Rosalía arrasan allá donde vaya, pero si se trata de Barcelona, la expectación se multiplica. Volver al lugar que la ha visto crecer como persona y como artista es siempre muy especial para ella y ha actuado este fin de semana en la la tercera jornada del Primavera Sound Barcelona delante de más de 60.000 personas.
Su actuación era, sin lugar a dudas, una de las más esperadas del festival y la catalana ha conseguido (una vez más) conquistar a su público, a pesar de los fallos de sonido que sufrió durante el concierto, provocando un pequeño parón en su actuación.
En la madrugada del sábado al domingo, a las 2:00 de la noche comenzaba el concierto de Rosalía en el que ha interpretado algunas de las canciones de su disco 'Motomami', pero también las de su último EP, el que ha sacado junto a su pareja y también artista Rauw Alejandro. Es más, durante su concierto quiso mandarle un mensaje al puertorriqueño, que había subido esa misma tarde un vídeo a modo de revancha en el que imitaba a la cantante catalana.
Pues bien, justo cuando se puso a cantar una de las canciones más icónicas de 'Motomami', 'Hentai', Rosalía tuvo que parar su concierto por un fallo técnico, de sonido.
Rosalía estaba ya sentada en el piano y empezando a cantar 'Hentai' cuando su público comenzó a gritarle: "No se oye, no se oye". Entonces ella, se levantó del piano y siguió preguntando al público cuál era el error que estaba dando el sonido en su concierto.
"¡Ricky, súbeme la PA! ¡Que dicen que se oye, pero poquito", pidió la artista desde el escenario. Después, volvió a repetir el mismo mensaje, pero en este caso en inglés y siguió hablando en este idioma hasta que se sentó tra vez en el piano mientras el público le gritaba: "Súbela, súbela, súbela".
Comenzó a cantar 'Hentai' y, tras asegurarse de que en este caso sí que se le escuchaba bien, terminó de interpretar la canción completa.
Este fallo en el sonido pudieron solucionarlo muy rápido y es por eso que no impidió que la catalana siguiese con el concierto y los fans disfrutando de su show, el cual consiguió reunir a más de 60.000 personas y se convirtió en uno de los más multitudinarios de la edición del festival en Barcelona.