La discriminación y la violencia que sufren las personas con orientaciones sexuales fuera de la norma (de la norma heterosexual, en concreto) es obvia, y quien lo niegue o bien vive engañado o no se ha parado a observar el mundo que nos rodea. Aunque en España cada vez hay más leyes que protegen e igualan los derechos de las personas LGTBIQ+, en otros países de nuestro planeta la cosa es muy diferente.
La historia personal del nigeriano Bolu Okupe ha dado la vuelta al mundo a través de las redes sociales y los medios de comunicación por ser algo así como un "zas, en toda la boca" a un país y a una familia que no lo aceptaban tal y como era.
Por contextualizar un poco, en Nigeria es ilegal ser homosexual. Directamente. ¿Te imaginas que fuera ilegal ser rubio y que toda la gente rubia se tuviera que teñir y tener mucho cuidado durante toda su vida para que no se le notase su color natural de pelo? Pues el mismo sinsentido, pero en este caso las consecuencias son peores. En el país africano en el que nació Bolu Okupe la homosexualidad es ilegal según los Artículos 214 y 217 del Capítulo 21 del Código Penal de Nigeria, y una persona homosexual podría ser penada con más de 14 años de cárcel.
Además, en doce estados del país los castigos físicos a personas homosexuales están permitidos, condenando a las personas culpables de "sodomía" (que es un término anticuadísimo y relacionado con la Biblia) a 100 latigazos. Sí, en el siglo XXI.
Bolu Okupe es hijo de Doyin Okupe, un político del Partido Democrático Popular en Nigeria, abiertamente homófobo. Para poder vivir fuera de peligro, Bolu tomó la decisión de mudarse a Francia. Estudió Negocios Internacionales, pero en el país europeo se dedica a ser entrenador personal, y también es creador de contenido en su cuenta de Onlyfans.
Hace una semana decidió salir del armario a través de sus redes sociales, publicando una foto con el torso desnudo y portando una bandera arcoíris, símbolo del colectivo LGTBIQ+. Junto a esta foto, el nigeriano escribía: "Yes I’m Gay AF", que se puede traducir como "Sí, soy gay que te cagas".
Bolu se vio obligado a desactivar los comentarios de su publicación en Instagram porque, aunque mucha gente aplaudía la fotografía y su declaración, otros muchos aprovecharon para insultarle o hacer comentarios negativos. Entre ellos, su propio padre. El político, de 68 años de edad, escribió: "conozco su orientación desde hace tiempo. Él sabe que como cristiano y testigo de Cristo estoy completamente en contra de la homosexualidad, porque chocan con los preceptos declarados de mi fe cristiana“.
Varios días después, Bolu Okupe hizo un directo en Instagram para explicar su postura sobre el tema. Agradeció a sus seguidores (más de 30.000) todo el cariño y el apoyo mostrado, y también se mostró muy sorprendido de que su historia se hubiera vuelto viral más allá de Nigeria. "Estoy bien, gracias por preocuparos", dijo a sus seguidores. "Creo que lo mejor de todo lo que ha pasado es que se ha creado una conversación en el entorno nigeriano que necesitaba ser escuchada", dijo. "Tenemos que dejar de pretender que la gente gay no existe".