Los millennials han cambiado el mundo. O a lo mejor no, solamente eran jóvenes cuando el mundo cambió para siempre y ellos fueron los que mejor se adaptaron a las consecuencias de, sobre todo, dos eventos globales: los atentados del 11S y la llegada de internet a los hogares. Mientras todo esto ocurría, un jovencito italiano llamado Carlo Acutis se desvivía por el amor al prójimo y lo daba todo por acercarse lo más posible a Jesucristo. Murió de leucemia a los 15 años de edad y ahora investigan su vida porque es posible que Dios lo tocase con su Gracia.
Además de acudir a misa todos los días y ser un gran aficionado a rezar el rosario, Carlo practicaba la fe con el ejemplo y dedicaba su tiempo libre a ayudar a los necesitados, como voluntario trabajando con personas sin hogar y también como catequista. Pero su gran pasión era la informática. Se valió de internet para seguir predicando sus creencias a través de varias páginas web que ideó y gestionó hasta su muerte. Fue un pionero de la divulgación del cristianismo a través de esta herramienta. De hecho, hay un sector que pide que, si llega a ser santo, se le convierta en el patrón de internet.
En 2006 Carlo enfermó de repente. Al principio se creyó que era una gripe, pero las pruebas revelaron que se trataba de una leucemia muy agresiva. Tanto como para acabar con su vida en tan solo unos meses. Carlo sabía que "de esta no salía" e insistió mucho en ofrecer el sufrimiento de su enfermedad a la Iglesia, para ir al Cielo. El adolescente italiano siempre había dicho, antes de que llegase la enfermedad, que cuando muriera le gustaría ser enterrado en Asís, ya que era un gran admirador de san Francisco, y así se hizo.
A su funeral acudieron cientos de personas, su propia madre no conocía a la mayoría de los asistentes. Pero es que Carlo era ya muy conocido por el trabajo que hacía, sobre todo, con personas sin hogar e inmigrantes. El 5 de julio de 2018, el Papa Francisco lo declaró venerable. Esto quiere decir que reconocía en él las virtudes de un Siervo de Dios, vamos, que vivió su vida de forma excepcional y ejemplar, dando así el primer paso en la "carrera de santo".
El pasado mes de febrero de 2020, también el Papa, que es el máximo responsable a la hora de declarar santo a una persona, aprobó un milagro atribuido a Carlo. Se trata de la curación inexplicable de un niño en Brasil. Según cuenta la persona que se encarga de la canonización de Carlo, "El 12 de octubre de 2010, [cuarto aniversario de la muerte de Acutis] en la capilla de Nuestra Señora Aparecida, en nuestra parroquia de Campo Grande, se acercó un niño acompañado por su abuelo. El niño estaba enfermo de páncreas anular, una enfermedad congénita. Esta enfermedad causaba que el niño vomitara todo el tiempo, lo que lo debilitaba y lo abatía mucho. Cada vez más débil, encontraría una muerte segura. Durante la bendición, el niño le preguntó a su abuelo qué debía pedir y este le dijo que rezara, pidiendo para dejar de vomitar, y así sucedió. Cuando llegó el turno del enfermo, tocó la reliquia de Carlo y dijo con voz firme: "Dejar de vomitar" y, a partir de entonces, ya no vomitó".
Una vez que la Iglesia reconoce un milagro se procede a la beatificación, que es el siguiente paso en la "carrera de santo". A Carlo Atucis se le beatificará el próximo mes de octubre, coincidiendo con el aniversario de su muerte.
Para poder ser santo no solo hay que ser una buena persona. También es necesario que se apruebe un segundo milagro ocurrido después de la beatificación. La Congregación para las Causas de los Santos se pone manos a la obra e investiga, junto a peritos médicos, si ha ocurrido algo inexplicable o no. De nuevo es el Santo Padre el que tiene la última palabra, pero al Papa no llega nada si no ha pasado antes por los médicos.
En el caso de que se le atribuyera ese segundo milagro a este joven italiano y después de su investigación, el Papa inciaría el proceso de canonización, que concluiría con una ceremonia en la Basílica de San Pedro en el Vaticano.