Alberto Lejárraga, el futbolista que publicó una foto besando a su novio para celebrar el ascenso de su equipo, ha esperado a que se rebajara la euforia que causó su "demostración de amor" pública para pronunciarse personalmente sobre el tema. Ni él ni Rubén esperaban que, al publicar una imagen de algo tan cotidiano para ellos como un beso, iban a recibir cientos de mensajes y llamadas como representantes indirectos de la lucha de la comunidad LGTBI.

Porque, aunque ellos viven su relación en completa normalidad, el mundo del fútbol - popularmente relacionado con la virilidad - no es el escenario más cómodo para declararse abiertamente homosexual. Por eso, aunque no fuera su intención, su beso ha ayudado a romper una barrera más contra la homofobia dentro del deporte, algo que sufren en silencio otros compañeros que, por miedo, siguen ocultando ese aspecto de su identidad.

"Para nosotros era una foto celebrando y disfrutando de un gran momento, demostrándonos todo nuestro amor, como lo hacemos todos los días, pero se ha visto como la imagen de un futbolista besando a su pareja, un chico. Nos gustaría aclarar que la foto no era una declaración, sino una foto de celebración, y en ese caso tampoco diríamos que es de homosexualidad, ya que nuestro beso podría encajar en otras identidades sexuales. Sin embargo, estamos muy agradecidos porque se haya transmitido un mensaje de diversidad y naturalidad, con cercanía y la máxima sensibilidad", ha dicho Leja en un extenso tuit donde explica cómo vivió ese momento en pareja.

Del mismo modo, ha indicado que les ha "alucinado" la repercusión mediática por algo tan normal como un beso entre dos amantes; cosa que, en el siglo XXI, ya no "debería ser noticia": "Esto demuestra, una vez más que, lo que no debería ser noticia, lo sigue siendo todavía porque el proceso de normalización está siendo demasiado largo y, como nos habéis dicho, todo esto puede hacer más corto ese camino".