Este fin de semana, la localidad canaria de Gáldar celebró sus fiestas del Orgullo LGTBIQ+ y, como todos los años, Keyla Suárez salió a festejar con sus familiares y amig@s. Sin embargo, nunca, por lo menos hasta que se hizo famosa con su intervención televisiva, había sufrido una agresión tránsfoba en su pueblo. A las dos de la mañana del sábado, ella misma publicaba un vídeo en las redes sociales en el que aparecía llorando de rabia por lo que le acaba de pasar.

"Acabo de sufrir la agresión tránsfoba más heavy de toda mi vida. Cuando lo ves o lo oyes en la televisión nunca crees que te va a pasar a ti, pero estaba en las fiestas del Orgullo de mi pueblo con mi familia y con mis amigas y me he salido del recinto de la fiesta. Al pasar por una calle, 10 hombres me han insultado, me han llamado "travelo" y me han escupido en los brazos, el cuello y el pelo", ha dicho, aportando un vídeo en el que muestra los escupitajos.

La influencer no podía comprender cómo alguien la había agredido por "ser como es". Como tampoco comprendió la respuesta que le dio la policía cuando fue a denunciar los hechos, pues le dijeron que "los 10 hombres ya estaban identificados" y que el asunto se resolvería al día siguiente. "¿O sea que yo me vengo a mi casa con un ataque de ansiedad y ellos pueden quedarse tranquilamente a terminar la fiesta", lamentaba Keyla, también, entre lágrimas.

Tras la difusión de su vídeo, que espera "llegue a todos lados" porque nadie va a conseguir que se "calle", el Ayuntamiento de la localidad en la que reside y donde sucedieron los hechos ha lanzado un comunicado:

"El Ayuntamiento de Gáldar lamenta profundamente que todavía se produzcan este tipo de agresiones total y absolutamente injustificables que evidencian la enorme necesidad de seguir adelante con celebraciones como el Gáldar Pride que contribuyan a normalizar y visibilizar la igualdad y la integración de todas las personas en nuestra sociedad, sin importar su género, sexo u orientación sexual, al tiempo que apostar por intensificar todas las políticas públicas posibles desde todas las administraciones para fomentar la educación y el respeto, la única vacuna posible contra este tipo de delitos de odio".