Críticas a las revistas del corazón por mostrar a Daniel Sancho como a un modelo: "Le están sexualizando"

Hoy, como todos los miércoles, se han publicado las nuevas ediciones de las revistas del corazón españolas. Daniel Sancho, acusado de asesinar y descuartizar a un amigo suyo en un hotel de Tailandia, ha copado las portadas de todas las revistas por ser hijo del famoso actor Rodolfo Sancho (Al salir de clase, Mar de Plástico) y, por tanto, un 'personaje' noticiable. Sin embargo, el tratamiento que se le ha dado tanto al acusado como al presunto y atroz crimen que presuntamente ha cometido, ha recibido un aluvión de críticas en las redes sociales.

En todas y cada una de las portadas, se presenta a Daniel Sancho con el torso desnudo, en bañador y disfrutando de un día de playa, como si se tratase de cualquier celebritie en plenas vacaciones. Esta focalización en su buen aspecto físico ha sido para muchos una forma de blanqueamiento informativo, que se desliga de los terribles acontecimientos ocurridos a principios de agosto en Tailandia. Y, además, re-victimizan a los familiares del fallecido, el cirujano Ewing Arrieta, presuntamente desmembrado por el 'personaje rosa' del momento.

"¿La vida truncada es la de Daniel Sancho?"

Los usuarios de Twitter han denunciado la "sexualización" de la imagen de Sancho, teniendo en cuenta las gravísimas acusaciones que se ciernen sobre él y que, con toda probabilidad, le llevarán a pasar en la cárcel buena parte del resto de su vida. Pero el blanqueamiento señalado no sólo se queda en las fotografías: describir al hijo de Rodolfo Sancho como "el joven" o "el chef" en vez de calificarle como "el presunto asesino" y hablar de lo "truncada" que se ha quedado su vida tras cometer el asesinato (en vez de destacar lo truncada de la vida de la víctima) ha indignado a la población española.

Por su parte, tras confesar que tardó "tres horas" en desmembrar todo el cuerpo de Edwin Arrieta, el amigo al que mató por coaccionarle para que fueran "novios", Daniel Sancho ya se encuentra en la prisión tailandesa de Koh Samui.