Si hay un referente de la lucha contra el acoso sexual y laboral en España, ésa es Nevenka Fernández. Aquella mujer, a la que volvimos a ver en un reciente documental, fue la primera que tuvo los ovarios de denunciar a un cargo público - el concejal del PP en Ponferrada - al que acusó de haberla acosado durante sus funciones en la Concejalía de Hacienda de dicha localidad entre 1999 y el año 2000. Ismael Álvarez era su jefe y, ante la negativa de Nevenka a mantener una relación sentimental con él, aprovechó su cargo para tratar de someterla, tal y como dicta la sentencia.

Aunque, ahora, la sociedad española haya tomado una mayor conciencia de la lacra machista que sigue instalada en la base de nuestra educación, en aquella época, denunciar públicamente a un político, hombre y, además, ganarle el juicio, fue una auténtica hazaña que abrió el camino de lucha contra el acoso que sufren muchas mujeres en sus puestos de trabajo. Gracias a ella y a las voces de otras mujeres inflexivas como la denunciante de La Manada, Jenni Hermoso ha encontrado un respaldo en la sociedad, tanto de mujeres como de hombres, que, por desgracia, Nevenka nunca conoció.

Ella no sólo tuvo que sufrir las agresiones y presiones por parte de su superior, que la amenazaba con hacer uso de su poder en su perjuicio, sino que vivió en su piel el escarnio público de sus propios vecinos y vecinas, que decían en la televisión que si una mujer es acosada es porque se deja acosar y llamaban pobre hombre al bueno de Ismael. Ésa es la España de la que Nevenka, a pesar de ganar el litigio, se marchó; una España que, tal y como narra en esta carta, ha "avanzado mucho" y que cada vez se parece más a la que ella guardaba en su corazón:

"Toda mi admiración para ti, Jenni Hermoso, por tu valentía, y para todas tus compañeras por apoyarte desde el primer día, eso también requiere mucho valor e integridad. Estos días he sentido mucha empatía y deseaba enviaros un poco de luz.

Sé que aún queda camino por recorrer para que la sociedad española entienda qué significan los abusos contra nuestra libertad, nuestros cuerpos y en definitiva nuestra dignidad, pero he visto que hemos avanzado, que hay una España que ha comprendido que no podemos continuar diciendo que está bien lo que está mal, que no podemos continuar mirando de lado o al lado contrario, señalando a las víctimas en vez de a los que abusan, y en esa España, en realidad, de la que nunca me fui, hay un montón de gente que ha gritado y seguirá gritando que no estáis solas.

Es vergonzoso –y continuará siéndolo– observar a los que con sus gestos, palabras y silencios ensalzan y defienden el machismo más rancio e ignorante, ese sexismo estructural tan difícil de explicar con palabras pero que todos reconocemos, ese que estos días hemos visto y que seguiremos viendo, que quiere seguir revictimizándonos y callándonos, y que para hacerlo continuará cayendo tan bajo como sea necesario.

Mentirán y tratarán de ensuciar, presionarán, ridiculizarán e insultarán. Se juegan mucho. Pero la dignidad es más fuerte. Por eso he decidido enviaros este mensaje, porque HABLAR continúa siendo necesario para seguir defendiendo nuestra dignidad, y porque el coraje de hacerlo es un acto de vida. Y nadie tiene derecho a arrebatárnosla.

Por nosotras, pero también por todas las que no pueden hacerlo, y por las que no son escuchadas, y por todas las que antes lo hicieron y las que vienen detrás. Es difícil pelear por un sueño, pero vosotras ya sabéis que es posible alcanzarlos. Aunque a veces todo parezca estar en contra. No lo olvidéis nunca.

Sois Campeonas del Mundial de Fútbol para España y Campeonas (Mundiales de la Vida, como dice otra mujer poeta valiente) para el Mundo. Un inmenso ejemplo para much@s y un punto de inflexión que cambiará la historia. Gracias, por tanto, Nevenka Fernández".