por completo para, en un giro extraño de los acontecimientos, llevarla después a soñar con lo que ningún cantante español se ha atrevido en los últimos 19 años. Esta es la historia de Chanel y su difícil singladura hasta llegar a Eurovisión.

RTVE elige en diciembre las catorce canciones participantes en la preselección. "SloMo" pasa el corte con la segunda mejor nota, sólo por detrás de una aún inédita "Ay, mamá" de Rigoberta Bandini. Chanel y el equipo reciben la noticia y se ponen a trabajar para presentar una candidatura potente. De hecho, sólo unos días después, la propia cantante anuncia el fichaje de Kyle Hanagami, que ha trabajado con artistas de la talla de Blackpink, Jennifer Lopez, Britney Spears, CNCO o Justin Bieber, como su coreógrafo.

Los días pasan y el Benidorm Fest se acerca. La canción, desde su lanzamiento antes de Navidad, ha gustado y se valora la apuesta latina de la candidatura, un factor poco explotado por España en Eurovisión. Sin embargo, las quinielas sobre la posible representación de España en Eurovisión 2022 sólo ponen el foco en dos candidaturas: Rigoberta Bandini o Tanxugueiras. Chanel vive ajena a las especulaciones y ensaya diariamente con sus cinco bailarines la coreografía que el afamado profesional norteamericano les ha preparado. Es exigente, muy dura, donde tiene que bailar y cantar a un alto nivel a la vez. Pero ella se pone todas las mañana a correr con tacones en la cinta estática mientras canta la canción para coger fondo.

Llega el Benidorm Fest y Chanel actúa la última en la primera semifinal. Nadie cuenta con ella para el triunfo, aunque su pase para la final se da por seguro. "Me encanta que nadie nos vea venir", escribe Kyle en Twitter ese mismo día.

La actuación de Chanel apabulla con su impresionante coreografía y una puesta en escena pensada al milímetro, con un juego de luces muy efectivo y una imagen visual muy poderosa. El público rompe a aplaudir. La sorpresa es aún mayúscula cuando Chanel gana esa primera semifinal por delante de Tanxugueiras. De repente, el sueño de Eurovisión parece más cercano.

Tres días después, llega la gran final. Chanel vuelve a brillar en su actuación y recibe el apoyo masivo del jurado. En el voto demoscópico es segunda y en el televoto se sitúa tercera, recibiendo sólo el 3% de los votos emitidos. En la suma total, Chanel es la ganadora y representará a España en Eurovisión 2022. Ella rompe a llorar, se abraza a sus bailarines, acude a recibir el trofeo de vencedora... pero pronto se da cuenta de que algo no está yendo bien. "Cuando ganamos, se percibió una energía muy rara. Y no sabía qué era. En el autobús noté que mis compañeros me estaban cuidando de más. Y ya después, entré en twitter y vi el drama", contaba hace sólo unos días antes de embarcar a Turín.

Su victoria sobre teóricas favoritas como Tanxugueiras o Rigoberta Bandini desata una ola de odio contra Chanel en redes sociales. Nadie entiende su triunfo y se acusa al Benidorm Fest de haber 'amañado' la votación del jurado para hacer que la cubana fuera la ganadora. Se habla incluso de la posible relación profesional de Chanel con Myriam Benedited, una de las integrantes del panel de expertos. La indignación es total y en redes sólo se habla de 'pucherazo' y 'fraude'. Algunos de los ataques más agresivos que Chanel recibió eran de carácter racista: “Desde cosas tremendas al típico ‘mira la cubana esta”, recuerda.

Al día siguiente, Chanel se enfrenta a las preguntas de la prensa. La polémica derivada de su triunfo es el único plato del día. Ante los insultos y amenazas que está recibiendo, Chanel corta con lo sano y decide irse de Twitter. "Mi salud mental es lo primero", asegura. En los días siguientes, el asunto se mantiene como asunto nacional en todas las conversaciones y tertulias de España. Incluso es cuestión a tratar en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros de aquella semana. RTVE, presionada, tiene que salir cinco días después a dar los resultados desgranados de la votación. Pero la realidad es la misma: Chanel será la representante de España en Eurovisión 2022. "Chanel a Eurovisión, qué error, qué gran error", titulaba un medio de gran peso como "El Mundo".

El dulce momento de Chanel se va por el desagüe. Un momento dulce se convierte en un jarro de agua fría, una situación intragable para una mujer no acostumbrada a semejante exposición. “A veces me despertaba llorando por la mañana de impotencia. Me di cuenta de lo importante que es la salud mental y la inteligencia emocional, y aprendí a valorarme sin depender de la opinión de los demás, ya sea positiva o negativa. Es decir, a tener mi autoestima colocada por mí misma. También entendí que el arte es algo subjetivo: si no te gusta, no lo consumas, pero no trates de destruirlo”, explica Chanel recientemente en una entrevista en "El País". En "El Hormiguero", incluso, llegó a decir que temió la primera noche que salía de fiesta por si le tiraban hielos o la golpeaban.

En los siguientes días, el odio no cesa. Galicia en Común, BNG y Comisiones Obreras exigieron explicaciones a RTVE por las posibles irregularidades en su elección, se insinúa que Chanel ha incumplido las bases del concurso por el exceso de inglés en la letra (después descartado), y se empieza a decir que "SloMo" es una canción machista. Tanto es así, que en febrero RTVE estudia modificar la letra del tema después de que la diputada Lidia Guinart (PSOE) denunciara que el “sugardadismo” del que habla la canción “es una forma de prostitución”. Semanas después, la propia corporación pública rechaza cualquier cambio en la letra.

Chanel tenía entonces enemigos en todos los lados. Hasta en la RAE. Un académico vio "extraño" que España fuera a Eurovisión con una canción con partes en inglés. "Es un poco extraño que se haga en español y luego incluyas la lengua del imperio... es extraño cuando menos", declaraba Juan Gil.

Con la llegada de marzo las aguas vuelven a su cauce. De reprente, "SloMo" comienza a gustar mucho en Europa y los eurofans empiezan a verla como una de las grandes opciones de este año. En abril, Chanel se da un baño de multitudes en las fiestas previas al festival como las de Barcelona, Londres, Ámsterdam o Madrid. En las casas de apuestas, su triunfo comienza a cotizar al alza. En sólo unos días pasa del puesto diez al cinco y en el sondeo de los clubes de fans queda tercera.

En un giro de los acontecimientos, la candidatura española más vilipendiada y criticada de la historia se convierte ahora en la gran apuesta de RTVE en los últimos 19 años. Nunca antes desde el "Dime" de Beth, España había tenido alguna opción de triunfo en Eurovisión. Los ensayos de Chanel en Turín causan conmoción y algunas ya la ven como la mejor actuación de España en el concurso. La representante española recibe así el apoyo que durante meses le faltó por el brote histérico de una sociedad que no supo ver en su triunfo arte, esfuerzo y trabajo, y unas ganas inmensas de comerse a Europa. Llegó la mami, directa a por el micrófono de cristal. A romper caderas, romper corazones... y a callar bocas.